Polémica

Un "rebote" de pelotas en Roland Garros: "¡Favorecen a Alcaraz!"

Carlos Alcaraz avanza con paso firme en el torneo galo donde las pelotas vuelven a estar en el centro de la polémica

Un "rebote" de pelotas en Roland Garros: "¡Favorecen a Alcaraz!"
Un "rebote" de pelotas en Roland Garros: "¡Favorecen a Alcaraz!"Archivo

Carlos Alcaraz sigue a lo grande. El número uno del mundo ya está en los cuartos de final de Roland Garros tras minimizar y vencer a Musetti (6-3, 6-2 y 6-2) con una exhibición de dejadas y de golpes imposibles. El nivel de Carlitos en París está asombrando: potencia, velocidad en pista, largos intercambios, la derecha imponente, dejadas, globos.... Y todo en un solo partido. En cuartos de final, Alcaraz se enfrentará al griego Stefanos Tsitsipas, que apabulló en octavos al austriaco Sebastian Ofner (7-5, 6-3 y 6-0 en 1h48).

Pero más allá de las lecciones del murciano en la pista, Roland Garros se ha visto envuelto en "un lío de pelotas". Y es que las bolas del torneo están dando mucho de que hablar en los últimos días.

El primero que elevó su voz fue el número 2 del mundo, el ruso Daniil Medvedev, que tras ser eliminado en primera ronda dijo que “este tipo de pelotas benefician a Alcaraz o Tsitsipas, que pueden generar efecto con sus muñecas, pero yo no tengo potencia en las muñecas como para generar ese efecto. A mí no me sirven”.

En la misma línea se pronunció el español Roberto Bautista, que cedió contra pronóstico en segunda ronda ante el peruano Juan Pablo Varillas y criticó con dureza que no fuesen las mismas bolas con las que se había entrenado antes de viajar a la capital francesa. «Las de aquí no son iguales a las que me habían enviado. Está pesada, el codo la sufre, la siente, y la muñeca también. No es la misma sensación que tenía con estas pelotas en casa en las semanas anteriores», lanzó el número 24 del mundo.

"¡Son basura, estúpidas...!"

"Hay que reconocer que la pelota se pone muy grande y como esponjosa, eso hace que sea muy difícil conectar golpes ganadores porque las condiciones se vuelven tremendamente lentas. Siento una gran diferencia respecto al pasado año", destacó también el danés, Holger Rune, confirmando las sensaciones de una gran mayoría del circuito.

El francés francés Benoit Paire, otro de los detractores, fue mucho más tajante: “Son basura. Las nuevas bolas ni siquiera duran un juego, se hacen más grandes después de dos segundos. Es imposible meter un saque directo y yo dependo mucho de ello. Esto obliga a otro estilo de tenis diferente, que requiere cualidades físicas y de mantener la bola en la pista por más tiempo. Es Roland Garros, uno de los mejores torneos del mundo, y estamos jugando con estas bolas estúpidas".

Sólo el murciano parece estar contento con las bolas. "Yo me siento muy bien con ellas -afirma-. Le pego muy bien y muy limpio, por eso, la verdad es que no me desagradan". Una opinión que enciende aún más a sus rivales.

Una polémica que viene de lejos

Sin embargo, a pesar de la polvareda que se ha levantado estos días, lo cierto es que la polémica de las bolas de Roland Garros no es algo nuevo. Las pelotas en cuestión son de la marca Wilson, las que vinieron a reemplazar -por acuerdos comerciales-, en 2020, a las Babolat francesas que se mantenían desde 2011. De esta manera, los torneos de Grand Slam quedarían divididos por dos marcas. Australia y Wimbledon utilizan las Dunlop, mientras que Roland Garros y el US Open se juegan con Wilson.

Y el cambio no fue bien recibido. En aquella edición, que se jugó en octubre por la pandemia, Daniel Evans no se cortó a la hora de valorarlas: "Algunas de las pelotas que usamos no se las daría ni a un perro para que las muerda", dijo el británico sobre un problema para el que Wilson parece no encontrar remedio.

"Así son las pelotas “anti-Nadal” del Roland Garros", alertaban también desde España. El estilo de juego de Rafa utiliza mucho los efectos, el bote, el echar al rival más allá de la línea para llevar el peso de los puntos y el propio tenista corroboraba que la nueva bola eras mucho más dura, menos viva, corre menos y salta poco.

"Puede que las pistas estén más húmedas y sean algo más lentas que otros años", ha sido el único pronunciamiento por parte de Wilson. El debate continúa...