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El Gobierno sube el alcohol y el tabaco
El Consejo de Ministros ha aprobado en su última reunión antes de la temporada estival la subida de los impuestos especiales al alcohol y al tabaco, tal y como adelantó LA RAZÓN. En el caso de las bebidas espirituosas, fuentes cercanas al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas aseguraron a este diario que el incremento rondará el 10%, un porcentaje que el departamento que dirige Cristóbal Montoro considera adecuado para no lastrar uno de los principales sectores de la economía española: la hostelería.
Con el cambio de tributación de estos dos impuestos especiales (sólo el tabaco aportó casi 7.500 millones durante 2012), el Gobierno pretende recaudar unos 2.000 millones de euros adicionales y compensar la pérdida de ingresos previstos por la aplicación de la ley de emprendedores, la «medida estrella» del Ejecutivo y cuyo impacto se estima en una cuantía similar.
Celelebrada una reunión previa al Consejo de Ministros en la que se calculará la cifra definitiva del aumento de la fiscalidad a ambos productos, pero las mismas fuentes aseguraron a LA RAZÓN que el impuesto a las bebidas espirituosas pasará del 40,8% actual al 45%, aproximadamente. El incremento no afectará ni al vino ni a la cerveza.
Las bebidas espirituosas (las de más de 15 grados de alcohol) son las que más sufren este impuesto especial, que actualmente grava con 8,3 euros por litro de alcohol puro en su composicion, al que hay que añadir el IVA del 21%. Por ejemplo, una botella de ron de 37,5 grados de importación y cuyo precio de venta ronde aproximadamente los 15 euros, paga hoy a Hacienda más de seis euros en concepto de impuestos. Con la subida de mañana, y si la empresa mantiene el precio de venta y no traslada la subida a los clientes, la tributación rondaría los siete euros por cada botella.
Respecto al tabaco, el incremento de la fiscalidad se centrará especialmente en la picadura de liar, como también adelantó este periódico. Hacienda estudia incrementar la tasa que actualmente paga el tabaco de liar desde los 80 hasta los 90, e incluso 100 euros por kilo de producto. En el caso de los cigarrillos, variedad que más aporta a las arcas del Estado, Hacienda planea elevar el impuesto «ad valorem» desde el 53,1% hasta el 55%, como mínimo.
Montoro lleva varias semanas insinuando una subida de los impuestos especiales a aquellos productos con «externalidades negativas», en clara referencia al alcohol y al tabaco, aunque nunca los citó de forma expresa. Además, el Ministerio de Economía ya adelantó en uno de los «briefing» para explicar la ley de emprendedores que el impacto de 2.000 millones de euros en términos de menor recaudación previsto en la norma se compensaría con impuestos especiales.
Hacienda es consciente de que tras la subida del IRPF y del IVA, que ha desatado una fuerte oposición por parte de la población, los únicos impuestos cuyo incremento es «socialmente aceptable», además de necesario, son los que el Consejo de Ministros subirá mañana.
En la recámara del Ministerio queda el cambio de tributación de varios productos y servicios que actualmente pagan el IVA reducido (10%), como la tecnología sanitaria, y que pasarían a pagar el tipo general (21%). Sobre este cambio de fiscalidad existe una sentencia del Tribunal de Luxemburgo que obliga a su cumplimiento, por lo que el Gobierno aplicará la modificación tributaria en el corto o medio plazo. Probablemente, se anunciará antes de este verano.
Además, el Ejecutivo también ha planteado en recientes reuniones su intención de anular el 50% de la subida del IRPF aplicada en diciembre de 2011, su primer incremento fiscal, ya en 2014. Como todas las medidas de gestión tributaria que esta tomando el Gobierno en los últimos meses, que estas intenciones se conviertan en realidad dependerá de que la economía española logre recuperar el crecimiento en el medio plazo, lo que podría suceder en el tercer trimestre.
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