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Un final de año de locos

La guerra comercial, el Brexit, la investidura en España, la nueva Comisión Europea, la toma de posesión de Alberto Fernández en Argentina y la salida a bolsa de Aramco agitan el final de año

Estamos rodeados de gráficas pero no siempre las entendemos
Estamos rodeados de gráficas pero no siempre las entendemosROMAN PILIPEYEFE

Quedan 31 días para que se acabe 2019. Pero en ese tiempo ocurrirá un buen número de acontecimientos que afectarán a la economía, una muestra final de lo agitado que ha sido el conjunto del año. España, en concreto, será uno de los países a los que más afectará lo que ocurra en diciembre por su pertenencia a la Unión Europea, su estrecho lazo con Latinoamérica y sus vaivenes internos.

Y por lo que perjudica al mundo entero, la guerra comercial Estados Unidos -China, que en marzo de 2020 cumpliría dos años. Al parecer, los dos países están negociando acabar con el conflicto, pero unos días los mensajes de los mediadores son optimistas y otros son pesimistas. Trump ha dicho recientemente que el gigante asiático no está «dando la talla» para llegar a un acuerdo, y se ha mostrado proclive a aplicar más aranceles próximamente.

De hecho, ya hay unos programados para dentro de 15 días, y es a la importación de unos productos de vital importancia, los electrónicos. Así que si antes de esa fecha no se alcanza un pacto, la batalla podría entrar en una nueva fase y enquistarse aún más. En definitiva, diciembre será fundamental para la evolución de la guerra comercial.

Y también del Brexit, porque la fecha y el cómo se ejecutará dependerá del resultado de las elecciones del proximo día 12. Se trata de los comicios «más importantes desde la II Guerra Mundial», apunta el presidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido, Eduardo Barrachina. La salida de la UE se llevará a cabo sí o sí, a no ser que ocurra el milagro, la victoria de los Liberales-Demócratas, que en la última visita a las urnas lograron solo 12 escaños de 650 posibles.

Por otro lado, lo peor para todos sería que Corbyn lograse el apoyo suficiente. Según Barrachina, «existe cierta preocupación y cautela por si Jeremy Corbyn, líder del partido laborista, pudiera liderar un Gobierno de coalición. No sólo han propuesto un segundo referéndum sobre el Brexit (con toda la división, retrasos y tensión política que entrañaría), sino que tiene una agenda harto intervencionista (sin excluir nacionalizaciones) e ideologizada, no siempre a favor de las empresas».

El Brexit será uno de los retos para la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que ocupa ese cargo desde hoy tras haber atravesado bastantes complicaciones para lograr su nombramiento. Ella ha formado parte del Ejecutivo de Angela Merkel, por lo que se prevé que apueste por un modelo para el continente afín a las ideas alemanas.

Las cuales seguro que se notarán en los grandes desafíos que tendrá que afrontar hasta el fin de su legislatura en 2024, como la transición energética, la unión bancaria, fiscal, la digitalización y la relación con los gigantes tecnológicos «made in EE UU». Todos estos retos tendrán que afrontarse con una Comisión Europea bastante dividida ante las cuestiones de mayor unidad, pues los países del norte no quieren responsabilizarse de las altas deudas y déficits que mantienen los del sur.

Entre ellos, España, que se encuentra en un momento clave para su futuro, la formación de un nuevo Gobierno. El principal candidato a la Presidencia, el socialista Pedro Sánchez, agotará sus posibilidades para ser investido antes de Navidad y formar un Ejecutivo con sus socios de Unidas Podemos. Si lo logra, nuestro país podría verse abocado a una subida de impuestos o a una regulación del mercado del alquiler.

Nuestro país siempre tiene un ojo puesto en Latinoamérica, donde una de sus potencias, Argentina, abre una nueva era el próximo 10 de diciembre, cuando Alberto Fernández tome posesión como presidente. El profesor de Economía de la Universidad Torcuato di Tella de Buenos Aires, Constantino Hevia, prevé que las relaciones de España con la nación albicelestre no serán como hasta ahora por las intenciones del Ejecutivo entrante. «Va a ser una etapa de con menos apertura al comercio internacional y a los flujos de capital», explica, y añade que habrá «más restricciones a la compra de divisas, mayor financiamiento monetario de gasto público y menor ajuste fiscal».

Por último, este mes se producirá la salida a bolsa más grande la historia, la de la empresa estatal saudí Aramco. Se trata de «una operación largamente esperada por los mercados, que vienen especulando durante los últimos años sobre cuál sería la valoración final de la mayor empresa energética del mundo», explica el profesor de Finanzas de la Universidad CEU San Pablo, Arturo Medina.

