Opinión
El perdón de la deuda autonómica
Un estudio académico del antiguo secretario de Estado de Hacienda Antoni Zabalza expone la hipótesis de una condonación de la deuda autonómica por valor de 158.000 millones de euros
Antoni Zabalza (Linyola, Lleida, 1946) fue secretario de Estado de Hacienda entre 1991 y 1993, en la que ahora parece prehistoria política, en tiempos de Felipe González. También, de la mano del entonces vicepresidente Narcís Serra, fue director del gabinete de la Presidencia (1993-1996). En su paso por Hacienda, nadie recuerda ningún gran hito, pero tampoco ningún disparate notable, algo que constituye una magnífica carta de presentación. Es doctor por la London School of Economics y catedrático de Economía en la Universidad de Valencia, lo que hace que su «currículum» académico brille frente al de la mayoría de sus sucesores en Hacienda. Cuando dejó el Gobierno tras la llegada de Aznar a la Moncloa en 1996, Zabalza recaló en la compañía Ercros, en la que lleva desde entonces como presidente y consejero delegado y en la que declara una participación de 100.000 acciones.
Zabalza, que debe de llevar dentro el gusanillo técnico-intelectual, ha publicado un muy interesante estudio académico –que tiene el significado que tiene y no es una lectura ligera– en el «Journal of Regional Research» titulado «Plan de saneamiento de la deuda autonómica». En total son 32 páginas, incluidas tres de bibliografía especializada, que quizá den mucho que hablar porque, entre otras cosas y como ejercicio académico, desarrolla y analiza una propuesta que «condonaría (sic), para el agregado de las quince Comunidades Autónomas de régimen común, 158.809 millones de euros, un 58,8% de los 270.217 millones de deuda total a finales de 2018». El tema y las conclusiones son apasionantes y sorprende que ninguno de los presidentes autonómicos, desde el catalán Aragonés al valenciano Puig, el andaluz Moreno o la madrileña Ayuso –los más beneficiados en términos absolutos– hayan aireado la propuesta.
Zabalza argumenta, como punto de partida, que «el sistema de financiación –autonómico– no está pensado para soportar volúmenes de deuda tan elevados, y prueba de ello es que a partir de 2012 las comunidades hubieran incumplido sus obligaciones financieras a no ser por la asistencia del Gobierno central. El ahora máximo ejecutivo de Ercros, que sabe de lo que habla se esté de acuerdo con él o no, sostiene que si las comunidades autónomas proveen a los ciudadanos una serie de servicios esenciales, como la sanidad y la educación, y si sus ingresos no son suficientes, «tarde o temprano tendrán que endeudarse para cumplir sus obligaciones competenciales». Zabalza insiste en la necesidad de reformar el sistema de financiación, pero además sugiere/propone «que el lastre de la voluminosa deuda acumulada durante la pasada crisis debe ser eliminado con un plan concreto de saneamiento financiero». En «román paladino», propone que se perdone una gran parte de la deuda autonómica que, claro, asumiría el Estado, es decir, todos.
Antoni Zabalza defiende que «no hacer nada sobre esta cuestión –el perdón de parte de la deuda– deja a las Comunidades con un lastre que invalida su existencia como Comunidades», a las que exime de culpa. «Las actuales dificultades financieras –escribe– de las Comunidades tienen poco que ver con el comportamiento fiscal de sus responsables políticos y mucho con el defecto del sistema de financiación». No está claro que María Jesús Montero, ministra de Hacienda, que tiene la patata caliente de la reforma de la financiación autonómica entre las manos, conozca el estudio. Médico de formación, la responsable del fisco tiene urgencias mayores que desbrozar los detalles –muy técnicos–del texto de Zabalza que, sin embargo, parece puesto en bandeja para que un Gobierno como el de Pedro Sánchez remate a puerta con todo a favor.
El exsecretario de Estado incluye en su estudio un cuadro en el que desglosa y cuantifica cómo podría ser la hipotética condonación de deuda. Hay dos formas de leerlo, en valores absolutos y en porcentaje. Según el primer criterio, a Cataluña se le perdonarían 36.885 millones de euros; a Valencia, 29.394; a Andalucía, 25.541; a Madrid, 21.658 y a Castilla y León, 9.757, hasta llegar a la Cantabria del inefable Revilla a la que se le perdonarían 76 millones, mientras que Asturias y Extremadura –hay explicación, pero es enrevesada– no se beneficiarían del asunto. En términos porcentuales, a Castilla y León se le condonaría el 81,3% de su deuda; a Canarias, el 79,1% y a Andalucía, el 74,9%. A Madrid le correspondería un 66,4% y a Cataluña un 49,0%. No son las cuentas del Gran Capitán, sino un el estudio académico que, sin embargo, puede tener –y tendrá– una lectura política que conducirá al perdón de parte de la deuda autonómica. Veremos.
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