Bruselas
El ministro europeo
El anuncio de la candidatura de Luis de Guindos a presidir el Eurogrupo busca el reconocimiento de Europa al ministro que completó el saneamiento de la banca española y asumió el rescate del sector financiero para evitar que el país se viera abocado a la quiebra en el verano de 2012.
El que España haya dejado atrás la recesión y haya concluido el programa europeo de rescate a la banca le ha servido como credencial para postularse como presidente del Eurogrupo, aunque también le ha ayudado el haber sido un firme defensor de las políticas de austeridad y reformas estructurales promovidas desde Bruselas.
Prueba de ello, el comentario que fue captado por las cámaras antes de una reunión del Eurogrupo en un intercambio de impresiones con el comisario europeo de Economía, Olli Rehn, a quien dijo que la reforma laboral que iba aprobar España sería “extremadamente agresiva”.
Hasta que asumió uno de los ministerios más complicados en el Gabinete de Mariano Rajoy, De Guindos tenía más experiencia en el sector privado que en el público, a pesar de ser funcionario de carrera, miembro del Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado.
En la empresa privada se labró un prestigio que no se vio afectado por el hecho de haber sido presidente ejecutivo de Lehman Brothers para España y Portugal en el momento en que el banco de inversiones estadounidense quebró, provocando la mayor crisis económica mundial desde 1929.
Rajoy le llamó para formar parte del Gobierno cuando era responsable del sector financiero de PricewaterhouseCoopers (PwC) en España y consejero independiente de BMN, el banco fruto de la fusión de Caja Murcia, Caja Granada, Caixa Penedés y Sa Nostra, que acabó siendo nacionalizado por el propio De Guindos.
Las recetas contra la crisis que defendió desde el sector privado, su habilidad para tender puentes y su desenvoltura en el ámbito internacional llevaron a Rajoy a pensar en él aunque no perteneciera al partido, hecho que le ha generado tanto críticas como alabanzas, ya que unos califican de indefinición política lo que otros valoran como independencia.
Pero a la política llegó mucho antes, de la mano del exministro de Economía Rodrigo Rato, quien en diciembre de 1996 le nombró director General de Política Económica y Defensa de la Competencia, y en 2002 le ascendió a secretario de Estado de Economía.
El reconocimiento de Europa le ha llegado sobre todo con sus medidas para sanear la banca española en tiempo récord.
Primero exigió nuevas provisiones, pero ante las persistentes dudas de los inversores encargó a finales de mayo de 2012 un examen a las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman.
Todo ello días después de que el Estado se convirtiera en el principal accionista de Bankia, entidad que estaba en el punto de mira de los mercados desde hacía meses y que finalmente necesitó una inyección de más de 22.400 millones de euros.
Pero como Bankia no era la única entidad que necesitaba fondos públicos y el coste de financiación para España estaba en máximos, De Guindos decidió en el verano de 2012 que era el momento de pedir auxilio a Europa, lo que permitió sortear el rescate del conjunto de la economía que a partir de entonces fue recuperando poco a poco la confianza del mercado y abaratando su financiación.
Entre los puntos a favor del ministro también está el no haberse visto involucrado en ningún escándalo político, salvo por las dudas que generó el nombramiento de su sobrina Beatriz de Guindos como directora de Competencia en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y que provocaron su dimisión un día después de ser designada.
Asimismo, le ha favorecido el ser unos de los ministros menos temeroso de hacer declaraciones y conceder entrevistas, aunque queda para la posteridad el día en que su cordialidad se quebrantó y mostró su enfado ante las preguntas de la prensa a su llegada a una reunión del Eurogrupo.
Nacido en Madrid, De Guindos está casado y tiene dos hijos. Efecom
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