Las empresas familiares han sufrido especialmente el impacto de la pandemia y las cifras así lo atestiguan. El número de empresas familiares que registraron pérdidas durante 2020 se triplicó respecto al año anterior por la pandemia y más de la mitad de las empresas (el 57%) vieron descender su facturación, mientras que solo el 36% consiguió aumentarla. En concreto, las compañías que no han tenido beneficios han pasando del 4% al 12% y una de cada cinco registró una caída de la facturación mayor al 20%.

Así lo detalla el Observatorio de la Empresa Familiar, elaborado por el Instituto de Empresa Familiar (IEF) y Deloitte, que ha contado con la participación de 442 empresas que, pese a la situación, el 78% de ellas prevé volver a las tasas de crecimiento previas a la pandemia a partir de 2022. Con esta situación anómala, es de resaltar que el 62% de las empresas han conseguido aumentar o mantener la plantilla y sólo el 38% la redujeron.

El estudio marca las cinco prioridades de las empresas familiares españolas para los próximos dos años pasan por mejorar las capacidades digitales (59%); abrir a nuevos mercados (51%); aumentar el uso de las nuevas tecnologías (53%); introducir nuevos productos o servicios (39%) y promover fusiones o adquisiciones estratégicas (41%). Mirando un poco más lejos, a cinco años vista, las empresas familiares españolas apuestan por aumentar su nivel de diversificación y que la próxima generación se haya convertido en accionista mayoritario.

El informe señala también que el 36% se han visto obligadas a recortar dividendos, el 28% realizar recortes salariales y el 78% espera volver a los niveles de crecimiento previos a la  a la pandemia -un 86% a nivel global-.

Respecto a su organización, en el 95% de las empresas la familia posee más del 75%; en el 59% la familia es mayoría en el consejo de administración; en el 48% de ellas tiene un 25% como máximo de familiares en cargos ejecutivos; y en el 67% incorpora menos de un 25% de consejeros independientes en su consejo de administración. Asimismo, casi un 80% de las empresas familiares cuentan con un propósito empresarial de compromiso social que mejora su reputación.