Opinión

Intensivo y extensivo: un equilibrio necesario

Ambos sistemas de cría de ganado no son excluyentes

Vista general de la granja More Holstein en Bétera
Vista general de la granja More Holstein en BéteraAna EscobarAgencia EFE

¿Quiere usted tener una granja grande de cría de animales de forma intensiva, o incluso una explotación de ganado extensivo, cerca de su casa? Estoy seguro de que la respuesta será que no. ¿Quiere usted consumir carne o leche de calidad y seguridad contrastada y, además, baratas? Estoy seguro de que la respuesta de todos aquellos que no sean enemigos declarados, y por principio, de la carne y la leche será que sí. En combinar las respuestas de ambas preguntas y lograr el equilibrio está el dilema. Sucede con esto de la ganadería algo similar a la situación que se registra con la electricidad: todos queremos que la luz sea lo más barata posible, pero nadie desea tener cerca ni una central nuclear, ni una térmica de carbón. Es más, desde determinados colectivos también se rechazan las grandes plantas fotovoltaicas y solares, porque se utilizan en parte tierras agrarias, y también «los molinos de viento», en este último caso por el impacto visual y sobre el paisaje.

Luis Planas, que tardó dos semanas en salir a la palestra desde que se publicó la entrevista de su colega Alberto Garzón en el Reino Unido, dispuso el año pasado (las cifras de 2022 todavía no están disponibles) de más de 4.000 millones de pesetas para hacer publicidad y propaganda, que todavía no se sabe muy bien cómo se han gastado. Bien podría, de la cifra que se asigne en 2022 al Ministerio de Agricultura para estos menesteres, destinar una partida para explicar a los ciudadanos lo que es la ganadería extensiva, la intensiva, cómo se crían y engordan los animales de las distintas especies, desde las gallinas de puesta hasta los pollos de carne, pasando por los conejos, el vacuno de leche, el de carne, el porcino, tanto blanco como ibérico, y el ovino. Es necesario conseguir un equilibrio entre los diferentes sistemas de producción, el intensivo, el extensivo y la combinación de ambos, porque no son excluyentes, para que el consumidor sepa a qué atenerse y opte por un tipo de carne, de huevos o de leche, en función de sus gustos y, por supuesto, de sus posibilidades económicas, dato este último a tener en cuenta.