Economía
«La madrileñofobia es un insulto. El 80% de nuestro dinero va a la caja común»
Así lo afirma Manuel Giménez, consejero de Economía de la Comunidad de Madrid. «El impacto [económico] causado por el Gobierno al dejarnos sin ninguna explicación en el vagón de cola en las fases ha sido enorme», asegura
Durante semanas, este rondeño «hipertitulado» (Derecho, Económicas y Políticas) se sintió un extraterrestre en su propia ciudad de adopción. «Al principio del confinamiento, a la Consejería íbamos solo el guarda de seguridad y yo. La sensación era aún más extraña los domingos por la mañana. Tengo la costumbre de pasar por el despacho y no te cruzabas un solo coche. Luego, después de jornadas devastadoras, buscando mascarillas, mamparas..., con decenas de reuniones y llamadas, llegaba a casa y la sensación era casi apocalíptica.
Después de un día entero trabajando encerrado, con curro a reventar, en un piso de 60 metros (en el barrio de Prosperidad) con una niña de siete meses y un niño de tres años, mi mujer estaba desquiciada y los niños subidos por las lámparas», comenta el consejero con la risa contenida del que puede contar un trago amargo. Ante ese panorama, los aplausos de las ocho «eran una catarsis que rompía esa opresión».
–¿Desde cuándo sabía el Gobierno de Madrid la que se venía encima?
–Teníamos cierta preocupación desde antes del 8 de marzo. Todo apuntaba a que iba a ser necesario tomar medidas y limitaciones, pero en esas fechas no teníamos los elementos de juicio sobre lo que sobrevino luego. La semana posterior al 8-M, la curva se acentuó y fue necesario tomar decisiones difíciles, como el cierre de los centros de día, de los colegios o de la Dirección General de Trabajo. El miércoles 11 aprobamos el cierre del comercio. Fue muy difícil y supuso el antecedente de la decisión que luego tomó el Gobierno. De hecho, el Gobierno hizo literalmente un corta y pega de la orden de cierre del comercio que aprobamos. Todo se fue larvando esa semana.
–¿A qué atribuye los ataques al Gobierno madrileño en la figura de la presidenta Ayuso?
–Hay diferencias de criterio con el Gobierno de Sánchez y con tanta tensión como la vivida se han ido sobredimensionado los conflictos, pero la confrontación de modelos no implica que haya un enfrentamiento entre instituciones. Ha habido unas manifestaciones muy desafortunadas sobre la gestión de las residencias, pero quiero diferenciar el plano institucional de las conductas de algún miembro del Gobierno, en este caso el vicepresidente, que ha tenido unas manifestaciones que no aportaban nada y yo jamás hubiera hecho. Sobre todo, teniendo en cuenta que del decreto de declaración del estado de alarma se deducía que era Iglesias el que tomaba el control de las residencias en toda España. Entiendo que le correspondía a él y no hizo nada.
–Madrid ha sido el epicentro de la epidemia en España. ¿Es también la región que más está sufriendo económicamente?
–Sí. O al menos es de las que más.
–¿Hasta qué extremo? Si las previsiones de caída del PIB nacional van del 9,2% del Gobierno al 21% del Banco de España, ¿va a ser aún mayor el desplome en Madrid?
–Soy poco amigo de las predicciones. Desde luego, Madrid estará dentro del mayor rango de impacto. Es lógico que sea de las más afectadas, ya que el peso del sector servicios es del 85% y atrae el 64% de la inversión internacional o el 60% de la innovación. Además, ha sido la última en pasar de fases. El impacto causado por el Gobierno al dejarnos en el vagón de cola ha sido enorme y sin ofrecernos ninguna explicación, pero la capacidad de reactivación de Madrid también lo es. Hoy, a mediados de junio, casi el 85% del comercio está funcionando y estamos al 80% de los índices de actividad de lo que sería normal. Más de 100.000 personas retomaron la actividad con la entrada de la fase 1 y 250.000 lo hicieron con el tránsito a la fase 2. Ahora, con el regreso a la normalidad, un total de 400.000 trabajadores habrán vuelto a sus puestos de trabajo, lo que implica recuperar el 80% del empleo afectado por esta crisis. Madrid recupera el tono progresivamente.
–¿Pero cuál ha sido el impacto en términos de PIB?
–De acuerdo a los datos de contabilidad trimestral, con esos datos a cierre de mayo, las estimaciones nos sitúan en el entorno del 10% de caída del PIB regional. Pero es recuperable. Confiamos en que con la mal llamada nueva normalidad se recupere la actividad.
–¿A qué responde ese optimismo?
–A que no hay ninguna razón por la que Madrid no tenga que seguir representando el 19% del PIB nacional. Este es un «shock» artificial e inducido, impuesto por una pandemia.
–¿No habría acelerado esa recuperación pasar a fase 3?