El salto al parqué de Aramco, además, forma parte del programa Visión 2030, a través del que Arabia Saudí ha planteado una estrategia para abrirse al mundo en la próxima década, en la que se encuentra la celebración de la próxima Supercopa de España.Y ojo, porque el país tiene suficiente poder económico como para terminar convirtiéndose en unas de las potencias mundiales.

En definitiva, este diciembre no serán solo preciosos decorados, compras y celebraciones. Habrá que estar pendientes de los acontecimientos que afectarán a la economía durante 2020, un año que, si la cosa no da un giro de 180º, promete ser tan convulso como el presente. Ahora, pasamos a desgranar cada uno de los sucesos citados anteriormente para conocer si existe la posibilidad de ese cambio de rumbo.

La guerra comercial está entre el acuerdo y el abismo

637.000 millones de euros. Es lo que costará la guerra comercial entre Estados Unidos y China en 2020, según el Fondo Monetario Internacional. Esa gigantesca cifra es la que está en juego en diciembre, en las negociaciones entre ambas partes. Si no llegan a buen puerto, el 15 de diciembre, Donald Trump tiene previsto aplicar nuevos aranceles a los productos electrónicos chinos (móviles, ordenadores y otros dispositivos). De suceder, podría ser un episodio que enquiste el conflicto, por la importancia que tiene este tipo de artículos para la economía china. El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Robert O’Brien, ha afirmado recientemente que es posible alcanzar un acuerdo antes de que acabe el año, pero recordó que los sucesos de Hong Kong lo dificultan. En definitiva, siempre hay una excusa para complicar las relaciones entre ambos países, sobre todo por parte de EE UU, que nunca ha parecido partidaria de acabar con la crisis. Y es que se debe tener cuenta que el 3 de noviembre de 2020 Donald Trump se enfrenta a la reelección, y la guerra comercial ha sido una de las políticas con las que ha defendido el mensaje que le llevó hasta la Presidencia, «Make America Great Again». Más cuando los datos de la economía del gigante asiático demuestran que Trump está logrando debilitar a su rival con la imposición de aranceles. Ahora mismo, el país presidido por Xi Jinping está registrando sus peores datos de crecimiento desde toda la época de modernización y aperturismo de la nación (que comenzó a finales de los años 70). Por su parte, el de EE UU también se ha resentido, pero mantiene cierta estabilidad. Es decir, la administración Trump sabe que con los datos económicos sobre la mesa, la sociedad norteamericana tiene la percepción de que van ganando la guerra comercial. Así que si la batalla con China le puede dar votos en los próximos comicios, y en esas circunstancias no tiene pinta de que el presidente quiera firmar un acuerdo. Europa es una víctima colateral, y con ello España. Aunque los países que más están sufriendo las consecuencias son los más industrializados (como Alemania), y nosotros no nos encontramos dentro de ese grupo. El defecto que siempre hemos intentado corregir, por una vez nos está dando ventaja.

El Brexit, inevitable a pesar de las elecciones en Reino Unido

El Brexit se producirá sí o sí. Solo una más que improbable victoria de los Liberales-Demócratas en las elecciones del 12 de diciembre lo evitaría. La única cuestión a resolver en los comicios es cuándo se ejecutará la salida de la Unión Europea. «El primer ministro Johnson necesita una mayoría de conservadores, que es precisamente lo que perdió Theresa May en el 2017. Sin esa mayoría, volverá a hacerse difícil que la salida se lleve a cabo el 31 de enero de 2020», explica el presidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido, Eduardo Barrachina. Tarde o temprano, la relación del país con el resto de Europa cambiará por completo, las relaciones comerciales no serán como hasta ahora y las empresas instaladas allí ya no formarán parte de un contexto comunitario, serán extranjeras de verdad. Por lo tanto, la economía se agitará y, como la situación es completamente nueva no sabemos cuál será su impacto real. Los actores de los mercados británicos y europeos, por si acaso, se están disponiendo para lo peor. Pero lo importante es eso, estar prevenidos. Barrachina comenta que «las empresas españolas se están preparando bien y en la Cámara de Comercio no se palpa nerviosismo ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea . En la medida en que el nuevo ejecutivo apoye a las compañías y favorezca la inversión extranjera, no debería haber problemas estratégicos para nuestras empresas». Veremos qué gabinete sale de las elecciones y cuáles son sus intenciones con las corporaciones de fuera del país. Es impredecible, pero ocurra lo que ocurra no todas las empresas sufrirán igual el Brexit. «Afectará de modo muy desigual a las compañías españolas, según el tipo de servicios, productos que exporten, trabajadores que necesiten, si dependen del transporte o de permisos especiales, si están reguladas o no, etc. Todas las empresas ya han reaccionado de un modo u otro. Y ambas partes, Reino Unido y Unión Europea, apoyan el periodo de transición al menos hasta el 31 de diciembre de 2020. Sólo es necesario que el nuevo Gobierno y Parlamento británicos lo apoyen». En definitiva, de las elecciones del 12 de diciembre depende que el Brexit se haga bien, en beneficio de todos, o mal, con las ansias de desligarse de Europa que tienen algunos relevantes y conocidos sectores de la política del país anglosajón.

