Aeropuertos

El Ejecutivo teme un conflicto generalizado de los controladores

El colectivo ya ha avisado de que la situación también es muy complicada en Canarias y en Palma

Una huelga en el Centro de Control de Barcelona afectaría a todo el arco mediterráneo
Una huelga en el Centro de Control de Barcelona afectaría a todo el arco mediterráneolarazon

El colectivo ya ha avisado de que la situación también es muy complicada en Canarias y en Palma.

Enaire y los controladores aéreos del Centro de Control de Barcelona se reunirán hoy por primera vez para abordar el conflicto que amenaza con desembocar en una huelga el próximo verano, según confirmaron fuentes conocedoras del asunto. El colectivo ha denunciado que no cuenta con suficientes profesionales para abordar con garantías la campaña estival y ha emplazado al gestor del espacio aéreo del que dependen a poner soluciones. Si no lo hacen, convocarán paros de 24 horas a partir del 20 de junio, si bien los días de movilizaciones no están definidos.

En un momento u otro, el Centro de Control de Barcelona monitoriza todos los vuelos del arco mediterráneo, por lo que una huelga en unas fechas como las estivales tendría sumo impacto en un sector como el turismo, muy relevante para la zona y muy dependiente del sector aéreo. El temor del Gobierno es que el conflicto recién abierto en Barcelona se extienda a otros aeropuertos nacionales, según reconocen fuentes oficiales. En el centro de las quejas de los controladores están otros aeródromos especialmente sensibles a movilizaciones en la temporada alta vacacional, como el de Palma de Mallorca o los de las Islas Canarias. El colectivo viene advirtiendo desde hace varias semanas de que en estos lugares se viven situaciones parecidas a las de Barcelona: escasez de personal para el creciente tráfico que se viene registrando desde que España salió de la crisis. En el caso de Canarias, el tráfico en sus aeropuertos –Gran Canaria, Tenerife Sur, Tenerife Norte, Lanzarote, Fuerteventura, La Palma, La Gomera, y el Hierro– subió en los tres primeros meses del año un 7,4%, mientras que en Palma de Mallorca lo hizo un 11,6%. El temor de los controladores es que, si se cumplen las previsiones de crecimiento de actividad aérea para el verano, consideran que será muy complicado gestionar la programación. El del Gobierno es que el conflicto de Barcelona sea una primera piedra de toque de los controladores para calibrar las fuerzas y apoyos que tienen. No obstante, desde Usca, el principal sindicato de controladores aéreos, aseguran que la posibilidad de movilizaciones a nivel nacional «no está ahora mismo encima de la mesa».

Punto de partida

En las conversaciones que se inician hoy, el punto de partida de los controladores es que no disponen de personal suficiente para abordar el incremento de tráfico que se prevé en verano. Aseguran que los turnos laborales excepcionales –seis de trabajo y dos libres– se han convertido en la norma. Además, afirman que el descanso del 25% de la jornada laboral que estipula la ley no se cumple, lo que conduce a un exceso de fatiga de la plantilla con el consiguiente riesgo para las operaciones. Por ello, solicitan a Enaire que estructure la programación de verano para que los turnos no se desborden y se opere con normalidad.

Desde Enaire aseguran que la plantilla de controladores de Cataluña será la que más se refuerce el próximo verano. Según sus cifras, se enviarán 58 nuevos profesionales, aunque es cierto también que admite que sólo 21 de ellos estarán plenamente operativos y habilitados. Los profesionales reducen esa cifra a sólo cuatro debido a las salidas que se producirán.

Usca reconoce que resulta muy complicado reforzar las plantillas de cara al verano por los protocolos de formación que hay que seguir. Por ello, hacen hincapié en la necesidad de regular el espacio aéreo de modo que se garantice su descanso. Enaire dice que va a implementar medidas para optimizar el tráfico aéreo en Catauña. Antes de verano, acometerá una profunda reestructuración del espacio aéreo y de los procedimientos para optimizar los aterrizajes en Barcelona, así como para facilitar la gestión de los vuelos de los controladores.