Estados Unidos

La contradicción de Trump y los dólares

Trump, a pesar de afirmar que tienen un dólar "fuerte", castigará con un arancel del 100% a aquellos países que no lo usen como moneda de transacción y reserva internacional

La próxima cita electoral de Donald Trump son las primarias de New Hampshire del martes
Donald TrumpJim Lo ScalzoAgencia EFE

En varias ocasiones durante los últimos meses, y también a lo largo de su primer mandato, Donald Trump se ha quejado de que el dólar fuerte perjudica a la economía estadounidense. Por un lado, un dólar fuerte –frente al resto de divisas– encarece las exportaciones de Estados Unidos al resto del mundo; por otro lado, un dólar fuerte facilita el sobreendeudamiento de los Estados Unidos, que bien puede dirigirse a financiar el exceso de consumo interno y no de inversión.

De hecho, hace apenas dos meses, en una entrevista concedida a Bloomberg, lo primero que afirmó Trump fue lo siguiente: “Tenemos un gran problema con las divisas, porque la diferencia actual en términos de dólar fuerte/yen débil, dólar fuerte/yuan débil, es enorme. Eso es una tremenda carga para nuestras empresas que intentan vender tractores y otras cosas a otros lugares fuera de este país. Es una carga tremenda. Y recuerdo que ésa fue una de las cosas en las que más trabajé durante la presidencia: evitar que otros países depreciaran su divisa con respecto a la nuestra”.

Sin embargo, y aquí reside la sorpresa, en los últimos días Trump se ha sacado una medida estrella de debajo la manga: aquellos países que dejen de usar el dólar como moneda de transacción y reserva internacional serán directamente castigados con un arancel del 100%. Así lo ha expresado Trump: “Muchos países están abandonando el dólar. Conmigo no lo harán porque les diré: si no usáis el dólar, no comerciaréis con los EE UU porque os voy a castigar con un arancel del 100%”. Esta amenaza es del todo incoherente con sus críticas al dólar fuerte: justamente, si el dólar es fuerte es porque la demanda global de dólares y muy elevadas. Y Trump busca que esa demanda no se reduzca, sino que se mantenga o que siga aumentando… todo lo cual hará que el dólar siga tan o más fuerte que hasta ahora.

Se trata de una contradicción fundamental en su programa económico que muestra hasta qué punto tiene los pies de barro: puede que no tanto como el desastroso programa de Kamala Harris, pero en cualquier caso pies de barro.