
Tenis
Le gritan: "¡Ibiza!" a Alcaraz tras su partido en Wimbledon y su respuesta provoca carcajadas
El tenista español pasó a las semifinales del torneo tras vencer con contundencia a Cameron Norrie. El español va lanzado

Lo de Carlos Alcaraz con Ibiza empieza a convertirse en un fenómeno que va más allá del simple vínculo entre un deportista y un destino vacacional. Es, más bien, un guiño constante, una broma recurrente que lo acompaña allá donde va, como un eco de sus propias palabras. En su documental, el joven tenista murciano confesó que acudía a la isla para celebrar sus “éxitos”. Desde entonces, esa conexión con Ibiza ha dejado de ser un simple dato biográfico para transformarse en un símbolo inevitable de su figura pública. Es como si cada éxito deportivo despertara la expectativa, casi automática, de una escapada a la isla, como si Alcaraz, al ganar, tuviera por contrato que volar al paraíso balear.
Alcaraz vuela en Wimbledon
Esa proyección mediática y ese vínculo casi humorístico con Ibiza volvieron a hacer acto de presencia después del partido contra Cameron Norrie en Wimbledon. Un encuentro que no dejó lugar a dudas: Alcaraz está de vuelta en su mejor nivel. Fue una victoria rotunda. No solo dominó al británico con solvencia, sino que reafirmó su candidatura a todo en el torneo londinense. Con esa soltura, esa mezcla de potencia y frescura que lo caracteriza, el español se mostró como un serio aspirante al título. Y como si fuera parte del guion, después del despliegue en la pista vino el momento peculiar en la entrevista postpartido.
El grito del público: "¡Ibiza!"
En la charla sobre la hierba sagrada del All England Club, justo después de su victoria, surgió la pregunta de rigor: ¿qué harás durante los dos días libres antes del duelo de semifinales? Alcaraz se quedó pensativo, dudó un instante, como midiendo sus palabras. Y entonces, desde la grada, un espontáneo gritó “¡Ibiza!”, desatando las risas del público... y del propio jugador. Alcaraz, divertido, no tardó en responder entre carcajadas: “No es el momento, no es el momento”. Un gesto espontáneo que demostró lo natural que se ha vuelto para él lidiar con esa especie de mito que él mismo alimentó sin querer.
Ese momento cómico no eclipsó la respuesta seria que vino después. Porque más allá del chiste, Alcaraz dejó claro que sabe muy bien en qué punto del torneo se encuentra y lo que está en juego. Dijo que aprovecharía esos días libres para disfrutar con su equipo y su familia, y señaló que tiene “mucha gente aquí en Londres” con la que compartiría ese tiempo de desconexión. La idea de refugiarse en su entorno cercano, de rodearse de los suyos, de tomarse un respiro sin perder el foco, resume perfectamente la madurez con la que Alcaraz afronta su presente competitivo.
El reto de las semifinales
Entre sus planes, mencionó también que aprovecharía para dar una vuelta “por el centro” de la capital británica. Y, como quien lanza una carta conocida sobre la mesa, añadió que, si se da la oportunidad, jugaría al golf. No es una actividad casual en su agenda: la utiliza como una forma de relajación, un paréntesis saludable antes de volver a la intensidad de la pista. De hecho, el golf ha cobrado cierto protagonismo en su vida fuera del tenis. Alcaraz ha compartido hoyos con Andy Murray y no ha dudado en bromear con la posibilidad de jugar algún día con el actor Tom Holland. Esta afición, que podría parecer anecdótica, es en realidad una parte más de su rutina de equilibrio mental y emocional.
“Las cosas que estoy haciendo funcionan, tengo que seguir haciéndolas, así que intentaré ir a jugar algo”, sentenció el tenistas que ya espera el cruce con Taylor Fritz, quien viene de eliminar a Karen Kachánov.
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