Opinión

De mascarillas, mordazas y economía

Los trabajadores del campo se cuestionan la nueva ley que obliga a usar mascarilla al aire libre pese a mantener la distancia de seguridad. El sector turístico también sufrirá sus efectos

Un agricultor de la provincia de Segovia
Un agricultor de la provincia de SegoviaCarlos Castro

Cuento dos testimonios de ayer mismo. Primera llamada a última hora de la mañana de un pastor: «Me paso todo el día solo y en compañía únicamente de mi ovejas, ¿tengo que llevar la mascarilla siempre?». Segunda llamada poco antes de escribir esta columna, en este caso de un agricultor: «Estoy a solas en la cabina de mi tractor y en estos días con las puertas abiertas porque la temperatura es más que agradable, ¿es obligatorio que lleve la mascarilla durante las más de diez horas que echo?». Planteadas las preguntas, y después de escuchar mi respuesta de que, en teoría sí, pero que lo voy a consultar a la «autoridad competente, sanitaria por supuesto», me llega una larga ristra de improperios contra los padres de esa medida, que mis interlocutores no acaban de entender. Eso en lo que respecta al campo. En lo relativo al ocio y las playas, no parece que una foto de los bañistas con mascarilla sea el mejor reclamo para fomentar el turismo.

Se quiera ver o no, el sector turístico es fundamental para la economía española y habrá que tenerlo más en cuenta, con las precauciones necesarias, a la hora de la recuperación. De lo contrario, el paro se va a disparar todavía más, justo cuando la Comisión Europea ha comenzado a enseñar ya la patita y a dejar claro que planteará sus condiciones a la hora de entregar los fondos comprometidos en el Plan de Recuperación, independientemente de cuando lleguen. De ahí que haya avisado de la necesidad de una reforma laboral, pero justo en el sentido contrario al que vienen planteando los responsables del Ministerio de Trabajo. Si todavía hay alguien que piensa que el dinero comunitario nos va a salir gratis, está muy equivocado. Mientras tanto, hoy comienza el segundo trimestre del año, que ojalá sea el de la vacunación masiva en España y en el resto de la UE. Y, en esto, la Comisión Europea tiene que hacer examen de conciencia, porque el ritmo de vacunación es mucho más lento de lo que nos gustaría a los ciudadanos europeos. Por cierto, que hoy comienza su mandato María Ángeles Benítez, la nueva «jefa» de la Representación de la Comisión Europea en Madrid. ¡A ver si se nota y acaba con las mordazas que han practicado sus antecesores!