En Bélgica, además de un estado de excepción por la amenaza yihadista, este fin de semana se disputa la final de la Copa Davis. Los anfitriones buscan su primer título y Gran Bretaña lograr una Ensaladera que no gana desde 1936. Fred Perry, la leyenda del tenis británico, estaría orgulloso de Andy Murray, su brillante sucesor. El número dos del mundo ha ganado sus seis partidos de individuales en las anteriores eliminatorias y si ganara los dos de la final se convertiría en el tercer jugador de la historia en hacer el pleno. John McEnroe, que se proclamó campeón, y Mats Wilander son los ilustres precedentes.

«Hace cinco años estábamos muy, muy atrás. Creo que en la posición más baja en la que hemos estado nunca. Así que estar ahora, cinco años después, luchando por el título es una gran oportunidad», asegura el líder británico. Murray se ha empeñado esta temporada en ganar la Davis como hizo Federer el año pasado. Las amenazas son la tierra batida que han preparado los belgas y dos jugadores, Goffin y Darcis, que han sido incapaces de ganarle hasta ahora. Hace apenas un mes, Murray sólo cedió un juego ante el número uno belga en París-Berçy. La opción de los anfitriones pasa por ganar los dos puntos que dispute Kyle Edmund, el número 100 del mundo, y llevarse el doble ante los hermanos Murray.

La final llega marcada, como no podía ser de otra forma, por las excepcionales medidas de seguridad en el pabellón Flandex Expo de Gante.

La ciudad, a unos 50 kilómetros de Bruselas, está tomada por el Ejército, aunque los tenistas no parecen preocupados y a los británicos sólo les inquieta el frío del pabellón. «Todo parece estar bien. Sé que en Bruselas la situación es diferente, pero aquí no hay ningún problema.

Eso nos ayudará a estar centrados sólo en el tenis», dice Murray.

Programa de la final:

Viernes: Goffin-Edmund y A. Murray-Darcis

Sábado: Steve Darcis-Kimmer Coppejans/Andy Murray-Jamie Murray

Domingo: A. Murray-Goffin Bemelmans-Edmund