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Los robots salen a la calle

Circulan por la fábrica de SEAT Martorell. Cada convoy puede transportar hasta 10 toneladas de material

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Realizan 240 kilómetros al día compartiendo las calles con peatones, camiones, bicicletas y coches. Controlan los semáforos, se comunican con su entorno… Pero al cruzarnos con ellos no veremos a nadie conduciéndolos. Son autónomos, se llaman AGV («Automated Guided Vehicles», en inglés) y salen al exterior de los talleres de la planta de SEAT en Martorell.

Un robot se suele asociar a una máquina con aspecto humano que realiza algunas funciones, pero en realidad cualquier máquina programable capaz de realizar operaciones de manera autónoma es un robot. Es el caso de los AGV: son vehículos autónomos que ya operaban dentro de los talleres y que ahora salen a las calles de la fábrica. Las últimas tecnologías de reconocimiento en navegación SLAM («simultaneous localization and mapping», en inglés), de conexión 4G y de carga de baterías eléctricas por inducción están detrás de este proyecto único en Europa.

Sin guías ni cables

En total son ocho los robots que circulan por las calles de la fábrica de SEAT Martorell. Cada convoy puede transportar 10 toneladas y, en conjunto, trasladan hasta 2.000 piezas al día. Todo sin guiado magnético ni cables. ¿Cómo funcionan? Los AGV están programados para leer su entorno. Para saber cuál es el recorrido que deben seguir, primero lo hacen guiados y, mediante una cámara integrada, lo memorizan. Luego, solo tienen que repetirlo: salen de la base, ven un edificio de dos pisos a su izquierda, luego un cruce, ahí giran a la derecha… una referencia tras otra hasta llegar a su destino. «Si en algún momento perdiera esa referencia, porque se cruzara algo en su camino que le tapara el mapa que tiene memorizado, el robot se pararía hasta volver a encontrar la referencia», afirma Víctor Palacios, ingeniero de logística de SEAT y responsable del proyecto.

Además de ver e interpretar todo lo que tienen a su alrededor, son capaces de comunicarse con su entorno gracias a la tecnología 4G. También pueden «hablar» entre ellos. «Son ocho y no están todo el tiempo en movimiento. Cuando uno sale de la zona de carga avisa al siguiente, que está en zona de espera, para que ocupe su lugar. Si dos se cruzan, también se comunican para reducir la velocidad», comenta Palacios. Incluso regulan el tráfico a su paso. Tienen la preferencia, así que, al llegar a un cruce, cambian los semáforos para tenerlos en ámbar y poder seguir su camino. Seguridad 360º. A la seguridad en la circulación hay que sumarle la integrada en el propio robot. Unos sensores situados en la parte superior y a ras del suelo hacen que se pare si detecta cualquier objeto en su camino. «Los robots van a una velocidad de 1 metro por segundo, por lo que ante cualquier objeto o persona que se cruce con ellos en una radio de metro y medio, son capaces de parar en seco», asegura Palacios.

Seguros, eficientes y sostenibles

Este sistema permite un suministro más eficiente desde el punto de vista medioambiental. Son eléctricos y se cargan por inducción, sin necesidad de cables. En 15 minutos tienen la batería completa mientras realizan una parada para abastecerlos de piezas. Energía limpia que permite que se reduzcan 1,5 toneladas de CO2 al año. «En los últimos años SEAT está incorporando innovaciones pioneras en el ámbito de la logística y este es un ejemplo más de nuestro compromiso por convertirnos en un referente de la Industria 4.0. La incorporación de los AGV nos permite optimizar los procesos de producción y logística de una manera eficiente, sostenible y conectada», concluye el vicepresidente de Producción y Logística de SEAT, Dr. Christian Vollmer.