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El boom de Internet deja obsoletos los códigos postales
La patronal de mensajería pide a Fomento más precisión ante el auge del comercio electrónico
La patronal de mensajería pide a Fomento más precisión ante el auge del comercio electrónico.
Cambiar los códigos postales para agilizar las entregas de paquetes. Eso es lo que la patronal de las empresas de mensajería, UNO, ha propuesto al Ministerio de Fomento. En opinión de este colectivo, el sistema actual provoca ineficiencias que repercuten en pérdidas de tiempo, mayores costes, menos competitividad de las empresas y un aumento de la contaminación en las ciudades.
El actual sistema de cinco dígitos que funciona en España, que consta de unos 12.000 códigos, fue implantado en 1982 y, desde entonces, no ha sufrido ningún cambio. Fue desarrollado para agilizar el reparto de cartas en las ciudades. Los dos primeros números identifican el código de provincia, mientras que las tres finales aluden al distrito postal, barrios y localidades.
Desde UNO consideran que las cartas, postales y envíos de grandes emisores a clientes «han sido sustituidos por otros canales: e-mail, marketing y publicidad en internet y telefonía». Entre 2010 y 2012, Correos envió 500 millones de cartas menos, pasando de 3.382 millones a 2.864 millones. El reparto de cartas para el que fueron diseñados los códigos postales está siendo relegado por el envío de paquetes, sobre todo tras el «boom» del comercio electrónico, que cada año crece a doble dígito en España.
Para dar respuesta a este descenso en el envío de cartas y al incremento en la expedición de paquetes, UNO considera que es necesario reformular los códigos postales para hacerlos más precisos. Las empresas de mensajería organizan sus envíos en función de estos códigos que, al abarcar ahora varias manzanas, impiden organizar los repartos con precisión. Para permitir esa identificación más exhaustiva de los destinos, llegando incluso al detalle de poder determinar con el código la puerta a la que va destinado el envío, es para lo que UNO propone incrementar de cinco a ocho los dígitos de este sistema.
La organización considera que esta modificación sería la que menor impacto tendría y la que permitiría una lectura más fácil a los repartidores. «Ampliar los códigos en tres dígitos permitiría conocer la ubicación precisa del domicilio», explica Francisco Aranda, secretario general de UNO. Ahora mismo, para suplir esta carencia de precisión, las empresas de mensajería han desarrollado sus propios sistemas de geoposicionamiento. Sin embargo, se trata de «herramientas residuales» en las que sólo pueden invertir las grandes, añade.
Estudios de EAE Business School y del Foro Economía Digital calculan que entre el 30% y el 35% de las entregas de paquetes son fallidas, muchas de ellas por errores de dirección. Esto repercute en un incremento del tráfico. Según las estimaciones de UNO, la distribución de paquetería representa el 25% del tráfico urbano. El coste derivado por congestión del tráfico en ciudad, gasto de combustible, deterioro del medio ambiente y accidentes representa unos 15.000 millones al año.
En Gran Bretaña el código es alfanumérico y consta de siete caracteres, mientras que en Estados Unidos alcanza los nueve dígitos, con otros cuatro opcionales.
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