Distribución

Factores a tener en cuenta en el proceso de internacionalización

La Razón
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Una de las maneras más recurrentes para hacer frente a la competencia, crecer como empresa, aumentar los beneficios o lograr lo que en tu país no has conseguido, es la internacionalización de tu startup. Son muchas las ventajas que puede aportar a una empresa, como aumentar las fronteras del mercado, pero también, son muchos los factores a tener en cuenta antes de comenzar una nueva hazaña de tal calibre.

La base de la internacionalización se centra en tener claro cuáles son los objetivos que mueven a un emprendedor a decidir su salida al extranjero: la crisis, la búsqueda de mercados menos competitivos, expandirse... Esto ayudará a concentrar nuestros esfuerzos y estrategias, y perseguir un objetivo específico. Una vez que se tenga claro el por qué, es esencial hacer un pequeño estudio sociológico para saber los factores del entorno que influirán en la manera de comercializar, vender e introducir el producto. Las costumbres del país, la situación socio-política o las diferencias entre el país de origen y de destino son algunas de las preguntas clave a las que hay que dar respuesta.

Puede parecer obvio, pero antes de introducir en el mercado un producto o servicio, se debe tener en cuenta si está en plena expansión o desarrollo en ese nuevo lugar. ¿Y si estuviera obsoleto o no interesase? Por esto se necesita conocer el potencial del mercado de destino y para ello, es necesario hacer un amplio estudio de mercado del nuevo país. Tras el análisis se podrán concretar los objetivos tanto a corto como a largo plazo. En estas ocasiones, rodearse de personas conocedoras de las peculiaridades del país facilitará y agilizará las acciones. Será esencial conocer y adaptarse a las nuevas condiciones del país de destino.

Una vez formuladas y respondidas estas preguntas cabe iniciar la estrategia de entrada de la empresa que se llevará a cabo. Dicha estrategia debe tener en cuenta elementos como la exportación, la distribución, la filial y la valoración de los riesgos. Por otro lado, la competitividad a la que estan expuestos y si se podrá llevar a cabo contra ellos la misma estrategia que se elaboraba en el país de origen. Diferenciarse de la competencia desde un primer momento contrarrestará algunos de los inconvenientes de instaurarse en un medio desconocido. Crear un plan de negocio servirá para definir y analizar tanto los puntos anteriores como otros igual de importantes como por ejemplo, la estimación de recursos y personal necesario, posicionamiento en el mercado.... En este plan es conveniente que se especifique si la opción más adecuada es centralizar o descentralizar las actividades.

La implantación se llevará a cabo tras el análisis y fijando una estructura organizativa meticulosa. Todo el trabajo descrito hasta ahora será en vano si la empresa no tiene la suficiente fuerza para soportar la complejidad organizativa que implica abrir una oficina en otro país. Se tendrá que establecer mecanismos de coordinación y control, y tener siempre en el punto de mira las actividades de la empresa en el país de destino. Con las nuevas tecnologías no supone un coste muy alto, ya que se usa opciones como las conference call.

En muchas ocasiones la internacionalización supone un coste demasiado alto para las empresas. Para no caer en errores, es conveiniente hacer un análisis financiero en el que se especifique la viabilidad de ingresos y gastos y las inversiones que puede permitirse la empresa, datos cualitativos que encaminarán la decisión.

Además de las barreras financieras, cabe destacar otras como pueden ser las comerciales, no conocer bien las tácticas, las logísticas, los problemas culturales o las restricciones legales.