Macroeconomía

Las empresas españolas contribuyen al Estado un 7% más que las europeas

EL IEE advierte de que la inversión empresarial continúa por debajo de niveles precovid, por la presión fiscal, en aumento de los costes laborales y de producción y la ralentización económica

El presidente del Instituto de Estudios Económicos, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, presentan el Informe semestral de Coyuntura Económica titulado “La ralentización, principal riesgo para 2023”
El presidente del Instituto de Estudios Económicos, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, presentan el Informe semestral de Coyuntura Económica titulado “La ralentización, principal riesgo para 2023”IEEIEE

El parón del comercio y la actividad internacional, la subida de tipos de interés, el deterioro de las expectativas, el bajón en la inversión empresarial y el aumento de la incertidumbre política han provocado un parón de la economía española en la última parte del año por culpa de la "pérdida de dinamismo de la demanda externa", que apenas se ha visto compensada por el consumo de los hogares, aunque «al menos ha permitido mantener un leve crecimiento», que será de apenas un décima en el último trimestre de 2023. Así ha resumido el Instituto de Estudios Económicos (IEE) en su último estudio de coyuntura económica, que prevé que el PIB cierre el año con un crecimiento del 2,3% y que en 2024 el impulso del PIB se desplome ocho décimas, hasta el 1,5%.

El centro de estudios de la CEOE advierte de que el aumento de la fiscalidad, los costes laborales y los costes de producción han desplomado las expectativas entre las empresas, "rebajado peligrosamente la productividad" y reducido ostensiblemente la inversión, por lo que reclaman "rediseñar el sistema fiscal para evitar que se siga cargando sobre las empresas el mayor peso de las finanzas públicas". El informe estima que las empresas contribuyen con más de 32% a la recaudación total del Estado, mientras que la media europea está en el 25%, es decir, las compañías españolas aportan un 7% más.

Especial énfasis pone el IEE en el incremento de los costes que han tenido que asumir las empresas. Mientras que la "rentabilidad de las empresas es cada vez menos" y el Excedente Bruto de Explotación (EBE) -el excedente generado por las actividades empresariales una vez recompensado el factor trabajo- se ha desplomado un 3,6% en las empresas no financieras, el deflactor del PIB ha crecido un 12,9%, los costes laborales, un 13,3%, la remuneración de asalariados un 14% y los impuestos netos sobre la producción y la importación importación un 15,6%. "Las empresas tienen poca capacidad para asumir mayores costes. está claro que si siguen aumentando, eso se reflejará sobre la pérdida de empleo y un retroceso en el crecimiento".

En este sentido, el estudio señala que España es uno de los países en el que las empresas pagan mayores cotizaciones sociales, hasta casi el 10%, mientras que la media europea está en el 7,3%. "Esto perjudica la competitividad de las empresas frente a nuestros competidores", ha apuntado el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, que ha reclamado que se deben acometer "reformas estructurales que incentiven la inversión empresarial, que reduzcan el défícit y logren la consolidación fiscal y mejoren los problemas demográficos que arrastramos".

En cuanto al empleo, los analistas del think tank de la patronal avisan de que ya se nota ya "una fuerte desaceleración", con una previsión de crecimiento del 0,1% en el cuarto trimestre, una décima menos que en el anterior y muy lejos del 1,45% registrado en el segundo. Pese a ello, el IEE destaca que "las empresas sigue esforzándose por mantener sus plantillas, "pese a sufrir un contexto de costes laborales y financieros mucho más elevados, y a que la productividad continúa a la baja", incidió su director general, Gregorio Ordóñez. "No es lo mismo subir los costes laborales en una contexto de ciclo expansivo que en otro de ralentización, y el Gobierno no lo tiene en cuenta".

Especial atención pone en IEE en la caída de la inversión empresarial respecto al resto de la eurozona, que está lastrando el crecimiento, ya que "ni siquiera de han recuperado todavía niveles prepandemia", ha reseñado Ordóñez, siendo en la actualidad un 5% menor que en 2019. Una situación que "se está agudizando con el paso de los meses por el empeoramiento de las expectativas, la evolución de las rentas empresariales y la incertidumbre ante el parón generalizado de la actividad en toda la eurozona". Las causas de este desplome de la inversión privada la achacan en el IEE a la "excesiva dimensión e intervención del sector público, las elevadas cargas tributarias y el fuerte desequilibrio fiscal".

Hernández de Mesa condiciona la reactivación de esta inversión a que "se garantice la seguridad jurídica, se produzca una mejora de del funcionamiento de los mercados y se refuercen las expectativas empresariales". Además, reclama un cambio de política fiscal, que "debería diseñarse para garantizar la estabilidad presupuestaria y una reducción de la presión, sobre todo de los márgenes empresariales". En este punto, ha cargado especialmente contra el impuesto extraordinario "porque lo único que hace es reducir la inversión. ¿Qué empresa va a invertir en España si el Gobierno es capaz de aprobar un impuesto que lastra tus márgenes, que ahora lo han hecho en estos dos sectores, pero que en el futuro lo pueden hacer en otro".

También señalan de que la economía española ha seguido el mismo tono que la internacional, con un crecimiento importante en el primer semestre del año, en los dos últimos trimestres se ha acelerado la ralentización general. Pese al buen comportamiento del sector servicios -gracias a la recuperación del turismo-, no se puede decir lo mismo del comportamiento la industria, que continúa perdiendo dinamismo, marcado por los costes de producción y de las materias primas. "Todo está repercutiendo en la productividad empresarial y la competitividad, que sigue cayendo por culpa de la desventaja que supone el crecimiento de la presión fiscal de los costes y la caída de los márgenes".

Por todo ello, desde el IIE piden que se acometan "reformas estructurales, que se impulsen proyectos con los fondos europeos, que hasta ahora no se han visto reflejados en las empresas y una mejora de la eficiencia del gasto público. Todo ello, operaría cambios positivos en el corto plazo en la inversión y en las expectativas empresariales", máxime en un contexto de "frenazo económico y una menor capacidad de ahorro, que incidirá negativamente en el consumo y em la demanda".