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El BCE salva a Grecia hasta el lunes

El Banco Central Europeo aprueba una inyección extraordinaria de liquidez para la banca helena ante la salida de capitales. Es la segunda vez en esta semana que el BCE tiene que ampliar la provisión urgente de dinero para las entidades

La Razón
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Draghi inyecta 3.000 millones para salvar del corralito a los bancos helenos ante la fuga de capitales. Tsipras busca un plan B con Putin a menos de 48 horas para cerrar un acuerdo o romper con el Eurogrupo

El Banco Central Europeo (BCE) aceptó ayer la ampliación de la provisión urgente de liquidez para Grecia. La reunión del consejo se organizó desde Fráncfort por conferencia telefónica con vistas a frenar la fuga de capitales en Grecia, un día después del fracaso en la cita del Eurogrupo, que no consiguió un acuerdo con la nación helena. El consejo de la institución comunitaria, a la espera de una cumbre decisiva, convino seguir apoyando a Atenas y responder favorablemente a la petición del Banco de Grecia de ampliar la financiación. Se trata del segundo aumento que se aprueba esta semana. El BCE ya había aceptado el pasado miércoles la subida en 1.100 millones de euros del límite de su liquidez de urgencia para las entidades financieras griegas, situándolo en 84.100 millones.

Aunque la petición del Banco de Grecia hablaba de un aumento de la liquidez de urgencia de 3.000 millones de euros, el BCE aún no se pronunció sobre la cantidad exacta, si bien fuentes cercanas hablaron de un aumento de 1.800 millones de euros, situando por tanto en 85.900 millones la cantidad máxima que los bancos helenos podrían tomar prestada. Además, el Banco Central Europeo afirmó que «no hay ningún problema con la financiación de los bancos griegos». De acuerdo a fuentes próximas a la entidad, la discusión estaba dentro de los procedimientos normales.

La entidad comunitaria reaccionaba con esta decisión al significativo aumento de las salidas de depósitos en los bancos helenos. Sólo durante los tres primeros días de esta semana se retiraron 2.000 millones de euros; eso antes de la cita fallida del Eurogrupo, tras la cual la fuga se intensificó notablemente, situándose en los 3.000 millones, según asegura una fuente bancaria europea. Esta cantidad supone alrededor del 1,5% del total de las cuentas del país, un número que desata los rumores de un «corralito» o un cierre eventual de los bancos griegos que podría producirse a muy corto plazo. Ya el BCE había alertado sobre esa posibilidad. A la pregunta de si los bancos helenos podrían cerrar sus puertas, un miembro del consejo del BCE, Benoit Coeuré, respondió anteayer: «Mañana sí abrirán, el lunes no lo sabemos».

Ante esta situación, el Consejo Europeo convocó una cumbre extraordinaria para el próximo lunes en Bruselas, en la que los líderes europeos decidirán si hay posibilidades de rescate a Grecia, a modo de intento final por evitar su salida de la UE. «Es el momento de discutir de forma urgente la situación de Grecia al más alto nivel político», declaró el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un comunicado.

El consejo ejecutivo del BCE volverá a hablar en este encuentro sobre una revisión de la financiación de emergencia para las entidades financieras helenas. Este consejo «espera un resultado positivo de la cumbre del lunes». Los próximos tres días resultan claves para normalizar la situación de Grecia, en un entorno de gran incertidumbre en toda Europa. Desde el comienzo de la crisis, se ha registrado la retirada de 100.000 millones de euros en los bancos griegos y, desde noviembre del año pasado hasta abril de 2015, estas entidades han tenido que despedirse de una cuarta parte de sus depósitos.

El ELA, el programa de asistencia para proporcionar liquidez de emergencia, es una importante fuente de financiación para los bancos griegos, aunque exige un interés mayor que el 0,05% que pide el BCE en sus operaciones ordinarias, además de estar basado sobre condiciones más exigentes. En los últimos meses, los préstamos de emergencia a Atenas se han ido ampliando de forma constante.

Círculos bancarios citados por los medios quieren dar un mensaje de calma, recordando que en junio de 2012 las retiradas de depósitos doblaban a la cifra actual. Sin embargo, Grecia se enfrenta a una situación crítica, pues se acerca la fecha del 30 de junio, en la que deberá abonar 1.600 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya no concederá más aplazamientos. De no cumplir, la nación podría caer en impagos y enfrentarse a la amenaza de su salida del euro.

A pesar de que este aumento en la liquidez de emergencia proporciona cierto margen a las entidades griegas, sigue estando vigente una falta de entendimiento entre Atenas y los países de la eurozona, como se puso de manifiesto tras la reunión del jueves clausurada sin acuerdos. Mientras, la canciller alemana, Angela Merkel, mostró esta semana su actitud más exigente con su homónimo griego, pidiéndole más sacrificios, como los que realizaron Portugal, Irlanda y España.