Ahorros

Las familias han guardado 12.000 millones bajo el colchón durante la pandemia

Los españoles aumentan hasta 59.487 millones los billetes y las monedas que han atesoran en casa

La pandemia del coronavirus disparó el interés de los españoles por disponer de dinero en efectivo –monedas y billetes–, sobre todo en los primeros meses de la epidemia. A finales del primer trimestre de 2020, justo días después de comenzar «el gran confinamiento», las familias atesoraban 47.084 millones de euros en efectivo. Era también la cantidad más baja guardada en metálico desde finales de 2002, cuando tenían físicamente en su poder 47.938 millones de euros.

Desde el inicio de la pandemia, los españoles han aumentado cada vez más dinero en billetes y monedas, hasta llegar a los 59.487 millones de euros de finales del segundo trimestre de 2021, según los datos de las Cuentas Financieras de la Economía española, que elabora el Banco de España. La tendencia histórica, afianzada durante los dos primeros decenios del siglo XXI, de reducción de efectivo en manos de los hogares y quebrada con la pandemia, podría haberse retomado durante el verano, ya que en julio la cifra había descendido a mediados de julio pasado, por primera vez desde marzo de 2020, hasta los 57.514 millones de euros, según el avance de datos del Boletín Estadístico del Banco de España.

El mayor repunte de la tenencia de dinero físico se registró en el segundo trimestre de 2020, al pasar en solo tres meses de 47.084 a 55.020 millones de euros. La subida se mantuvo durante todo el ejercicio y al final de 2020, los españoles atesoraban en billetes y monedas 57.795 millones, que llegaron a un máximo –por ahora– de 59.487 en junio de este año. En resumen, en año y medio, más o menos, hicieron acopio de casi 12.500 millones más en forma tangible, es decir, casi un 25% más, un porcentaje verdaderamente notable.

La única explicación verosímil es el temor o la prudencia, o ambos factores combinados, de la población de tener dinero en efectivo en previsión de futuras incertidumbres. Eso se complementaría con el aumento exponencial, sobre todo en zonas urbanas, del pago con tarjera y otros medios electrónicos en los primeros meses de la pandemia, para evitar el contacto con el dinero físico en los distintos establecimientos comerciales. No hay estudios detallados todavía, pero los datos son muy concluyentes.

La pandemia –medida desde finales del primer trimestre de 2020 hasta el segundo de 2021– no ha reducido la riqueza financiera de los hogares españoles, tanto bruta como neta, sino que incluso ha crecido algo en ese periodo, también según los datos del Banco de España. A finales de marzo de 2020, los españoles poseían activos financieros por importe de 2,293 billones de euros, cifra que había aumentado hasta los 2,484 billones de euros en junio de 2021, es decir, un crecimiento del 8,5% aproximadamente.

Algo similar ocurrió con la riqueza neta, es decir, descontados los pasivos –la deuda en definitiva–, que se ha mantenido estable durante todo ese periodo, con un leve repunte en el segundo trimestre de 2021. En marzo de 2020, los activos netos de las familias ascendían a 1,533 billones de euros, que se habían convertido en 1,713 billones en junio de 2021.

Por otra parte, las deudas –fundamentalmente crediticias–, que sumaban 760.590 millones de euros, bajaron hasta los 754.422 millones en marzo de este mismo año, para repuntar algo y quedarse en 770.229 en junio pasado. Es decir, apenas aumentaron el 1,3%. Es la radiografía apresurada del comportamiento financiero de las familias españolas que, al menos durante año y medio, cambiaron algunos de sus hábitos y de las tendencias que habían seguido desde la llamada Gran Recesión, la crisis inmediatamente anterior, sobre todo en la tenencia de dinero físico.

El récord de dinero físico en poder de los españoles se registró en 2009, con un total de 92.933 millones de euros en billetes y monedas. Crecía, de forma constante e ininterrumpida desde principios de siglo. En apenas un decenio se pasó de 40.687 millones en 2001 a los más de 92.000 de 2009, siempre según datos de las Cuentas Financieras del Banco de España. La puesta en circulación del euro, la entrada masiva de inversiones extranjeras y los extraordinarios años de bonanza económica –con un papel estelar para la burbuja inmobiliaria y sus grandes y pequeñas operaciones la contado o en fondos «B»– puede explicar ese aumento de dinero en efectivo. Todo cambió, sin embargo, con la Gran Recesión.

El año 2011, el último del Gobierno de Zapatero y la llegada al poder, alrededor de la Navidad, de Mariano Rajoy, marca el punto de inflexión de la tenencia de dinero físico por parte de los españoles. La crisis derivada de la Gran Recesión estaba en su punto álgido en España y se prolongaría hasta principios de 2013. En esos años cambió el comportamiento financiero de los españoles, quizá porque las condiciones y el marco económico también cambiaron. Tras el máximo de dinero en efectivo en manos de las familias alcanzado en 2009 con un total de 92.933 millones, lo que muchos llaman «dinero en el colchón» o en «el calcetín», esa cifra descendió en los años siguientes, aunque volvió a repuntar con timidez en 2013, cuando los españoles atesoraban 91.038.

A partir de ahí, la caída fue continua y casi en picado. De los más de 92.000 millones de 209 se pasó a 71.265 en 2016; 64.297, en 2017 y a un mínimo histórico de 48.688 millones de euros en 2019, casi la mitad que diez años antes. El cambio de comportamiento financiero había sido brutal. La pandemia, sin embargo, volvió las tornas y los españoles volvieron a guardar más dinero en el «colchón» hasta llegar a los 59.487 millones de euros en junio de 2021, que habrían empezado a bajar en julio si se confirman los datos adelantados del Boletín Estadístico del Banco de España.

Conclusión, en tiempos de crisis y de incertidumbre, una parte de los españoles elige la opción más conservadora –que no quiere decir que sea la mejor, aunque en tiempos de intereses negativos puede dar igual– y optan por la teórica seguridad del colchón para una proporción de sus ahorros. Es solo el 3,5% de su riqueza financiera, pero en términos absolutos es mucho dinero y más de medio punto porcentual que antes de la pandemia. En el mundo digital, de transacciones instantáneas, de la tercera década del siglo XXI, es mucho.