Los impuestos y las regulaciones amenazan a España

Pedro Sánchez está próximo a ser investido presidente. Por fin, después de serlo por una moción de censura y no haberlo conseguido tras las elecciones de abril. Aunque tendrá que seguir negociando hasta el último momento, a día de hoy tenemos que manejar la seria posibilidad de que su acuerdo con Unidas Podemos prospere. Por lo tanto, resulta necesario conocer lo que esto supone para la economía. Lo que más preocupa, sobre todo a los empresarios y los inversores, es la subida de impuestos. Y ya se han pronunciado en contra de estas medidas, considerando que la presión fiscal para las compañías en España ya es suficientemente elevada. Los autónomos también sufrirán cambios. En el preacuerdo firmado entre los dos socios de Gobierno han mostrado su intención de discutir sobre la realidad de este colectivo y, con casi total seguridad, terminen reformando el sistema de módulos. Otro grupo, el de los pensionistas, tendrá noticias si la investidura se lleva a cabo. Los subsidios de jubilación se vincularían al IPC, como pretendían tanto el PSOE como Podemos en su programa electoral. Los pensionistas reclamana más ingresos por el aumento del coste de la vida. De esto tiene mucha culpa la subida de los precios del alquiler, sobre todo en las grandes ciudades. Este mercado se regulará en los próximos años si se cumplen las expectativas de los dos partidos. Y ya se verá hasta que límite agitan el sector inmobiliario porque Podemos es un enemigo acérrimo de uno de sus actores, las socimis. Las empresas energéticas deben estar muy atentas a la transición energética, que ha sido una apuesta decidida del Gobierno y seguirá siéndolo. Los ciudadanos tampoco pueden perderlo de vista porque les afectará en su movilidad y en sus consumos. Otro sector que puede sufrir turbulencias es el financiero, no solo porque está amenazado por un impuesto especial, sino porque Podemos quiere nacionalizar Bankia, lo que ha puesto en alerta a todos sus clientes y al resto de entidades del país. Pero en materia económica la noticia más importante, tanto para los trabajadores como para las compañías, es si volverá a subir el salario mínimo. Esta vez hasta los 1.200 euros, una medida en la que podían estar de acuerdo ambos partidos en el Gobierno pero que no apoyan las patronales de empresarios. Tenemos delante una legisltura enrevesada.

Von der Leyen quiere una nueva Europa

Ursula Von der Leyen, nueva presidenta de la Comisión Europea, comienza con buen pie, reconociendo los problemas a los que se enfrenta el continente: «Los cambios en el clima, la tecnología y la demografía están transformando nuestra sociedad y nuestro modo de vida, lo que ha generado una sensación de inquietud y ansiedad en muchas comunidades de toda Europa», afirma ella misma. Y para combatirlo, pretende crear una nueva Europa basada en seis puntos. El primero es conseguir un Pacto Verde. Para ella, la lucha contra el cambio climático es prioritaria y algo que puede diferenciar a la institución de su némesis, los Estados Unidos, liderados por un negacionista Donald Trump. Von der Leyen ha hecho mucho hincapié en sus hijos (tiene siete), pues dice que su principal objetivo es dejarles un continente en el que vivir en buenas condiciones, y el medio ambiente es fundamental. Tanto como el segundo punto, que la economía funcione en pro de las personas. Quizá sea el mensaje más inesperado de Von der Leyen, una liberal confesa que con este discurso se acerca más al socialismo. Eso sí, se trata de un guiño clarísimo a la izquierda europea, de la que necesitaba el apoyo para ser presidenta de la CE. Pretende crear un desempleo y un salario mínimo para todos los ciudadanos que formen parte de la institución. En tercer lugar, quiere adaptar el continente a la nueva era digital. Por ejemplo, instaurar un impuesto para los gigantes tecnológicos que hasta ahora sacan demasiado beneficio de Europa para lo poco que aportan. Otro punto en el programa de Von der Leyen es proteger el estilo de vida europeo. Sabe que esa economía de bienestar que tanto ha particularizado a nuestro continente está amenazada y no la dejará caer fácilmente, o al menos eso dice. También, es una clara muestra de una de sus metas, parar el avance de los movimientos políticos que están en contra del espíritu integrista de nuestra sociedad. Von der Leyen mantiene una apuesta porque Europa gane protagonismo en el mundo, que sea más competitiva frente a los gigantes estadounidense y chino, para lo que tendrá que fortalecer la moneda, la únión bancaria y la fiscal. Por último, quiere proteger la democracia en nuestro continente. Todo un reto.

