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Conciliación

El empleo, recurso clave para hacer frente a la violencia de género

Es vital explicar a los comités de dirección los protocolos de actuación y las bonificaciones para la contratación de estas mujeres

«Las empresas deben mantener la confidencialidad de la víctima» / dreamstime
«Las empresas deben mantener la confidencialidad de la víctima» / dreamstimelarazon

La violencia de género representa uno de los mayores problemas estructurales a los que han de hacer frente las sociedades contemporánea.

La violencia de género representa uno de los mayores problemas estructurales a los que han de hacer frente las sociedades contemporáneas. El pasado 25 de noviembre se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha en la que se recuerda que el empleo se configura como el único elemento capaz de empoderar a las mujeres víctimas de esta lacra social. Un 81% de ellas se encuentra desempleada o trabaja en la economía sumergida. El 65% no tiene trabajo, mientras que un 16% admite desempeñar algún tipo de ocupación pero sin contrato, en condiciones de absoluta desprotección. Son datos del sexto informe «Un empleo contra la violencia», del grupo Adecco, basado en una encuesta a 500 mujeres víctimas de la violencia de género ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial.

Más denuncias

«El desempleo y la economía sumergida conducen a más de ocho de cada diez mujeres víctimas a la exclusión social y a la pobreza, propiciando que su situación se perpetúe en el tiempo. Por ello, el empleo se constituye como el único elemento capaz de incrementar la autonomía, autoestima e independencia de las mujeres. Además, en el puesto de trabajo se amplía su red de contactos, lo que ayuda a salir del aislamiento al que suele estar sometida» sostiene Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

Las denuncias por violencia de género alcanzaron su máximo histórico el año pasado (166.260) y han crecido un 29% en el último lustro. Esta progresión podría considerarse positiva, en la medida que cada vez afloran más casos de violencia, pero al mismo tiempo visibiliza el gran peso que sigue teniendo esta gran lacra en nuestra sociedad. «La mejor manera que tiene una empresa de ayudar a una mujer en esta situación es abrir la mente y liberarse de todo prejuicio y estereotipo, garantizándole un empleo y seguridad laboral y valorándola por su talento», añade Mesonero. Hace un llamamiento a los poderes públicos para que den respuesta a la cada vez mayor masa de mujeres que pide ayuda, a través de política activas de empleo y de no discriminación que garanticen un acceso continuado al mercado laboral.

La Ley Contra la Violencia de Género de 2004 establece una serie de normas para las empresas con mujeres víctimas de la violencia de género. «Esta ley en muchos casos es desconocida o hay aspectos que no cumple la empresa, que son de vital importancia para ayudar a las víctimas. Por ejemplo, la conciliación de horarios es un derecho de la mujer y un elemento imprescindible en los casos en los que se ha tenido que cambiar de residencia, ya que en muchas ocasiones se encuentra sola, sin familiares y con hijos que cuidar. Las empresas también tienen la obligación de garantizar la movilidad geográfica, el cambio de centro de trabajo, ser flexibles en las ausencias o faltas de puntualidad, etc.», explica Mesonero. Así también, la empresa debe mantener la confidencialidad de la víctima, teniendo especial cuidado con la información que publica en sus redes corporativas y aplicando medidas preventivas de protección.

Aunque no existe un perfil sociodemográfico de mujer víctima, dándose por igual en todos los estratos económicos y socioculturales, el proyecto europeo WeGo!, llevado a cabo en 12 centros de cuatro países europeos (España, Grecia, Bulgaria e Italia), pone de manifiesto que casi seis de cada diez víctimas (59,1%), se encuentra desempleada en el momento de sufrir la violencia. «Si bien el empleo no es un muro infranqueable contra la violencia de género, sí constituye una sólida barrera que actúa como mecanismo preventivo, contribuyendo decisivamente a la recuperación integral de las mujeres, una vez superado la situación de violencia», arguye Mesonero.

Comités de Dirección

Hay mucho trabajo por delante, por lo que es vital acercar a los comités de dirección información sobre violencia de género, explicando los protocolos de actuación y las bonificaciones por su contratación, entre otros, señala el director general de la Fundación Adecco. «Los elementos para favorecer que las empresas actúen como agentes para la inserción laboral de víctimas de violencia de género están ahí, solo es necesario que se asuma el compromiso de forma decidida y real. Podría decirse que los cambios empiezan a percibirse pero no de forma generalizada», concluye Silvia Buabent, directora del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades.

Ayudas económicas

El Instituto de la Mujer y la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género, trabaja en un proyecto en el que mantiene acuerdos con 130 compañías que se comprometen con el objetivo de sensibilizar a sus plantillas y al conjunto de la sociedad contra la violencia de género, y 65 de ellas, además, han creado puestos de trabajo para las víctimas. Desde 2012 han sido contratadas casi 5.500 mujeres en el marco de este proyecto, según Silvia Buabent, directora del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades. El Gobierno va a promover otras medidas que simplifiquen las condiciones para que estas mujeres accedan a las ayudas económicas existentes.