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Bruselas empeora la previsión de déficit del Gobierno y lo eleva al 2,3% en 2019

Tres décimas más que lo que calcula el Gobierno

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez / Foto:
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez / Foto:larazon

La CE revisa dos décimas al alza su previsión de déficit público para España en 2019, hasta el 2,3% del PIB, y una décima la de 2020, hasta el 2%, con respecto a sus estimaciones de noviembre.

Los números no cuadran. La Comisión Europeaha vaticinado un déficit mayor que el pronosticado por el Gobierno de Pedro Sánchez en sus previsiones para este año y el que viene. Según los cálculos del Ejecutivo comunitario, nuestro país rebasará en tres décimas (2,3%, frente al 2%) los pronósticos del Ejecutivo español (unos 3.600 millones de euros) y esta brecha incluso aumentará durante 2020 ya que este desfase se disparará hasta nueve décimas. España confía en que el año que viene pueda llegar al 1%, pero Bruselas mantiene que se situará en casi el doble, el 2%.

En este último apartado, hay que tener en cuenta que el Ejecutivo comunitario no ha tenido en cuenta la fuerte subida de impuestos que el Gobierno español ha anunciado en el documento remitido a las autoridades comunitarias la semana pasada. Concretamente, una recaudación fiscal de 5.642 millones adicionales que el Ejecutivo posterga hasta el año que viene y que situará la presión fiscal en el 40,7% del PIB en 2022, un aumento de 26.000 millones en la recaudación.

En anteriores ocasiones, Bruselas ha desconfiado de la capacidad del Ejecutivo español para recaudar lo prometido a través de nuevos impuestos como la tasa Google y el gravamen a las transacciones financieras y ha considerado que las estimaciones de impuestos estaban infladas. En estos momentos, aunque Sánchez resucita estas iniciativas que la Comisión ve con cierta suspicacia, Bruselas prefiere esperar a analizar con cuidado toda la información pertinente antes de emitir algún juicio.

Sin embargo, el Ejecutivo comunitario sí tiene algunas valoraciones preliminares sobre algunas de las medidas anunciadas en los denominados viernes sociales a través de decretos ley que han conseguido sortear la incapacidad para sacar adelante nuevos Presupuestos. El Ejecutivo comunitario cita el alza en los salarios de los funcionarios, la revalorización de las pensiones y las rebajas de impuestos para las rentas bajas como aquellas que tendrán un mayor impacto presupuestario en 2019. Fuentes comunitarias reconocen el temor a que la subida de las pensiones de acuerdo al IPC «se convierta en una medida permanente y no temporal».

La Comisión también contabiliza dentro de posibles gastos durante 2019 el rescate de la ampliación de la AP-7 a través de la compensación a Acesa (Abertis), lo que significaría un socavón de 1.800 millones, según las estimaciones del Gobierno, y no descarta otras compensaciones a otras autopistas, una posibilidad que haría subir el desfase de tres décimas este año. A esto se suma que la senda oficial de déficit pactada con Bruselas sigue siendo del 1,3% para 2019, aunque la ministra de Economía y Competitividad, Nadia Calviño, se estrenó en su cargo admitiendo que iba a ser imposible de cumplir. A pesar de que la Comisión valora el realismo y parece haber renunciado a hacer sangre con esta cuestión, todavía no se ha producido ninguna modificación oficial de la meta.

En cuanto al crecimiento, las previsiones de la Comisión también siguen siendo más pesimistas que las del Gobierno, pero arrojan un panorama luminoso si se comparan con las cifras de las otras grandes economías europeas. España sufrirá una desaceleración desde el 2,6% del crecimiento del año pasado hasta el 2,1% previsto para éste, una décima menos que lo vaticinado por el Ejecutivo español. En 2020 será del 1,9%.

Ante la inquietante situación de la economía europea, con Alemania y Francia al ralentí y el alto endeudamiento italiano, España ha dejado de ser un problema. Al menos, por ahora. Por eso, Bruselas prefiere postergar cualquier mensaje agorero para más adelante y centrarse en otros puntos calientes. Como muestra, varios botones. Las medias expansivas del Gobierno populista de Giuseppe Comte no surten efecto y tan sólo conseguirán un ligero aumento del PIB del 0,1% este año y el 0,7% el que viene. Por el contrario, el déficit escalará más allá del 3% y la deuda seguirá "in crescendo"hasta el 135,2% del PIB, la segunda más alta por detrás de Grecia. La economía alemana experimentará un severo frenazo ya que este año sólo crecerá un 0,5% (este invierno la Comisión vaticinaba un 1,1%, más del doble) y las medidas sociales impulsadas por Emmanuel Macron para aplacar a los chalecos amarillos han ocasionado que el déficit público vuelva a dispararse por encima del 3%.

En el lado contrario, y por primera vez en una década, nuestro país ha logrado situar su déficit por debajo del 3% en 2018 y eso permitirá que la Comisión proponga en junio que España salga del brazo correctivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Antes de las elecciones europeas, Bruselas prefiere centrarse en este mensaje de optimismo tras diez años de gran recesión y mediadas de austeridad. A pesa de esto, el Pacto de Estabilidad guarda sorpresas. Abandonar su brazo sancionador significa que el ejecutivo comunitario vigila con mayos celo el denominado déficit estructural no sujeto a los vientos a favor o en contra del ciclo económico.