
Hípica
¿Quieres mejorar tu manera de montar?
Laura Heredia Sánchez, del centro Paddock Activo Collserola, ofrece consejos para ir más allá de la técnica clásica y lo convencional en equitación

Además del entrenamiento del caballo, de su musculatura, de su biomecánica y su bienestar, en la hípica es fundamental el cuerpo del jinete porque desde él se transmite toda la información al animal. Si este canal no funciona como debe, la conexión con el caballo no es la correcta. Laura Heredia Sánchez, instructora certificada de Equitación Centrada, Método Franklin Ecuestre y nivel 4 de Train Your Seat, lo tiene claro: si el jinete no se conoce, no puede comunicarse con el caballo.
Desde el centro Paddock Activo Collserola, espacio que cofundó Laura junto a Francisco Javier Martín Catalán, con el propósito de crear un entorno más natural y respetuoso para los caballos, ella trabaja también con personas que buscan algo allá de la técnica clásica y lo convencional a la hora de montar. "Mi interés por la biomecánica del jinete surgió al observar la sensibilidad de los caballos. Los caballos tienen una capacidad increíble para percibir hasta el más mínimo cambio en su entorno. ¿Cómo es posible que, aún montándolos, sintamos que no nos entienden? Esa pregunta me llevó a investigar el lenguaje corporal del jinete".
En ocasiones al subir al caballo se arrastran tensiones, posturas inadecuadas o patrones de movimiento inconscientes. Laura lo resume así: "Cada pequeño movimiento, cada respiración, cada tensión envía un mensaje al caballo. Si no somos conscientes de ello, podemos estar diciendo una cosa con la mente y otra totalmente diferente con el cuerpo". La biomecánica del jinete, por tanto, es una forma de construir un puente más claro, suave y respetuoso entre caballo y humano. "Una posición desalineada del jinete puede generar incomodidad, bloqueos e incluso lesiones en el caballo. Por el contrario, cuando el jinete está bien alineado y equilibrado, permite al caballo moverse con mayor libertad, bienestar y menos resistencia".
Parte del trabajo que Laura realiza con sus alumnos se basa en "resetear viejos patrones posturales". Es decir, observar cómo usamos el cuerpo no sólo al montar, sino en el día a día: qué lado cargamos más, cómo nos sentamos, cómo respiramos, si bloqueamos la pelvis o tensamos hombros. "Son hábitos que acumulamos con los años y que terminan marcando nuestra forma de montar sin que lo sepamos", comenta. Esto significa reconstruir lo conocido desde una base más consciente. "Es un proceso de desaprender para reaprender. Requiere paciencia, pero cuando empiezas a sentirte diferente en tu cuerpo, el impacto se nota también en tu caballo", dice Laura. Para lograr esta conexión, ella se apoya en diferentes herramientas que ayudan a aumentar la conciencia corporal. Ejercicios de propiocepción, que es la capacidad de saber en todo momento cómo está tu cuerpo en el espacio. Se trata de sentir más para controlar mejor.
"El jinete que entrena esto empieza a detectar desequilibrios, a corregir asimetrías, a aplicar ayudas más suaves. Esto genera una comunicación mucho más fluida con el caballo, más sutil y más justa", apunta Laura. Los cambios en los jinetes que mejoran estos aspectos no son sólo físicos. Cuando empiezan a comprender su cuerpo y lo que este transmite, algo se desbloquea a nivel emocional. "Ganan autoconfianza, serenidad y calma. Dejan atrás la frustración, aquello de que el caballo no me entiende y empiezan a buscar soluciones desde el cuerpo. Es un cambio profundo en la forma de relacionarse", afirma.
Entre los errores posturales más frecuentes están el colapso de un lado del cuerpo, la pelvis bloqueada, la cabeza que no mira al frente, los hombros tensos o no respirar en ciertos momentos. "Muchos de estos errores son completamente inconscientes. Y lo más bonito es ver cómo, al tomar conciencia de ellos, los jinetes no sólo mejoran su técnica, sino también el bienestar del caballo". A quienes piensan que su postura no supone un problema, Laura les invita a hacer un simple ejercicio de coordinación. "Muchas veces creemos que todo está bien porque funciona, pero no somos conscientes del potencial que estamos perdiendo. Sentir es el primer paso para cambiar. Y si tú cambias... tu caballo también cambia", concluye.
✕
Accede a tu cuenta para comentar