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Pasaporte sanitario

Bienvenido a España de nuevo, Mr. Smith

El desembarco de visitantes del Reino Unido, el mayor mercado hacia nuestras playas, parece un hecho con un 630% más de reservas. Los hoteleros ven la luz al final del túnel

Una pareja de turistas británicos caminan por el centro de Barcelona Enric FontcubertaEFE

Smith es el apellido más frecuente en todo el Reino Unido, desde las tierras altas de Escocia hasta Cornualles, con casi medio millón de «usuarios». Es el equivalente a nuestro Rodríguez o García. Desde hace un año, los miles y miles de señoras y señores Smith no pisan su destino de vacaciones favorito: España. Pero algo está empezando a cambiar. El ritmo de vacunación en Reino Unido va viento en popa y el Gobierno de Boris Johnson ha anunciado que se abrirán los cielos a los vuelos internacionales a partir del 17 de mayo, lo que ha disparado las reservas para el verano con destino a las cálidas costas españolas. «Reino Unido está en el umbral de convertirse en el primer país del mundo en reanudar de manera segura los viajes internacionales y el comercio», ha asegurado esta semana John Holland-Kaye, consejero delegado de Heathrow, el que era hasta la pandemia el mayor aeropuerto de Europa, controlado, por cierto, por la española Ferrovial.

Y es que, como en la antigüedad, los buenos augurios se leen en el cielo. Y el mejor auspicio (del latín «avís» ave y «spicio» ver, literalmente «el que mira a los pájaros») es que entre las nubes de las grandes ciudades europeas vuelven a verse aviones, lo que se refleja en la web de vuelos en tiempo real «Flightradar», donde Europa aparece otra vez llena de minúsculas aeronaves amarillas. «El discurso del premier británico ha proporcionado confianza para muchos de nuestros clientes en Reino Unido, aumentando la demanda de vuelos hasta un 337% y de las vacaciones hasta un 630% en una semana. Hemos puesto a la venta más vuelos y vacaciones este verano junto con más destinos», revelaba el director general de EasyJet para el sur de Europa, Javier Gándara.

Si los británicos suspiran por volver a las playas españolas, el sector turístico español cruza los dedos para que nada se tuerza. Los británicos son los mejores clientes. Suponen el 21,6% de los turistas extranjeros, son los que más gastan y los que más tiempo pasan en España. «Si no llegan británicos en verano, estamos perdidos, cerraremos», asegura a este diario el presidente de una de las mayores hoteleras nacionales.

Una playa de Mallorca semi desierta el pasado verano por la falta de turistasCATI CLADERAEFE

Los augurios son buenos y se espera que un 40% de los británicos esté vacunado en abril y casi un 90% en verano, pero en el sector nadie quiere lanzar las campanas al vuelo. ¿Volverán los turistas a nuestras playas este verano o todo se quedará en un espejismo, como en el de 2020?

La zona hotelera de Palmanova-Magaluf parece hoy el escenario de un «spaguetti western». Sin jubilados del Imserso y fuera de la temporada estival, no hay un solo hotel abierto y las sombras de quienes pasean parecen fantasmas entre cemento y palmeras. Magaluf es uno de los destinos favoritos de los británicos en España junto a Benidorm y Canarias. Epicentro de las «baked beans» y el «fish & chips» en Mallorca, sus hoteleros confían en empezar a levantar la persiana en mayo, pero la cautela es máxima después de que el pasado verano abriera de forma testimonial un tercio de sus 88 hoteles.

«La situación es dramática. Hay hoteles que llevan cerrados desde noviembre de 2019 y en Semana Santa no hay previsiones de que mejore. Si todo va bien, esperamos que todo esté abierto en junio y que la temporada de verano se alargue hasta que lleguen los clientes del Imserso, que serán muy bien recibidos. Por ahora, la evolución de las reservas es positiva. Hay que ver si tiene continuidad», explica a LA RAZÓN Mauricio Carballeda, presidente de la Asociación Hotelera de Palmanova y Magaluf.

«La hoja de ruta de Reino Unido es positiva porque disipa la incertidumbre. En cualquier caso, se debe crear un pasaporte sanitario. Hay que eliminar barreras con la sustitución de las pruebas PCR por test de antígenos, más asequibles y operativos, y eliminar las cuarentenas que, por ejemplo, aún sigue exigiendo Alemania», subraya María Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, que agrupa a 850 hoteles y gestiona 200.000 plazas hoteleras en las islas.

La otra «little Britain» de la Península es Benidorm. Tanto como para prestar su nombre a una popular «sitcom» emitida durante diez años en la ITV. «Benidorm», premiada hasta con un Bafta y con picos de ocho millones de espectadores por temporada, recreaba las cómicas peripecias de un grupo de turistas británicos en la Miami de la Costa Blanca. Allí, los hoteleros son algo más optimistas y vaticinan las semanas de mayores reservas «de la historia del turismo» británico. Así lo asegura Toni Mayor, presidente de la patronal hotelera de la Comunidad Valenciana, quien afirma que se están recibiendo reservas «masivas» a partir del 17 de mayo. En la Comunidad Valenciana las reservas ya iban «muy bien» para agosto, septiembre y octubre, cuando se calcula que el 90% de los británicos puede estar vacunado, pero ahora se están haciendo reservas desde mayo. «Firmamos si se salva media temporada de verano», suspira Mayor, quien considera clave el pasaporte sanitario al que ya ha dado luz verde la canciller Merkel y que podría hacer realidad la previsión de Tourespaña de que, desde mayo, haya un «boom» desde Alemania, el segundo emisor con el 13,2% de los visitantes.

«Son los primeros rallitos de sol. Sabíamos que hay una demanda embalsada y unas ganas tremendas de viajar. Es cierto que en los últimos días hay un nivel de reservas inusualmente alto, pero ahora hay que ver si se concretan porque antes las reservas para esta época eran con prepago a precios respetables y ahora se hacen con total flexibilidad y con cancelación gratuita hasta el último día», advierte a este diario José Luis Zoreda, vicepresidente de la patronal Exceltur. «La buena señal es que el propio sector turístico británico y alemán están presionando a sus gobiernos para reactivar el negocio. No en vano el principal touroperador europeo es alemán. TUI tiene ayudas directas de Berlín de 7.500 millones y es el principal cliente de España. No puede caer como cayó Thomas Cook». En este sentido, el certificado sanitario será clave. «Si hay una cartilla para la fiebre amarilla por qué no un certificado para acreditar que se tiene la vacuna o que se ha hecho un test de antígenos para viajar libremente por Europa y que se acabe con el disparate de las cuarentenas», reitera Zoreda.

En 2020 se perdieron 106.000 millones de actividad turística. Lo normal habrían sido unos 150.000 millones de ingresos. La previsión en 2021 es cerrar en torno a 96.000 millones recuperando 48.000 millones. Eso elevaría el peso del turismo en el PIB del 4,2% al 8,2%, lejos aún del 12,2% previo a la pandemia.

Desde la patronal hotelera Cehat, su secretario general, Ramón Estalella, pide ayudas directas para que las empresas «puedan mantenerse vivas hasta la llegada de estos turistas alentados por los grandes operadores británicos, alemanes e incluso suecos».

«Casi merece la pena sacrificar la Semana Santa para salir de esta pesadilla», sentencia Carlos Garrido de la patronal de agencias de viajes. Todo para que Mr. y Mrs. Smith vuelvan a tostarse bajo el sol de España.

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