Tribunales

«Paradigma de estafas piramidales»

Briones deberá indemnizar con 3.700 millones a 190.022 clientes por el fraude de los sellos, pero la Audiencia Nacional absuelve a siete de los 27 acusados, entre ellos los cuatro integrantes del Consejo de Administración

Francisco Briones, durante su comparecencia en el juicio que se celebró en la Audiencia Nacional
Francisco Briones, durante su comparecencia en el juicio que se celebró en la Audiencia Nacionallarazon

Briones deberá indemnizar con 3.700 millones a 190.022 clientes por el fraude de los sellos, pero la Audiencia Nacional absuelve a siete de los 27 acusados, entre ellos los cuatro integrantes del Consejo de Administración.

Doce años después de la intervención judicial de Fórum Filatélico, la estafa de los sellos que dejó sin sus ahorros a casi 200.000 afectados, la Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre seis meses y doce años de cárcel a 20 de los 27 acusados por lo que califica como el «paradigma de estafas piramidales». La sección primera de lo Penal impone la pena más alta al ex presidente de la entidad filatélica, Francisco Briones: doce años y cuatro meses de prisión y el pago de una multa de 49,7 millones de euros por estafa, insolvencia punible, falseamiento de cuentas y blanqueo. Además, junto con otro de los condenados (el que fuera asesor jurídico de la entidad) deberá indemnizar con más de 3.700 millones de euros a los 269.570 clientes de Fórum.

El tribunal ha condenado también al ex director general de Fórum, Antonio Merino, a dos años y tres meses de cárcel como cómplice de la estafa –le impone una multa de 15,9 millones al aplicarle la atenuante de confesión– y al ex director jurídico de la entidad Juan Ramón González (seis años y tres meses de cárcel e idéntica multa). Todos los condenados se benefician de la aplicación de la atenuante de dilaciones indebidas por los doce años de instrucción de la causa. La Sala absuelve, no obstante, a los cuatro miembros del Consejo de Administración que se sentaron en el banquillo acusados de la estafa.

En la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Ramón Sáez, la Audiencia explica que entre 1998 y 2006 Fórum desarrolló un negocio de captación masiva de dinero procedente de pequeños ahorradores –muchos invirtieron más de 50.000 euros–, que devolvía en un plazo fijado con un interés añadido superior al de las entidades financieras.

Pero el valor de los sellos, atribuido por la propia entidad en unos catálogos, no era real. «El negocio estaba abocado al fracaso –insiste la Sala– y se sostenía exclusivamente en una estructura piramidal, alimentada por el ingreso de nuevos clientes y capitales». La empresa «carecía de fundamento económico».

En la publicidad de sus productos, la entidad aseguraba que los sellos se revalorizaban de manera constante y sostenida.

La sentencia explica que el inversor compraba, según decían, por un precio equivalente al valor de la filatelia que le adjudicaban, asumiendo la compañía el compromiso de recompra por el que se obligaba a devolverle en un plazo el dinero aportado más la rentabilidad acordada. Con esa estrategia, Fórum Filatélico impulsó un mercado cerrado, ajeno al del coleccionismo de sellos, bajo la apariencia de compraventa de valores filatélicos, en el que llegaron a integrar –el 9 mayo de 2006, momento de la intervención judicial- a 268.804 clientes, titulares de 393.754 contratos, que habían confiado a la empresa más de 3.000 millones de euros. «Los clientes invertían sus ahorros por la alta rentabilidad que ofrecía el producto, que era ajena al valor del sello» (Fórum llegó a adquirir más de 121 millones de sellos), de ahí que siempre optaran por revenderlos y percibir el interés pactado. «Solo las grandes entradas de tesorería mantenían a la compañía a flote» y le permitían pagar los intereses pactados y adquirir más filatelia.

Pero al ser «irreal» el incremento del valor de la filatelia, «los sellos acumulados en cantidades fabulosas no tenían demanda en el mercado». Briones, insiste el tribunal, «sabía esto» y era consciente de la necesidad de «comprar más sellos para aumentar la clientela» y mantener en pie una empresa «abocada al colapso».