–Se tomó en consideración que lo más prudente era no acelerar el proceso y estar solo una semana en fase dos. Por eso no se solicitó el cambio. Esta semana, tras el fin del estado de alarma, la Comunidad de Madrid dispondrá de una regulación autonómica propia para gestionar esta situación.
–Una regulación en la que no se encuentra una de las principales vías de entrada de contagios: el aeropuerto de Barajas.
–Por eso pedimos que el Gobierno sea tajante en la entrada de viajeros por Barajas para que no sea un coladero. Es necesario establecer un protocolo específico en el que nos aseguraremos que los viajeros que llegan a Barajas lo hacen sin estar infectados, especialmente si vienen de zonas particularmente afectadas.
–La factura de la crisis sanitaria ha supuesto 1.280 millones de euros en el presupuesto regional y el desajuste rondará los 2.737 millones. ¿Son suficientes los 3.400 millones del fondo no reembolsable que le ha tocado a Madrid?
–Estimamos una pérdida de ingresos adicional de unos 1.000 millones a los cerca de 1.300 millones de desajuste causado en las cuentas públicas así que consideramos una buena noticia esos 3.400 millones que le corresponden a Madrid. Con la llegada de estos fondos no será necesario realizar ajustes ni endeudarse.
–¿Implica eso que Madrid mantendrá su cuota impositiva en el rango más bajo de España?
–La generación de riqueza y empleo no se favorece subiendo los impuestos. Este Gobierno confía en la capacidad de la economía madrileña en ofrecer oportunidades y crecer al mayor ritmo posible. Por eso, la receta es el equilibrio presupuestario. Ahora, con el impacto sufrido, es crucial apoyar a pymes y autónomos, que suponen el 85% de la economía madrileña, pero potenciando cada euro de gasto y cada ayuda. Eso se logra afianzando entre los inversores y empresarios la confianza en que a largo plazo el objetivo es el equilibrio presupuestario.
–¿Y si vuelven las amenazas de armonización fiscal para tumbar las rebajas impositivas madrileñas?
–Entonces responderemos con más armonización a la madrileña, con más apertura, nunca con menos. Trataremos de que el resto de comunidades equiparen sus impuestos a los nuestros.
–Con el libre tránsito entre regiones ¿qué responde a la «madrileñofobia»?
–Ese asunto me ofende particularmente. Llegué a Madrid en 2001 sin contactos ni padrinos. Estudié, encontré trabajo y formé una familia, y como yo muchos compañeros llegados de otras provincias, gracias a las oportunidades y generosidad que nos dio Madrid. De 78.000 millones recaudados en impuestos en esta región, 62.000 van a la caja común [el 80%]. La «madrileñofobia» es un insulto.
–¿Está garantizada la temporada de ferias de Ifema?
–Ifema cumple su 40 aniversario como uno de los principales motores de la economía madrileña y española. Representa más del 2% del PIB y genera 4.500 millones de euros y 30.000 empleos. Por tanto, con la mayor seguridad y sin demora, se van a retomar las más de 60 ferias previstas desde septiembre hasta final de año. Todo el mundo es muy consciente hoy de las medidas de autoprotección que debe tomar y nosotros vamos a garantizar la máxima seguridad.
–Han lanzado un plan de liberación de suelo, hay quienes ya les acusan de fomentar el pelotazo urbanístico...
–En Madrid hay mucho suelo que podría estar disponible si la administración no supusiera una barrera para que se acometan proyectos que crean mucho empleo. No se trata de cambiar los usos de ningún terreno, sino de que la administración no solo no entorpezca, sino que favorezca y agilice los trámites para dinamizar un sector que va a ser clave.
–¿Se plantea Madrid abonar un complemento a los trabajadores en ERTE?
–Madrid está concentrada en la generación de empleo y en ayudar a rebajar los costes laborales íntegros de las contrataciones que se produzcan. El mejor escudo social es tener un empleo. Por eso, el plan «Emplea Madrid», dotado con 32 millones de euros, dispone de ayudas directas de 7.500 euros para fomentar la contratación indefinida, primando a los reincorporados que se hagan fijos.
–¿Tumbar la reforma laboral es...?
–Una barbaridad inviable.
–Aunque usted va por libre como miembro independiente del Gobierno madrileño, lo propuso Ciudadanos. ¿Qué le parece el acercamiento de Arrimadas a Sánchez?
–El sostenimiento del estado de alarma no era uno de mis problemas, sino garantizar el abastecimiento de los supermercados y otros muchos suministros o lidiar con el cierre de comercios. Estábamos concentrados en trabajar. Pero a mi juicio, apoyar el estado de alarma ha sido acertado. Si no hubiera continuado, se habría generado más alarma.
–¿Les ha generado tensión con el PP de Madrid ese apoyo a Sánchez?
–Ninguna. En el Gobierno de Madrid nos llevamos mejor de lo que parece.
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