Agricultura

El "chau chau" de Planas ante la cadena alimentaria y la encrucijada de los dirigentes agrarios: susto o muerte

El ministro de Agricultura aparece, por fin, para presidir la reunión del Observatorio de la Cadena Alimentaria, aunque lo hizo con las manos vacías

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis PlanasRober SolsonaEuropa Press

El ministro de Agricultura apareció ayer, por fin, para presidir la reunión del pleno del Observatorio de la Cadena Alimentaria, con el resultado ya esperado de “chau chau, chau chau y tres veces chau chau”. Acudieron casi cuarenta, entre representantes del sector agroalimentario entendido en sentido amplio, de la pesca, de las comunidades autónomas, del Ministerio de Agricultura y de otros departamentos y organismos, como el Instituto Nacional de Estadística. Y Planas estuvo para la foto, transmitir la idea de que está haciendo algo, pero con las manos vacías. Por no llevar, ni siquiera llevó los estudios de los costes de producción de diferentes mercancías, paso imprescindible para que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria, que es una de las peticiones de los agricultores y ganaderos. Solicitan estos últimos, entre otras demandas, que no se venda a pérdidas y para ello es imprescindible saber cuáles son los costes de producción de cada mercancía. Eso es tarea de Luis Planas y su equipo, a la que no se deben haber aplicado con mucho esmero, a tenor de los escasos resultados cosechados hasta el momento.

Mientras tanto, ayer continuaron las protestas de agricultores y ganaderos, que tuvieron especial incidencia en puntos de Andalucía, Cataluña, Castilla y León y Murcia. En algunos casos, los convocantes fueron ya las organizaciones agrarias reconocidas por el Ministerio de Agricultura, Asaja, COAG y UPA, cuyos representantes están convocados hoy por Planas a una reunión para analizar la situación. Los dirigentes agrarios deberán elegir entre susto o muerte. Susto, porque no van a tener más remedio que cantarle las cuarenta a Planas, que ha incumplido sistemáticamente las promesas que realizó hace ahora cuatro años, en la anterior oleada de movilizaciones, que solo acabó por la pandemia; deberán sacar la lista de reivindicaciones y poner plazos concretos para que se aprueben, por lo menos algunas de ellas, y se apliquen. Hay varias, como la derogación del cuaderno digital y de la normativa sobre protección del lobo que no cuestan dinero y que se pueden aprobar de una día para otro, si hay voluntad política. Si no hacen eso, y se dejan torear por Planas, pasarán del susto a la muerte (sindicalmente hablando), porque se agudizarán las críticas que han recibido en las últimas semanas.