Facturación

La industria española pierde peso respecto al resto de sectores

En 2019 su contribución al PIB fue del 14,64%, cifra muy alejada del objetivo del 20% fijado por la UE para 2020. Sus representantes reclaman al Gobierno un cambio de modelo productivo

Situación de la industria
Situación de la industriaAntonio Cruz

Las cifras de la industria en España se alejan del objetivo del 20% del PIB fijado por la Unión Europea en su Horizonte 2020, a lo que se añade que las previsiones para los próximos ejercicios esperan una moderada pérdida de dinamismo y más ahora teniendo en cuenta los efectos de la COVID-19. Según los últimos datos disponibles de Eurostat, España es la quinta nación europea en cuanto a volumen de facturación del sector industrial y Valor Añadido Bruto (VAB) en el sector. En cuanto a número de empresas industriales se sitúa en el sexto lugar, destacando en el caso del VAB que los países que se encuentran por encima presentan una producción industrial mucho más importante.

Llama la atención además que la cifra de negocios que en promedio tiene una empresa industrial española (2,25 millones de euros), es muy inferior a la de la mayoría de los países de la Unión Europea, siendo la media de estos países de 4,17 millones de euros. Otro dato importante lo refleja la composición de las empresas del sector en función a su tamaño: el 99,4% son pymes, y de ellas un 85% son microempresas, un 13% son pequeñas empresas y un 2% medianas. Son las conclusiones que se desprenden del IV Barómetro Industrial del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI) correspondiente a 2020 y elaborado con la colaboración del Consejo General de Economistas de España (CGE), que aporta la visión de los ingenieros sobre la situación en la que se encuentran las empresas del ámbito industrial, así como de los profesionales que trabajan en ellas y las perspectivas que muestran ante la evolución de la economía, en general, y del sector industrial, en particular, en un contexto muy diferente al de años anteriores a causa de la pandemia.

Según los últimos datos difundidos por el INE, la cifra de negocios de la industria bajó una media del 11,7% en 2020, su mayor caída desde 2009, cuando retrocedió casi un 22%. Ante este escenario, las perspectivas no son nada halagüeñas para más de la mitad de los ingenieros encuestados. Un 56% cree que la actividad en el sector industrial se reducirá entre el 5 y el 25% a causa de la COVID-19, mientras que el 30% opina que se reducirá en más del 30% y un 7% cree que no variará. Por su parte, un 5% se decanta por la opción en la que aumentará entre el 5 y el 25% mientras que el 2% restante cree que aumentará más del 30%. Respecto a su previsión de evolución del sector a corto-medio plazo en España, el 65% de los encuestados tiene una visión negativa.

Riqueza industrial

La industria española ha ido perdiendo peso respecto del conjunto de sectores de la economía nacional, pasando de suponer en el año 2000 el 20,6% del valor añadido bruto (VAB) al 16,14% en 2019. El peso total de la industria respecto al conjunto de la economía española era en el año 2000 del 18,7% y en el 2019 del 14,64%, cifra aún muy lejana del 20% que se había previsto por el Horizonte 2020. «Lo venimos advirtiendo desde hace mucho tiempo. Hay que facilitar un ecosistema para que los negocios se pongan en marcha rápido, con una legislación operativa que no ponga trabas y con ayudas para que las pymes crezcan», advierte el economista Salvador Marín, uno de los autores del informe.

El retroceso de la facturación de la industria en 2020 fue resultado de las caídas en todos los sectores, especialmente en energía (-41,6%), seguido de los bienes de equipo (-11,3%), los bienes intermedios (-10,3%), los bienes de consumo duradero (-10%) y los bienes de consumo no duradero (-5,3%). «Deberíamos dedicarnos a la industria en la que realmente somos buenos, como la de la automoción, la agroalimentaria, la energía, etc. y eso no se hace de la noche a la mañana. Muchas veces hablamos de cambiar el modelo productivo de nuestro país, cuando lo tenemos delante. Disponemos de las herramientas para desarrollar nuestra industria, pero tiene que haber un plan industrial de verdad», señala Marín. Un 90% de los ingenieros encuestados cree necesario que el Gobierno abogue por un plan de transformación para facilitar la adaptación ante las nuevas necesidades productivas que surjan en la sociedad, mientras que el 80% cree que se debería constituir la «Mesa de la Industria» para definir y hacer seguimiento de qué proyectos deberían apoyarse en parte de los fondos europeos.

Empleo que también cae

El impacto de esta crisis sobre el empleo en el sector de la industria está siendo particularmente acusado, con diferente incidencia de los ERTEs en los distintos sectores de actividad, entre los que se encuentran con mayor nivel de ERTEs algunas actividades industriales, como la fabricación de vehículos a motor. En referencia a su aportación al empleo nacional, al final del tercer trimestre de 2020 el total de ocupados en el sector industrial (equivalente a jornada completa) ascendió a casi 2,76 millones de personas, suponiendo esta cifra el 14,01% del empleo total.

En cuanto a la calidad en el empleo, cabe destacar que el de la industria es más estable que el del resto de los sectores. Si para el total de la economía los contratos indefinidos suponen un 63,69%, en el sector industrial esta cifra aumenta hasta el 76,09%. «Hay que producir productos si queremos ser competitivos. La afirmación de que la industria puede y debe jugar un papel clave en la recuperación económica es ahora más válida incluso», advierte Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas.

Situación de las CC AA

De las 17 comunidades autónomas, solo tres alcanzan el umbral establecido por las autoridades comunitarias del 20% de aportación del PIB industrial sobre el total del PIB, para contribuir eficazmente al desarrollo de la economía de la Unión Europea. Son La Rioja, País Vasco y Navarra. En el extremo opuesto se encuentran Baleares y Canarias, que no superan el 3% de aportación de este sector al PIB. Mientras que Madrid, Extremadura y Andalucía, no superan el 10%.