Agricultura
La rebelión de los consejeros
No se podrá negar que el ministro de Agricultura intentó que los consejeros del ramo diesen el visto bueno a su propuesta sobre Plan Estratégico nacional. Y tampoco se puede negar que estos últimos proporcionaron un sonoro bofetón en la cara a Planas negándose a secundar su proyecto. Este puso a los representantes autonómicos entre la espada y la pared y estos se rebelaron y no quisieron ser cómplices del desaguisado. Un ejemplo: en el documento-propuesta ministerial, nada concreto se decía de los ecoesquemas, instrumento clave de la nueva PAC, a través del que se debe repartir una cuarta parte de los fondos que llegarán a España. La pregunta y la respuesta a la misma son obvias: ¿cómo se puede pretender alcanzar un acuerdo cuando no se conoce la distribución de uno de cada cuatro euros? También hay problemas con la definición de agricultor activo, el que tiene derecho a recibir las ayudas, con la que barre para «su casa».
Otros puntos complicados son el número de regiones productivas, que se desconoce y que es clave para saber la distribución del dinero entre comunidades y beneficiarios: en el documento se dice que hasta 20, pero no es lo mismo que exista ese número que se fije en 15, 12 o 10. La condicionalidad de las ayudas y el pago redistributivo son otros puntos calientes. Con todo eso en el aire, era imposible, o por lo menos muy complicado, que los consejeros diesen su visto a la propuesta. En ese contexto destaca lo de Extremadura, que debe tener información privilegiada, porque el presidente Vara y la consejera se han dedicado a dar detalles concretos de los beneficios para su región, a pesar de que el plan no está aprobado y tiene muchas lagunas.
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