Inflación

Portazo de Montero a Díaz: “No nos planteamos una regulación de los precios de los alimentos”

Apuesta por llegar a un acuerdo con las empresas de distribución para acordar unos precios máximos y exige “un mayor esfuerzo” a los sectores “que se beneficien de forma extraordinaria de esta crisis”

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, este verano
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, este veranoEduardo ParraEuropa Press

Acordar con las distribuidoras una cesta básica de la compra con precios máximos establecidos, pero no plantear “una regulación de esos precios”. De esta forma, la ministra de Hacienda ha dado un portazo en las narices a la propuesta de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de topar el precios de una treintena de productos básicos de la cesta de la compra. De esta forma se une así al rechazo mostrado por los sectores de la cadena agroalimentaria -productores y distribuidores- que ven muchas pegas a una proposición que creen es “intervencionista”.

Montero ha descartado fijar desde el Gobierno un precio máximo a los alimentos básicos, aunque sí apuesta por pedir a “aquellos que se beneficien de forma extraordinaria con esta crisis” un mayor esfuerzo contributivo. “En ningún caso es una puesta de precios máximos o una regulación de esos precios”, señaló la ministra en declaraciones a Telecinco. Aboga por una negociación con todos los sectores de la cadena alimentaria para establecer un baremo de precios sobre los que no puedan sobrepasarse ciertos niveles.

Desmiente así la afirmación de la ministra de Trabajo que aseguró que el Gobierno está estudiando un acuerdo con la gran distribución y los consumidores para topar los precios de los alimentos básicos, como el pan, la leche, los huevos o la fruta. “No nos lo planteamos ahora mismo”, sentenció Montero. “Hasta donde yo he escuchado, no ha habido ninguna propuesta respecto a que se haga una regulación o una intervención de los precios máximos de esos productos”. Lo que sí comparte la titular de Hacienda es la de abrir vías de comunicación con el sector alimentario y productivo para intentar “que no se contagien todos los precios intermedios al precio final que compra el consumidor”.

Eso sí, Montero advirtió a las empresas que “el Gobierno no va a permitir que en esta crisis no haya una distribución justa de las cargas, de ese esfuerzo, y, por tanto, aquellos que se beneficien de forma extraordinaria con esta crisis, se les pedirá un mayor esfuerzo”.

De esta forma, la ministra se alinea en parte con todos los sectores de la cadena alimentaria, que ya han mostrado su discrepancia o directamente su rechazo generalizado al tope de los precios. Empezando por los productores. Los agricultores no comparten el intervencionismo del mercado y tachan la proposición de “caprichos y egoísmos personales” de Díaz. Así lo denunció el presidente de Asaja, Pedro Barato, que advierte de que si sale adelante “van a hacer peligrar los cimientos de un sector tan importante como es el agrario” porque este tipo de medida acabará por “castigar al que más sufre los precios percibidos por los productos agrícolas”, esto es, a los agricultores y ganaderos.

Estas organizaciones denuncian la diferencia del precio de los alimentos desde su origen en el campo hasta el consumidor en un 283% en agosto, con frutas y hortalizas como el ajo, la lechuga, la ciruela y las zanahorias como los que productos en los que más se ha elevado, todos por encima del 500%. “Esto es lo que hay que solucionar, no medidas políticas. Que se aplique la ley y no se haga la vista gorda”, denuncian.

En el caso de los distribuidores -a través de su patronal Aecoc- y de las grandes superficies -con Asedas-, defiende que la cadena de valor del gran consumo lleva “mucho tiempo” conteniendo los costes en alimentación para no repercutir su aumento y que su propuesta pasa por una bajada del IVA de los alimentos, “a no introducir más medidas impositivas que sumen costes a las empresas” y se respete el límite del derecho de la competencia..