El desafío independentista
El fracaso de Puigdemont ante Oliu y Fainé impedir el traslado
La Generalitat y Junqueras presionaron para evitar el traslado de Sabadell y CaixaBank
La Generalitat y Junqueras presionaron para evitar el traslado de Sabadell y CaixaBank.
La decisión de que los dos bancos radicados en Barcelona y varias grandes empresas que cotizan en la bolsa española hayan decidido trasladar su sede social fuera de Cataluña no es ninguna pataleta ni ha tenido que pillar a ningún dirigente por sorpresa. Cuando en noviembre de 2015 la Generalitat consultó a los catalanes si querían que Cataluña fuera un Estado y que éste fuera independiente las preguntas sobre el futuro de las empresas radicadas en esa comunidad autónoma empezaron a sucederse. Lo mismo que los avisos a navegantes de los empresarios al Gobierno de la Generalitat durante los dos últimos años.
Ni Oriol Junqueras, vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda del gobierno catalán, ni su presidente, Carles Puigdemont, pueden decir que las noticias les han pillado por sorpresa.
Lo que no esperaban los empresarios es que en junio el «president» convocara un referéndum para el 1 de octubre que puede desembocar en la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña la próxima semana. Creían que las aspiraciones secesionistas se iban a quedar por el camino. Tampoco la Generalitat que los avisos de los empresarios fueran a tomar cuerpo en forma de acuerdos de los consejos de administración.
El mismo jueves, apenas unas horas antes de que el consejo de administración de Banco Sabadell se reuniera, Josep Oliu, presidente de la entidad, se citó, junto con Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa (máximo accionista de CaixaBank), primero con Oriol Junqueras y después con Carles Puigdemont. No querían que la Generalitat se enterara por la CNMV y los medios de comunicación digitales de que era necesario cambiar la sede social a otra comunidad autónoma. Los mensajes lanzados desde principios de 2016 por presidentes y consejeros delegados no eran sólo faroles.
Oliu y Fainé llegaron con el visto bueno del Banco de España y del Banco Central Europeo, instituciones encargadas de velar por la estabilidad del sistema financiero en nuestro país y en la Unión Europea. Ni que decir tiene que también con las bendiciones del Gobierno español y con la certeza de que el Ministerio de Economía que dirige Luis de Guindos tenía preparado para llevar al Boletín Oficial del Estado un Real Decreto Ley que simplificara los trámites burocráticos para hacer efectivos los traslados corporativos.
Las fuentes consultadas por este diario aseguran que la Generalitat presionó al límite para que tanto Sabadell como CaixaBank aplazaran su decisión y mantuvieran sus sedes en Cataluña. Son dos iconos empresariales de la región y la punta de lanza de su economía. Puigdemont y Junqueras empezaron a temerse lo peor. Y no se equivocaron. Ayer, CaixaBank consumó el cambio, lo mismo que Gas Natural, Service Point Solutions, Arquia, Banco Mediolanum. El lunes...
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