¿Tendrá Alberto Fernández la fórmula mágica en Argentina?

Argentina se encuentra en un pozo con fondo, y lo sabe porque está cerca de tocarlo. La situación financiera en la que se encuentra el país es límite, y los ciudadanos han elegido en los últimos comicios a Alberto Fernández como el presidente que debe solucionarlo. El 10 de diciembre tomará posesión y comenzará un mandato que promete ser más complicado de lo que se pueda imaginar. El nuevo líder de la nación tiene clara su estrategia. Cerrará algo más la compuerta de las fronteras económicas, es decir, no permitirá tanta entrada de capital ni productos o servicios extranjeros. Confiará en lo que Argentina le puede dar a sí mismo, pero el profesor de Economía de la Universidad Torcuato di Tella en Buenos Aires, Constantino Hevia, cree que «bajo esas condiciones, no se recuperará un crecimiento económico sólido y sostenible en el tiempo». Mala cosa teniendo en cuenta el clima de crispación que recorre Latinoamérica y que podría expandirse a la nación si Fernández no logra remontar la situación. El presidente tendrá una relación diferente con los mercados financieros. «Todo sugiere que va a ser un gobierno con más recelo hacia ellos, tanto internacionales como doméstico», afirma Hevia, quien recuerda que aún queda pendiente la reestructuración de la deuda que el Ejecutivo tendrá que acordar. «Sin conocer los nombres de los funcionarios que nombrará Fernández es difícil saber qué tan amigable va a ser esta negociación que va a tener que hacer Argentina. Si las conversaciones son lentas puede ser muy detrimental para el crecimiento económico», comenta. Hay motivos para el pesimismo, para pensar que el país no logrará salir del fondo del pozo con la receta que propone el nuevo presidente. Ésta la detalla aún más Hevia: «Se espera mayor financiamiento monetario del déficit, tasas reales de interés negativas y el mantenimiento del cepo cambiario para evitar que se desplome la demanda de dinero. También, menos ajuste fiscal y una economía más cerrada, con más protección y subsidios para la industrial local. Igualmente, un aumento de las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Probablemente, incremente algunos impuestos, como el de los Bienes Personales, y se está hablando de un posible tributo extraordinario a las personas que entraron al blanqueo que propuso el Gobierno de Macri, aunque hay dudas con respecto a este punto».

Los mercados, ante la mayor salida a bolsa de la historia

La mayor salida a bolsa de la historia, nada más y nada menos, es otro acontecimiento que tendrá lugar en diciembre. Histórico, sin duda, pero también incómodo porque se trata del salto al parqué de la empresa estatal saudí Aramco. Y el país oriental no está relacionado, precisamente, con buenas prácticas humanitarias. En cualquier caso, la compañía es la más rentable del mundo (más de 99.000 millones de ganancias el año pasado) y sus condiciones son prometedoras para su futuro en bolsa: «Por la evidente dimensión de la explotación de las valiosas reservas petrolíferas saudíes, con una modalidad de crudo de gran calidad y bajo coste de extracción. Arabia Saudí tiene las mayores del mundo después de Venezuela y se estiman en torno a 270.000 millones de barriles, es decir, aproximadamente la quinta parte de las reservas de petróleo de todo el mundo. Actualmente, cuenta con cerca de 100 campos petrolíferos, si bien, son ocho campos los que concentran la mitad de sus reservas», explica el Catedrático de Finanzas de la Universidad CEU San Pablo, Ricardo Palomo. Pero en el historial de Aramco hay un punto negro, la falta de transparencia. «Esos estándares todavía alejados de los occidentales», sostiene el profesor de Finanzar de la Universidad CEU San Pablo, Arturo Medina. Sin embargo, no cree que suponga un impedimento a su éxito en el parqué: «Los grandes inversores institucionales así como los grandes fondos de inversión internacionales no dejaran pasar la oportunidad de tomar posiciones en la empresa estatal saudí». La salida a bolsa de Aramco es parte de un plan mucho más grande, la apertura de Arabia Saudí al mundo, dentro del programa estatal Visión 2030. Además, se trata de una buena actuación en materia económica, que persigue diversificar las fuentes de ingresos del país cuando el petróleo pierda importancia en el plazo de unas décadas ante el ascenso de las energías renovables y la mayor preocupación internacional por la sostenibilidad medioambiental», manifiesta Palomo. En definitiva, se trata de un acontecimiento que afectará al presente de los mercados, pero también al futuro, pues, si sale bien, Arabia Saudí puede situarse entre las potencias económicas a nivel mundial.