Zaragoza

«Destacamento Mizar»: la importancia del transporte en una misión

Efectivos del Ejército del Aire contribuyen a la Fuerza de Afganistán con un avión «Hércules» para el traslado de personal y material

La Razón
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En la base de Herat, en Afganistán, muy cerca de la pista del aeropuerto, viven 37 militares españoles con una función esencial para el buen desarrollo de una misión. Son los miembros del “Destacamento Mízar”, encargados del transporte de material y tropas en el inmenso teatro de operaciones que es Afganistán. Con un avión “Hércules”recorren las diferentes bases del país cubriendo las necesidades de los diferentes actores. Una tarea a veces poco valorada o conocida. Llegaron al país en 2002 y desde 2009 ya se encuentran enclavados en la base de Herat, su centro de operaciones. Y ahora, con el repliegue en marcha, su misión cobra aún más importancias. Son todos del Ejército del Aire y provienen del Ala 31, en Zaragoza, y del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA). Los primeros son los que se encargan de todo lo relacionado con el vuelo, ya sea tripulación o mantenimiento, mientras que los segundos son los que les protegen en sus operaciones. Como curiosidad y ejemplo de su importancia y profesionalidad, un dato: el Ala 31 mantiene desplegado un destacamento fuera de territorio nacional desde hace más de 19 años en diferentes misiones. Realmente, son los primeros en llegar y de los últimos en marcharse.

Su jefe, el comandante Óscar Ruiz, explica que, de media, realizan hasta tres vuelos semanales no exentos de peligro, aunque reconoce que se trata de un "peligro controlado". Desde que se desplegaron en Afganistán, cuenta orgulloso, han llevado a cabo más de 2.300 misiones, han transportado a casi 100.000 personas y más de 13.000 toneladas de material diverso necesario para que las unidades desplegadas por todo el mapa afgano realicen su tarea sin problemas. En total, suman más de 13.300 horas de vuelo.

Uno de sus pilotos, el capitán Eduardo Castro, con 10 destacamentos a sus espaldas, confiesa que, pese a las dimensiones de este enorme avión y lo duro del terreno y climatología de Afganistán, la experiencia les hace volar casi con los ojos cerrados. Incluso hace hincapié en lo importante que es para ellos sentirse como una familia. Su compañera, la teniente Lourdes Losa, copiloto, confirma sus palabras. Lleva tres meses desplegada y este es su tercer destacamento, y confirma que si bien "volarlo no es tarea fácil", todos están muy experimentados. Eso sí, para que todo funcione correctamente ninguno de los miembros de esa familia puede fallar. Es el caso de la oficial de inteligencia, cabo Lourdes, quien en su primer destacamento ya se ha adaptado a la perfección. Ella es la que tiene que recopilar la información que recibe de los enlaces de la Fuerza y recopilar y transmitir aquella que pueda afectar a la misión del destacamento y, de momento, no han tenido sustos.

Otra de las piezas clave son los efectivos dedicados a mantener la aeronave en perfectas condiciones. El teniente Miguel Ángel Martín, jefe de mantenimiento, reconoce los esfuerzos que han de hacer para tener siempre a punto el "Hércules"pese a las duras condiciones de Afganistán, con temperaturas extremas y polvo, mucho polvo. Por eso, por esa climatología tan adversa, el avión vuela a España cada tres meses para una revisión completa, entre otras cosas porque aquí no cuentan con los mismos medios. "Lo que en España se hace en 24 horas aquí se tarda 2 días", apunta. Sin embargo, quita hierro al asunto indicando que han adaptado su forma de trabajo y el mantenimiento al contexto en el que se encuentran.

Junto a ellos están los miembros del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo, quienes les proporcionan la protección necesaria en cada misión, tanto al personal como a la carga o la documentación que transportan. Provienen de unidades distintas, aunque confiesan que han sabido adaptarse perfectamente. El brigada Lacunza, jefe del personal de seguridad, afirma que sus tareas "no son complicadas"porque tienen muy bien controlados todos sus movimientos y "aunque algunos aspectos podrían parecerlo, con los procedimientos no hay complicaciones".

No tienen miedo pese a que en ocasiones han tenido que echar una mano a fuerzas de otros países en lugares poco aconsejables, como el año pasado, cuando apoyaron a tropas italianas en una operación en Shindand.

Ahora, una de sus principales misiones es la de centrarse en el repliegue, principalmente en el de la base de Qala i Naw, que en poco más de un mes será traspasada al Ejército afgano. Por este motivo, no descartan tener que aumentar el número de aeronaves en dos o tres, como en alguna ocasión han tenido que hacer ya cuando se producían relevos. Serán otra de las piezas indispensables. Como los helicópteros “Tigre”, los zapadores, los aviones no tripulados... Si alguno falla, todos fallan.