Empleo

La «trampa» de los fijos discontinuos: cobran el paro sin contar como parados

La reforma laboral ha impulsado estos contratos «temporales camuflados»

Varias personas hacen cola en una Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal
Varias personas hacen cola en una Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal Óscar CañasEuropa Press

El paro cayó en mayo de los tres millones de desempleados por primera vez desde diciembre de 2008, tras un descenso de 99.512 desempleados en un mes. Según los datos facilitados esta semana por el Ministerio de Trabajo, el descenso de mayo deja el total en 2.922.911 de desempleados, con el empleo al alza con 213.643 afiliados más y un nuevo récord de contratos indefinidos con 730.427. Esto llevó a los representantes del Gobierno a salir en tropel a destacar que «estas cifras récord» se han producido gracias a la reforma laboral y a la mejora de la calidad de los contratos de larga duración.

Pero este «éxito» tiene letra pequeña. Del total de contratos registrados en el mes, 1.640.595, casi la mitad de todos ellos fueron registrados como indefinidos, 291.308 fueron a tiempo completo, 264.524 fijos discontinuos y 174.595 a tiempo parcial. Es decir, que casi tres cuartas partes no son en realidad contratos de larga duración, sino «temporales camuflados», como fueron definidos esta semana por el Partido Popular. En boca de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, denunció que con «la nueva legislación estos trabajadores no computan en el paro». Y así es, pese a la feroz crítica lanzada por la ministra de Trabajo, que calificó de «aberración» esa afirmación y le espetó que «no está preparado para gobernar este país».

Pero, ¿quién de los dos tiene razón? La nueva reforma laboral considera el contrato fijo discontinuo como de carácter estacional y que contempla posibles periodos de intermitencia de actividad e inactividad, con las mismas ventajas que el contrato indefinido, como una mayor indemnización por despido que por un contrato temporal. Pero el quiz de la cuestión es que aquellos fijos discontinuos que están en periodo de inactividad pueden cobrar el paro, si cumplen con las condiciones de cotización, pero en el contexto del cómputo estadístico de no aparecen como parados, sino que se contabilizan como demandantes no ocupados.


Por tanto, al contrario de lo que defiende el Gobierno, estos contratos fijos discontinuos no implican más estabilidad en el empleo. Después de dos meses de plena implantación de la reforma laboral se observa un aumento de la mortalidad de la contratación indefinida. Solo en el mes de mayo, casi 37.000 personas firmaron más de un contrato indefinido, lo que supone que las empresas se ven obligadas a utilizar este tipo de contratos para actividades temporales y evitar posibles sanciones desde la Inspección de Trabajo, lo que ha llevado a los empresarios a extender contratos indefinidos de corta duración, que encadenan contrataciones y despidos. Así, la mayor parte de la nueva contratación indefinida en abril y mayo ha sido para de fijos discontinuos a tiempo parcial. El 60,1% de los contratos indefinidos firmados en el último mes fueron a tiempo parcial (23,9%) o de fijos discontinuos (36,2%), unas proporciones muy similares a las del mes de abril.