El coronavirus alterará el ranking de los países emergentes

El coronavirus marcará el fin de un mundo y alterará el ranking de las potencias económicas a lo largo y ancho del globo terráqueo. Ahora bien, ¿qué pasará con el de los países emergentes? Pues que dependerá de la voluntad de cooperación internacional posterior a la crisis para ofrecer una respuesta, del compromiso con el funcionamiento multilateral del comercio, de las inversiones directas y, por supuesto, de las políticas que adopten China, Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Japón.

La pandemia tuvo su origen en Wuhan y en sus inicios afectó sobre todo a países asiáticos. Pero su frenético ritmo de propagación pronto la extendió por el resto del mundo. Así, cuando en China comenzaron a levantarse las restricciones de movilidad interpuestas para frenar los contagios, en América Latina, por ejemplo, empezaron a anunciarse los primeros confinamientos masivos.

Todos los países emergentes sufrirán una caída del crecimiento en 2020, tanto por el efecto del coronavirus –con la paralización de gran parte de la actividad– como por el desplome del precio de las materias primas –consecuente del desequilibrio entre la menor demanda y la mayor oferta–.

En este escenario, Bank of America prevé un impacto «enorme» del virus en los emergentes, que se agravará en los exportadores de petróleo. La firma señaló que los mercados más grandes parecen razonablemente «resilientes» en términos de cuenta corriente, liquidez externa y estabilidad del sector bancario, y que Brasil, Suráfrica y Turquía serían los grandes más vulnerables. En este contexto, Latinoamérica podría ser una de las zonas más afectadas porque su dependencia de las exportaciones de materias primas es mayor que el de otras regiones, tal y como explica Nereida González, analista del área de Análisis Económico y de Mercados de Afi.

De hecho, los analistas auguran que la mayoría de los países latinoamericanos entrará este año en recesión y que comenzarán a recuperarse a lo largo del próximo año.

Motores del crecimiento

Los países emergentes constituyen los motores de la economía mundial, representando al menos un 60% de su crecimiento. No sólo se trata de países con una relevancia notable en términos de crecimiento y comercio internacional, en la medida en que son grandes productores y consumidores de materias primas, sino que además desempeñan un papel destacado en los flujos internacionales de inversiones extranjeras directas, tanto como receptores y como de emisores. Y en todos estos procesos, los del eje Asia-Pacífico son los que registran las mayores tasas de crecimiento y de expansión del comercio y los que emiten y reciben los más elevados flujos de inversiones directas. En todo ellos, por el particular peso de China y la India.

Alfredo Arahuetes, profesor de Economía de Comillas ICADE y experto en Economía Internacional, sostiene que para que un país sea considerado emergente debe tener un alto potencial de crecimiento, basado en la capacidad de desarrollar sus factores productivos más relevantes, haciendo posible que sus economías recorran una senda de crecimiento continuo, con distintas intensidades, pero que permita un aumento de la renta per cápita de su población, una continua mejora de las condiciones de vida y de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y acercarse, a su propio ritmo, al umbral del desarrollo para enfrentar en las mejores condiciones el desafío que supone el techo colocado por la trampa del ingreso medio.

En la actualidad, el grupo referente de países emergentes sería el de los BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica; a los que habría que sumar México y Turquía por la significativa relevancia que han cobrado en el pasado más reciente.

Sin embargo, son catalogados como emergentes desde hace bastantes años. Entonces, ¿cuándo puede considerarse que un país ha emergido? Según los criterios del FMI, se pasa a ser desarrollado cuando supera los criterios de desarrollo económico, diversifica sus exportaciones y cobra una mayor integración en el sistema financiero global.

Arahuetes detalla que se puede considerar que un país ha superado la condición de emergente cuando ha construido economías de mercado con unas adecuadas infraestructuras y su población ha alcanzado los estándares de las economías de mercado: mejoras significativas de la renta per cápita, la total alfabetización, un continuo avance de la educación y de la capacitación laboral, aceptables niveles de agua y saneamiento, y unos estándares reconocibles en sus sistemas sanitarios.