Pádel
Números 1, Depredadores y ahora, por fin, Maestros
No les llamen solo jugadores de pádel, tampoco ganadores natos ni números uno, a partir de ahora y tras varios intentos, son ya, oficialmente, Maestros. Mucho ha tardado en llegar este título para ellos tras lo que demostraban cada año, pero ahora ya nadie se lo podrá quitar y Fernando Belasteguín y Pablo Lima le han puesto a la temporada, al pastel, su merecida guinda.
Tras cuatro años en los que Bela no lo había conseguido por diversas lesiones suyas o de su compañero, o simplemente por perder el partido, ahora le tocaba ganar, y desde el momento en que saltó a la pista rodeado de los aplausos del público, se le notaba en la cara que iba a por todas.
Se reeditaba la final de Bilbao, esa en la que Matías Díaz y Maxi Sánchez conseguían, contra pronóstico, vencer a Bela y Lima en un partido sublime, de ahí que intentaran la misma táctica que les dio resultado: despliegue físico, ataque desde todos los ángulos y llamada a la suerte; sin embargo, en Madrid solo funcionó lo primero, pues tuvieron que correr, y mucho, para atajar el vendaval de voleas de Bela y de bandejas a la verja del brasileño, dos auténticos ciclones (3-6 y 2-6).
Empezaron los números uno con varias marchas más, rompiendo el saque de sus oponentes y consolidando el suyo, sin errores, con un juego de gran movilidad y haciendo que Mati y Maxi apenas pudieran conectar sus smashes ganadores y esas voleas tan pesadas que llegan al fonde del cristal.
Fallaban demasiado los pupilos de Severino Iezzi. Las musas no estaban con ellos y aunque corrían y corrían, devolvían los golpes tan forzados que era imposible un ataque de garantías, máxime cuando enfrente, el rey Bela, se movía como pez en el agua abriendo el campo a ambos lados para que su compañero atacase por los huecos surgidos.
Con 3-1 en el marcador, tocaba poner la directa a la consecución del primer set, donde solo dejaron que Mati y Maxi hicieran tres juegos y que salieran de la pista con la cabeza baja y pensando en cómo revertir la situación, algo a priori nada sencillo.
La salida del segundo envite fue igual de fulgurante. Las ganas de Matías y Maxi por empatar y alargar el partido, el último que jugaban juntos ya que el año que viene separarán sus caminos, se topó con la realidad de que los hombres dirigidos por Horacio Álvarez Clementi tocaban con la punta de los dedos el trofeo de Maestros y lo único que deseaban era agarrarse fuertemente a él con ambas manos. Así, con la superioridad marca de la casa que suelen exhibir, cerraron con una mayor amplitud si cabe este segundo set, a pesar de que los miembros de la pareja 2 lo intentaron de todas las maneras posibles, hasta cambiándose de lado, pero todo sin fortuna.
Bela y Lima ya tienen el título que les faltaba y cerraban un año extraordinario para ellos, un año en el que han tenido que luchar hasta el último momento con una pareja que les ha peleado de tú a tú el número 1 y donde han vuelto a demostrar que ni las lesiones pueden con su espíritu de victoria. Enhorabuena para ellos y para los subcampeones.
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