Open de Australia
Garbiñe Muguruza, el presente de éxito del tenis español
Desde que en 1994 Conchita Martínez ganó Wimbledon, ninguna española había logrado igualar esta hazaña, hasta que llego Garbiñe
Desde que en 1994 Conchita Martínez ganó Wimbledon, ninguna española había logrado igualar esta hazaña, hasta que llego Garbiñe
Garbiñe Muguruza se convirtió este sábado en la primera mujer española en levantar el título de Wimbledon en veintitrés años, consagrándose así como presente y futuro del tenis femenino.
Desde que en 1994 Conchita Martínez se alzara con la bandeja de plata en el All England Tennis Club, ninguna española había logrado igualar esta hazaña, hasta que llego Garbiñe.
El 2 de julio de aquel año, cuando Muguruza apenas contaba meses de vida, su ahora mentora derrotaba a la checa Martina Navratilova, la mujer que más veces ha ganado el título en la historia, con un total de nueve victorias.
Los dos años siguientes otra española, Arantxa Sánchez-Vicario, llegaría a la última ronda de Wimbledon, cayendo en ambas ocasiones ante la alemana Steffi Graff.
Diecinueve años tuvieron que transcurrir para que otra española llegara hasta la ronda final en Londres. En 2015 la nacida en Caracas se quedó a las puertas de la gloria en “La Catedral” tras ser derrotada por la siete veces campeona, Serena Williams.
Pero Muguruza se resarció este domingo de aquella derrota con, precisamente, la hermana de su verdugo, Venus Williams, pentacampeona del torneo inglés, al conseguir imponerse por 7-5 y 6-0 en una hora y 17 minutos.
Se trata del segundo Grand Slam que conquista la deportista, de 23 años, después de saborear las mieles del éxito sobre la tierra batida de París en 2016.
Hija de un español emigrado a Venezuela y de una venezolana, Garbiñe nació en Caracas el 8 de octubre de 1993 y, según cuenta su familia, lleva desde los tres años empuñando una raqueta.
Desde niña acompañaba a sus hermanos, Igor y Asier, 11 y 10 años mayores, al club de tenis de Mampote de Guarenas, en el estado de Miranda.
Con 6 años se trasladaron a Barcelona para ingresar en la Academia de los Bruguera, donde afinó su técnica, entrenada por el vasco Alejo Mancisidor.
En 2012, Muguruza era aún una desconocida en el mundo del tenis, pero fue invitada por los organizadores del torneo de Miami. A los 18 años y como 208 del mundo, estaba llamada a ser una figurante en la pista dura de Florida.
Pero la joven tenista dio la campanada al eliminar a la rusa Vera Zvonareva, 9 del mundo, y a la italiana Flavia Pannetta, 26. Al año siguiente, en el mismo torneo, sus víctimas fueron Anastasia Pavlyuchenkova y la danesa Caroline Wozniaki.
Cuando en 2014 dio el gran salto, se encontró con la tesitura de tener que decidir entre competir por la España de su padre o la Venezuela de su madre, porque ella siempre reconoce que tiene a los dos países en su corazón.
Ese año ganó en Hobart, en Australia, el primer título de su joven carrera. Pero la sorpresa la dio en Roland Garros unos meses más tarde, al derrotar en segunda ronda por 6-2 y 6-2 a la defensora del título, número uno del mundo y su ídolo desde siempre, Serena Williams.
Al año siguiente fue la estadounidense quien se vengó de aquella victoria en París en la final de Wimbledon, pero ya nadie dudaba de que Garbiñe Muguruza estaba llamada a ser una de las mejores tenistas en el circuito femenino.
Es entonces cuando decide separarse de su entrenador de toda la vida y apostar por el francés Sam Sumyk, con quien logró solidificar su tenis y asentar su personalidad sobre la pista.
El bretón no pudo acompañarla a la capital británica este año y Muguruza le sustituyó por la exjugadora Conchita Martínez, que le ha aportado “confianza” en el torneo.
“Me ha ayudado tener a alguien a mi lado que ya lo había ganado”, reconoció en rueda de prensa. Y tanto.