Eurobasket
Y Pau volvió a reinventarse
Es el jugador más veterano que resulta elegido MVP del Campeonato de Europa.
Gasol es un jugador atípico. «Está más interesado en orquestas y teatros», soltó Kevin Durant, una de las grandes estrellas de la NBA, al fracasar en su intento de reclutarle para sus Oklahoma City Thunder cuando Pau ya había decidido que su destino eran los Bulls de Chicago. Para Pau hay mucha vida más allá del baloncesto. Por eso se entiende que la mañana después de haber endosado los 40 puntos a Francia lo primero que tuiteó fue una foto de un niño sirio en homenaje a los refugiados. Y en las redes sociales es habitual que comente sus numerosas lecturas. Durante el campeonato, la habitación que compartía con Felipe Reyes era la biblioteca del equipo. La biografía de Agassi ha sido uno de los títulos que ha intercalado entre exhibición y exhibición un jugador que en el Eurobasket ha vuelto a reinventarse.
Uno de los aspectos que más destaca Scariolo en su currículum es haber conseguido que los hermanos Gasol compartieran cancha para convertirse en la mejor pareja de jugadores interiores en la historia del baloncesto europeo. Huérfano de Marc, Pau ha tenido que volver a jugar con la Selección de pívot puro. Tal y como hacía en sus primeros campeonatos con la Roja y en diferentes momentos con los Grizzlies de Memphis. «Pau va a volver a ser un jugador interior», aseguró el seleccionador al comienzo de la concentración como gran novedad. El proceso de adaptación ha derivado en la mejor versión de Pau Gasol con 35 años en el que ha sido su duodécimo verano vistiendo la camiseta del equipo nacional.
En pocos Campeonatos de Europa la elección del Jugador Más Valioso ha sido tan unánime. El rendimiento de Gasol en Berlín y, sobre todo, en Lille le une a los más grandes. Ha estado al nivel del Nikos Gallis que hizo campeona a Grecia en Atenas’87; el Petrovic que lideró a Yugoslavia en Zagreb’89; el Djordjevic que encumbró a la nueva Yugoslavia en el 95 ,o el Navarro que asombró en 2011. Los números dicen que sólo Tony Parker y Dirk Nowitzki han anotado más puntos que él en la historia del torneo, pero el papel de Pau en la Selección va más allá de unas cifras mareantes.
Su presencia o no en el torneo condicionaba la elección del seleccionador. Cuando Pau dio el sí quiero a su manera –a través de las páginas del diario «Marca»–, en la FEB respiraron aliviados. Scariolo se convirtió en el seleccionador y en la Federación se dio por hecho que el mayor de los hermanos Gasol lideraría al equipo en el Eurobasket. Pau, que maneja los tiempos en su entorno como nadie, dilató la confirmación hasta que cerró la temporada con los Bulls. Cuando dio el sí no hizo más que confirmar que en el tramo final de su carrera se sigue moviendo por retos. El último gran desafío que tiene pendiente es el oro olímpico derrotando en la final a la selección estadounidense. Y para ello debía enrolarse este verano con la Selección en busca del pasaporte directo para Río. Se trataba de jugar el Eurobasket para lograr la clasificación olímpica, evitar el Preolímpico y, de paso, conquistar un nuevo oro continental. Pau se ha encontrado con una situación desconocida. Las bajas de Navarro y de Marc le han dejado solo al frente del grupo. Él ha asumido la responsabilidad con una mezcla de satisfacción y responsabilidad. Pronto comprobó que el talento no era el mismo que en anteriores convocatorias y por eso ejerció como portavoz reclamando unidad, concentración, trabajo en equipo y que nadie antepusiera sus intereses a los del grupo. «El año pasado hubo demasiadas distracciones», llegó a decir. Su toque de atención ha servido como aglutinador a un bloque en el que todos han estado más unidos que nunca. Y el propio Pau considera que ésa ha sido la clave del éxito. Nada que ver con lo que sucedió en la pasada Copa del Mundo. Al margen del susto antes del partido ante Polonia, Pau ha vivido el campeonato que soñaba. Sus números, en conjunto, son los mejores de su carrera con el equipo nacional y eso le ha servido para llevarse un MVP que estaba cantado antes de la final. Ahora le llegará el Premio Príncipe de Asturias junto a su hermano, una nueva temporada en Chicago y el desafío de Río. Y Pau seguirá reinventándose.
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