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31 de agosto, día con más empleo destruido de toda la historia

Cuando el final del mes coincide con un viernes, el número de despidos se multiplica

31 de agosto, día con más empleo destruido de toda la historia
31 de agosto, día con más empleo destruido de toda la historialarazon

Cuando el final del mes coincide con un viernes, el número de despidos se multiplica.

El 31 de agosto pasado fue el peor día para el empleo en España en muchos años. Esa jornada se registraron nada menos que 363.017 despidos. El precedente más próximo se remonta al 30 de junio de 2017, una fecha en la que 341.334 personas perdieron su empleo. Aparentemente, nada relaciona ambas jornadas. Sin embargo, comparten el hecho de que fueron viernes final de mes, un día que –según registros históricos– es letal para el empleo.

Las bolsas mundiales temen a la que llaman la triple hora bruja, que llega al final de cada trimeste –depende del día en el que concluya– cuando coinciden vencimientos de futuros, opciones, derivados y otras operaciones de ingeniería financiera. España, en el mercado laboral, tiene su particular día brujo o viernes negro y, a diferencía del bursátil, es un fenómeno solo español que responde «a un fracaso de la contratación laboral o a un fraude, o las dos cosas a la vez, quizá favorecidas por las peculiaridades de nuestros sistema productivo», según un informe de los economistas José Ignacio Conde Ruiz, Manu García, Luis A Puch y Jesús Ruiz, titulado «Efectos del calendario en los datos diarios agregados de creación y destrucción de empleo», publicado por Fedea y recogido en este diario (ver LA RAZÓN, 1 de julio de 2018).

Los viernes, sean o no fin de mes, siempre son malos para el empleo. Los autores del informe, que barajan datos de los últimos diez años, concluyen que cualquier viernes las bajas en la Seguridad Social aumentan un 20% por encima de la media de cualquier otro día. Y cuando el viernes coincide con fin de de mes, como ha ocurrido ahora en agosto, se multiplican por 3,5. La tendencia y los datos son tan evidentes que la explicación, como diría Galbraith, «es tan simple que repugna a la inteligencia». Muy simple, las empresas se ahorran, en el peor de los casos, dos días de cotización a la Seguridad Social. Las 363.017 bajas del 31 de agosto, que probablemente se compensarán altas similares de cotización el pasado lunes 3 de septiembre son cifras de un orden de magnitud de un día cualquiera, pero en los Estados Unidos, una economía diez veces mayor que la española. Los datos están ahí y son conocidos.