Política exterior

Un conflicto «trucho» entre Pedro Sánchez y Milei

Las empresas españolas cuentan con muchos e importantes intereses en Argentina, por lo que asisten temerosas de las repercusiones que pueda tener para sus bolsillos la escalada de la tensión entre ambos países

Milei en La Razón
El presidente de Argentina, Javier MileiJesús G. FeriaJesús G. Feria

Tiempos atrás, uno de los peligros del día a día en las calles de Buenos Aires era subirse a un taxi «trucho», porque aquello podía terminar en atraco. «Trucho», allí, en las cercanías del Río de la Plata, es sinónimo de falso. Pues bien, el conflicto que se ha desatado en apariencia entre España y Argentina lo es más bien entre Pedro, el marido de Begoña, y Javier, el hermano de Karina Milei, que entre los dos países. No me posicionaré entre uno y otro, porque es lo que van buscando, retroalimentarse mutuamente. Vamos que se necesitan. Al de allá le viene bien un enemigo exterior para cohesionar sus apoyos en el interior. Y para el de acá, todo va bien si ayuda a movilizar a sus huestes frente a la ultraderecha y, de paso ante el Partido Popular, de cara a las elecciones al Parlamento Europeo y, de paso, tapar las noticias relacionadas con su esposa, Begoña Gómez.

Y, en medio de todo el quilombo, nos encontramos argentinos y españoles. Las relaciones de todo tipo son muy intensas entre ambos países y tenemos mucho que perder en un conflicto «trucho» y artificial, como el que se ha desatado entre los partidarios de Sánchez y los del Milei. Por eso, una parte de los ciudadanos asistimos atónitos a lo que pasa y también temerosos de las repercusiones que pueda tener para nuestros bolsillos la escalada de la tensión. Solo hay que echar un vistazo a la relación de las empresas españolas que cuentan con muchos e importantes intereses allí para comprobar lo que está en juego.

El temor se acrecienta al comprobar que anda por medio, y a las órdenes del marido de Begoña, ese pequeño aspirante a Kissinger, que responde al nombre de José Manuel Albares, y que tiene hecho unos zorros el Ministerio de Asuntos Exteriores. Y, mientras este conflicto «trucho», que está muy relacionado con la campaña a las elecciones europeas, va viento en popa a toda vela, los asuntos propios de esta últimas pasan muy desapercibidos, a pesar de la importancia que va a tener la próxima legislatura para el proceso de construcción de la Unión Europea del futuro. Pero, de esto último, no se habla, justo ahora que toca.