España
...y ahora, a Egipto
El ex seleccionador Juan Orenga ejercerá de entrenador para el combinado egipcio después de volver a ganar el oro Europeo sub’20
El ex seleccionador Juan Orenga ejercerá de entrenador para el combinado egipcio después de volver a ganar el oro Europeo sub’20
Tres Campeonatos de Europa de selecciones inferiores y tres medallas para el baloncesto español: oro de los dos combinados sub’20 y plata de las chicas sub’18. Al frente de los campeones de Europa en Helsinki, un viejo conocido, Juan Antonio Orenga. El que fuera seleccionador absoluto en el Europeo de 2013 (bronce) y en el fiasco del Mundial 2014 cerró con un oro su última misión con la Federación Española de Baloncesto. Su siguiente etapa será en Egipto después de que los responsables de la Federación del país consultaran con Scariolo la posibilidad de apostar por Orenga en el pasado Eurobasket. El castellonense ejercerá como seleccionador absoluto y formador de entrenadores con vistas al Mundial sub’19 que celebrará el país africano y con la intención de que Egipto vuelva a dominar en su continente.
Su nombramiento como seleccionador sub’20 antes de verano fue una de las últimas decisiones que adoptó José Luis Sáez al frente de la FEB. Después de 10 años de trabajo, el ex presidente consideró que Orenga no podía abandonar la Federación por la puerta de atrás. Lo contrario que opinaba más de uno en la sede federativa. Por eso los dos años posteriores a la derrota en los cuartos de final del Mundial ante Francia no fueron para el ex seleccionador los más agradables. Se le condenó a un mero trabajo de oficinista «porque a lo mejor sobraba», como se le llegó a decir. Orenga, que ya fue campeón de Europa sub’20 hace cinco años en Bilbao con un equipo en el que Nikola Mirotic era la estrella, recibió el encargo de dirigir a una selección que llegó a Helsinki lejos de ser una de las aspirantes a medalla. «Había varias selecciones que eran más fuertes que nosotros, como Serbia o Turquía. Eslovenia nos ganó por 20 en la preparación y no contábamos con ningún jugador determinante. Teníamos talento, pero era todo en los exteriores. Carecíamos de interiores que pudiesen alcanzar con facilidad los 15 puntos en un partido», reconoce el propio Orenga.
Con Gonzalo García de Vitoria y Carles Marco como ayudantes, el grupo pronto se convirtió en una familia y el sacrificio por el colectivo hizo que el equipo asumiera que estaba ante una oportunidad única según avanzaba el torneo. La abultada victoria en la final (68-55) ante Lituania y el premio de MVP a un jugador que salía del banquillo –Marc García– fueron el colofón a una trayectoria atípica.
Tras recibir la felicitación de casi todo el mundo en la FEB, Orenga está a punto de emprender viaje a su nuevo destino. Tuvo ofertas de Venezuela, Puerto Rico, Brasil... pero los próximos tres años estará en Egipto.
El que fuera seleccionador absoluto tiene un recuerdo para muchos de los que fueron sus jugadores en el Mundial 2014 y que ahora están en Río: «Ojalá lleguen todos sanos y volvamos a jugar la final porque es un grupo supercompetitivo. Habrá altibajos, pero espero que cierren el ciclo de la mejor forma posible».
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