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El repunte del petróleo desborda las previsiones del Gobierno

El precio medio anual supera los 53,5 dólares frente a los 52 previstos en los Presupuestos.

El repunte del petróleo desborda las previsiones del Gobierno
El repunte del petróleo desborda las previsiones del Gobiernolarazon

El precio medio anual supera los 53,5 dólares frente a los 52 previstos en los Presupuestos.

Llegará un día –o no– en que el petróleo deje de ser el combustible que mueve el mundo. Pero hasta que llegue, su precio es motivo de alegrías y desvelos, según el momento, en lugares como España. El país importa el 99% del petróleo que consume, por lo que cualquier oscilación en su precio incide de forma importante en sus números. En los pasados ejercicios, su derrumbe hasta los 30 dólares benefició a países exportadores como España. Actuó, junto a los bajos tipos de interés y la cotización a la baja del euro, como uno de los vientos de cola que han espoleado la economía nacional. Ahora, ese viento está amainando. Con todo, este año parecía que las previsiones sobre el crudo de las que el Gobierno se ha servido para elaborar sus sucesivos cuadros macroeconómicos se iban a cumplir. Ahora ya no está tan claro.

En el plan presupuestario remitido a Bruselas el 16 de octubre, el Ejecutivo prevé que el precio medio del barril de Brent, de referencia en Europa, para este año se mueva en los 52,8 euros. Esta semana, sin embargo, ya ha superado los 53,5 dólares, según fuentes del sector. Y la media sigue subiendo. El 27 de octubre, el crudo superó los 60 dólares por primera vez desde junio de 2015. Y no parece que su escalada se vaya a detener. El Brent está al alza desde que el 16 de octubre Arabia Saudí, el principal productor mundial de crudo, mostrase su apoyo a que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) prolongue las limitaciones de producción aprobadas en noviembre de 2016 para evitar el desplome de su precio, entonces en los 30 dólares.

Al alza ha contribuido también la inestabilidad política en Arabia. El 5 de noviembre, el príncipe heredero al trono del país, Mohamed bin Salman, ordenó la detención de once príncipes, cuatro ministros y decenas de exministros y hombres de negocios. Una purga sin precedentes que impacta en el precio del crudo por cuanto cualquier tensión política en el país le afecta.

Asumida la escalada, la pregunta ahora es qué impacto puede tener en las previsiones macroeconómicas del Gobierno. A priori, parece que será limitado. Según cálculos de Economía, en el supuesto de una desviación al alza de un 10% en el precio del crudo estimado en sus cuadros macro, la deuda pública subiría 0,4 puntos, el PIB real perdería 0,2 puntos, el consumo privado descendería 0,1 puntos y la creación de empleo se recortaría en 0,1 puntos. Para que esto sucediera ahora, el precio medio tendría que escalar unos 5 dólares, hasta el entorno de los 57 dólares, desde los 53,5 dólares en que está ahora. Lo único seguro es que la factura energética española no se verá beneficiada como ha ocurrido en los últimos años. Sólo en 2015 y 2016, el país se ahorró 43.000 millones de euros gracias a los bajos precios del crudo, que se movió en el entorno de los 30 dólares el barril.

Consecuencias reales

Pero aunque su impacto en la macroeconomía pueda ser más dilatado en el tiempo, en la real sí que tiene un efecto más rápido. Para las empresas, un petróleo más caro supone un sobrecoste inmediato en términos de competitividad. Los gastos asociados al transporte se encarecen, lo que repercute en un mayor coste del producto, que pierde atractivo. Los mismos sobrecostes en el combustible los tienen que sufragar los particulares al repostar sus vehículos. Este mayor desembolso en combustible acaba teniendo un efecto negativo en la renta de los ciudadanos, que tienen menos dinero disponible.

El precio de la energía también es sensible al del petróleo. En un estudio titulado «El efecto de las fluctuaciones del precio del petróleo sobre la inflación española», el Banco de España asegura que un aumento del 10% tendría un efecto inmediato sobre los precios de la energía, que subirían en ocho décimas y al cabo de seis meses lo harían en 1,4 puntos porcentuales.