Opinión

Ese país con un 90% de empresas familiares

Los empresarios familiares que a partir de mañana celebran su Congreso anual en Pamplona han remitido una serie de propuestas al Comité de Expertos encargado por la ministra de Hacienda de elaborar un proyecto de reforma fiscal

El presidente del Instituto de Empresa, Marc Puig, durante su intervención en el 23 Congreso Nacional de la Empresa Familiar celebrado el pasado año en Madrid
El presidente del Instituto de Empresa, Marc Puig, durante su intervención en el 23 Congreso Nacional de la Empresa Familiar celebrado el pasado año en MadridBallesterosEFE

Marc Puig, presidente ejecutivo de Puig, preside el Instituto de Empresa Familiar (IEF), la organización empresarial independiente, sin ánimo de lucro, fundada en 1992 y que agrupa a un centenar de empresas familiares líderes en sus sectores de actividad. El Rey Felipe VI presidirá mañana lunes en Pamplona la inauguración del XXIV Congreso de la Empresa Familiar, que vuelve a su formato presencial, después de que en 2020 tuviera que celebrarse en la modalidad «on line» por culpa de la pandemia. Durante dos días, algunos de los principales empresarios familiares abordarán distintos asuntos que afectan a las compañías de esta naturaleza, en unas jornadas en las que también intervendrá el presidente del Partido Popular, Pablo Casado.

Las empresas familiares españolas son importantes porque son el 90% de todas las empresas del país. España, de hecho, según los datos del European Family Businesses (EFB), es el país de Europa con mayor porcentaje de este tipo de empresas, seguido de Finlandia y Grecia, con un 80%, mientras que en Alemania, Francia, Italia y Reino Unido representan el 75% del tejido industrial. En España, además, generan el 60% del valor añadido bruto y representan el 70% de los todos los empleos del sector privado.

Las dos características esenciales para identificar a una empresa como familiar son el que una participación relevante –generalmente de control– esté en manos de la familia, que suele asumir los riesgos con patrimonio propio, y la transmisión a las siguientes generaciones como uno de sus objetivos fundamentales, lo que obliga a sus responsables a adoptar visiones y políticas a largo plazo.

Los empresarios familiares agrupados en el IEF constatan que «la sucesión» es el momento más delicado en la vida de sus empresas. De hecho, apenas un 9% de las empresas familiares consiguen llegar a la tercera generación y apuntan a la necesidad de que exista un marco tributario que permita la continuidad de los proyectos empresariales. Por eso, han elaborado un documento que han enviado al denominado «Comité de Personas Expertas para la Reforma del Sistema Tributario», que preside el catedrático de Economía Aplicada Jesús Ruiz Huerta, creado a instancias de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y que tiene el encargo de plantear propuestas para la reforma fiscal que quiere abordar y desarrollar el Gobierno que preside Pedro Sánchez a partir del próximo ejercicio.

Los empresarios familiares plantean, en la Parte 2, que «la singularidad y la relevancia de este tipo de empresas han sido reconocidas en Europa y en España». Recuerdan que en el caso español «en el Impuesto de Patrimonio no se tributa por los activos productivos, igual que en cualquier país del mundo, y en el impuesto de Sucesiones y Donaciones se establece una reducción del 95% para la transmision de activos productivos». «No existe –añaden– ningún país desarrollado que no cuente con una fiscalidad favorable para la sucesión de la empresas familiares». No lo dicen, ni en el documento ni en ninguna parte, aunque sí lo admiten en privado. Temen que la influencia de la parte más radical del Gobierno, ahora liderada por Yolanda Díaz, pueda introducir en la reforma fiscal aspectos lesivos para este tipo de compañías.

La propuesta principal de los empresarios familiares es el mantenimiento de las actuales exenciones en el Impuesto del Patrimonio, del 100%, y en el de Sucesiones y Donaciones, del 95%. Además plantean revisar la definición de empresa familiar para ampliar el perímetro de control hasta el cuarto grado de parentesco; revisar el concepto de actividad económica desde una perspectiva de grupo y unificar el plazo de mantenimiento de las participaciones en transmisiones inter vivos hasta los cinco años.

Además, hay propuestas sobre el impuesto de sucesiones, pero las esenciales son las dirigidas a garantizar la continuidad de los proyectos, dependientes, en muchos casos, de la fiscalidad. Al Gobierno, que no parece muy interesado en el Congreso de los empresarios familiares, puede gustarle más o menos menos pero no puede obviar que España es ese país con un 90% de empresas familiares.

La sucesión en el Bundesbank, clave también para España

La elección del sucesor de Jens Weidmann al frente del Bundesbank dará quizá la primera pista de las intenciones de la más que probable coalición de socialdemócratas, liberales y verdes en Alemania. El nuevo jefe de banco central alemán será también una figura influyente en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que puede mantenerse o endurecerse y que, en cualquier caso, tendrá consecuencias directas en España.

Atascos de barcos mercantes en los puertos para descargar mercancías

El 40% de las mercancías que llegan a Estados Unidos lo hacen a través de dos puertos que están uno al lado del otro, el de Los Ángeles y el de Long Beach. Desde mediados de septiembre, como recoge el analista Juan Ignacio Crespo, hay atascos con colas de hasta 73 barcos, repletos de contenedores, para entrar y descargar en esos puertos. En Long Beach, como medida de urgencia, decidieron trabajar 24 horas al día 7 días a la semana. La misma medida han adoptado en el puerto de Los Angeles y el presidente Biden ha pedido a las empresas de transporte, como Fedex y UPS, que hagan lo mismo. En Europa también hay retrasos y atascos, menores que en Estados Unidos, aunque el desabastecimiento se empieza a notar. Sin embargo, por ahora, en el Viejo Continente nadie hablar de trabajar 24 horas todos los días