Emocionado
Lo que sintió Alcaraz cuando sacaba para ganar su primer Grand Slam con 19 años: “Me pesaban las patas...”
John McEnroe entregó el trofeo de campeón del US Open al español, que se ha dado una paliza con recompensa. “Ahora sí estoy un poco cansado”, dijo
Carlos Alcaraz estaba nervioso. ¡Cómo no! En la entrevista antes de la entrega de trofeos le recuerdan que es el número uno más joven de la historia, que nadie lo había conseguido con 19 años. Y le entra una risa inquieta al murciano, que primero tiene un recuerdo para la víctimas del 11S, el atentado terrorista que sufrió Estados Unidos en 2001, año en el que, por cierto, Carlos todavía no había nacido. “Primero quiero hablar de este día especial, mis pensamientos siempre estaban con vosotros. No es un día fácil”, aseguró Carlitos.
Después del aplauso del público, sus sensaciones. “Es algo con lo que soñaba desde siempre, desde que era un niño [si casi lo es todavía]. Es difícil ahora hablar, son muchas emociones. He trabajado mucho con mi familia, con mi equipo, que está conmigo desde que tenía 16 años”, aseguró. Su abuelo y su madre no pudieron estar en la pista Arthur Ashe y en ellos pensó el campeón. “He pensado en todos los familiares que no han podido venir”.
La paliza del murciano ha sido de órdago: cinco sets y 3 horas y 54 minutos en octavos contra Cilic; 5 horas y 15 minutos de batalla en cuartos contra Sinner, en un duelo en el que volvió de estar casi perdido; 4 horas 19 y otros cinco sets frente a Tiafoe, el verdugo de Nadal, en semis. Y así llegó a la final. “No es el momento de estar cansado, es el momento de darlo todo”, dijo antes de salir a la pista. Y después... “Ahora sí estoy un poco cansado. Antes dije que no era tiempo para estar cansado, en la final de un Grand Slam o de cualquier torneo no es el momento”, explicó.
En español tuvo unas palabras para la afición. “La verdad es que mucha gente ha venido de España para verme y animarme en este día tan especial. Mucha gente de todo el mundo. El cariño que he recibido desde el primer día ha sido increíble, probablemente ha sido el público y el ambiente que más he vivido en una pista de tenis, así que muchísimas gracias”, dijo.
Y entonces, sí, McEnroe le entregó el trofeo de campeón. Él lo levanta y lo enseña al público, lo besa pone cara de intensidad, como si acabara de ganar un punto.
Ya más en frío, pero sólo un poco, habló para los micrófonos de Eurosport. “Es increíble tener esta copa en mis manos, lo he soñado desde el principio de todo, he trabajado muchísimo y nunca lo voy a olvidar”, dijo. Y analizó el duelo: “En el primer set he sacado bien. He entrado muy tenso el primero, el segundo e incluso el tercero. Pero he conseguido calmarme y sacar un poco los nervios y ser sólido de fondo. Él estaba restando bien, ahí desde el fondo. Es un jugador muy difícil”, explicó.
Llegó el momento más delicado, lo difícil del tenis que dicen que es cerrar, y además con 19 años y en un Grand Slam y con el número uno en juego. “Pensé en tirármela arriba y sacar bien, que es lo que me decía Juanqui. Parece fácil, pero no lo es”, reconoció. “Mentalmente me sentía bien, y de pulsaciones, pero las patas me pensaban mucho...”, añadió. Aunque no tanto como para impedirle hacer historia.
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