Banco de España

Linde ve riesgo de parón por la incertidumbre política del 20-D

El Banco de España cree que el PIB crecerá un 2,8% si hay estabilidad institucional. Los mercados «piden» un pacto entre PP y PSOE

El gobernador del Banco de España, Luis Maria Linde
El gobernador del Banco de España, Luis Maria Lindelarazon

El Banco de España cree que el PIB crecerá un 2,8% si hay estabilidad institucional. Los mercados «piden» un pacto entre PP y PSOE

«Mientras persista la incertidumbre política, la bolsa se comportará relativamente peor que el resto de las plazas europeas». Lo decía ayer un analista bursátil resumiendo las dos sesiones que han transcurrido desde que en la madrugada del domingo se conocieran los resultados de las elecciones generales, que dibujan un escenario de gobernabilidad bastante complejo. Ayer, el Banco de España, desde su Boletín Económico del mes de diciembre, se manifestaba sobre el horizonte más inmediato de la economía española (un crecimiento del PIB intertrimestral del 0,8% en el cuarto trimestre del año) y los riesgos que amenazan la recuperación. «A escala interna, la principal fuente de incertidumbre está asociada al curso de las políticas económicas, dada la influencia que ejercen, en particular, la agenda reformadora y la política presupuestaria sobre la confianza y las decisiones de gasto de los agentes».

Después del desplome del lunes, el Ibex se dio ayer una tregua y se permitió el lujo de ser el mercado continental que cerró la sesión con mejores números. Subió un 0,53% en una jornada de muchos contrastes, con Londres recuperando la credibilidad gracias al repunte de las compañías relacionadas con materias primas (acero, petróleo, minerales).

Calma en la prima

El hecho de que los políticos mantuvieran un tono discretísimo, alejado de los tonos acusativos de la campaña electoral contribuyó a que la calma regresara al parqué. Falta saber cuánto tiempo durará, porque la posibilidad de un Gobierno estable y fuerte, el que ambicionan los inversores y el tejido empresarial, sigue estando muy alejada. El fantasma de convocatoria de unas nuevas elecciones está obligando a los inversores tanto nacionales como extranjeros a extremar su prudencia en los últimos meses.

En línea con el mercado bursátil, la prima de riesgo bajó tres puntos básicos (desde 122 a 119), aunque más por demérito del bono alemán, cuya rentabilidad volvió a superar el 0,6%, que por las obligaciones españolas a diez años, cuyo interés llegó a superar el 1,8%.

El factor político pesa mucho más que la situación económica. A primera hora de la mañana de ayer, el Banco de España publicaba su Boletín Económico mensual, en el que adelanta un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,8% en tasa intertrimestral, un nivel similar al del trimestre anterior. Si se cumplen las previsiones del instituto emisor, la economía española cerrará 2015 con un crecimiento interanual del 3,5%, que arrojaría una media para el conjunto del año del 3,2%, una décima inferior a la estimación del Gobierno. Como anunció hace unas semanas el ministro de Economía, Luis de Guindos, la velocidad de crucero del PIB es ahora del 3,5% (tasa anualizada), frente al 2,1% de cierre de 2014.

El consumo empuja

Para 2016, el Banco de España cree que el ritmo de crecimiento será algo inferior, como consecuencia de la moderación de algunos de los impulsos expansivos actualmente vigentes. En concreto, estima que el crecimiento medio anual podría alcanzar el 2,8%. Junto con la incertidumbre política derivada de las elecciones del pasado día 20, el banco central considera que la proyectada desaceleración «de las economías emergentes sea más pronunciada de lo previsto, por el endurecimiento de sus condiciones de financiación en un contexto de disminución del apetito por el riesgo». Según los datos que maneja el Banco de España, el gasto en consumo de los hogares españoles está manteniendo en los tres últimos meses del año su fortaleza, con una tasa de crecimiento en el entorno del 1% intertrimestral. La pujanza en el gasto de los hogares se explicaría por el aumento de las rentas reales, consecuencia a su vez del abaratamiento del precio del petróleo y la creación de empleo. El hecho de que el Gobierno adelantara en un semestre la rebaja de impuestos prevista para enero del próximo año y la devolución de parte de la paga extra a los funcionarios también ha contribuido a fomentar el gasto. En cuanto al empleo, tras la ralentización del tercer trimestre, en octubre y noviembre se está notando un cierto repunte, especialmente en las afiliaciones a la Seguridad Social.