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Apagón

Las empresas: generadores o parada general de la producción

Actividad detenida en compañías de automoción, siderúrgicas y estaciones de servicio

Trabajadores de la planta de Wolkswagen Navarra, en el exterior después de que se tuviera que interrumpir la producción Villar LópezEFE

A las 12:30, el apagón intermitente en un primer momento dio paso al caos generalizado. El escenario de unas calles sin semáforos, la caída de la red y la interrupción de coberturas móviles y de fibra afectaron a la vida ciudadana, pero también a las empresas de todos los sectores que afrontaban una anodina jornada de lunes.

La producción se detuvo en aquellas que no pudieron continuar, así que desalojaron sus instalaciones y enviaron a sus trabajadores a casa. La dificultad estribaba en que estos pudieran retomar sus tareas, algo que era imposible para una gran mayoría de quienes se encontraba ya teletrajabando.

En este sentido, el Ministerio de Trabajo ha recordado que existen permisos retribuidos para las personas que no puedan desplazarse a su centro de trabajo o que no puedan desempeñar su función con motivo del apagón. Según señaló a través de sus redes sociales, el artículo 37.3g del Estatuto de los Trabajadores establece un permiso retribuido de hasta cuatro días por imposibilidad de desplazarse o de desarrollar la actividad laboral con normalidad.

Algunas empresas pudieron continuar con su actividad mediante generadores que permitieran no interrumpir la producción, aunque la mayoría no cuentan con estos sistemas de respaldo y, de tenerlos, solo permiten mantener tareas mínimas.

De este modo, la actividad paró de forma casi generalizada, por ejemplo, en las compañías de automoción. Fue el caso de Ford –con las líneas de fabricación totalmente detenidas–, así como de la planta de Seat en Martorell (Barcelona) y la de Nissan y Ebro en la Zona Franca de Barcelona. Fuentes sindicales de las plantas aseguraron a Efe que la producción eléctrica se interrumpió, como en el resto de España.

El presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero (UGT), explicó que la planta vivió una situación «un poco caótica», ya que, al igual que en muchas otras empresas, la falta de suministro eléctrico hizo que «se parara todo de golpe».

Como en el conjunto del país, también se hizo difícil la comunicación entre empleados en el seno de las instalaciones de Martorell, la mayor planta de España y un gran consumidor energético. Otros afectados fueron la siderúrgica Celsa y las plantas de ArcelorMittal, donde se detuvo la actividad.

Las estaciones de servicio de Moeve, antigua Cepsa, cerraron a consecuencia del apagón. Fuentes de la compañía apuntaban que volverían a abrir paulatinamente conforme se restableciera el servicio.

Explicaron además que activaron sus protocolos de emergencia para garantizar la seguridad de sus empleados y clientes para asegurar la continuidad de sus operaciones críticas a través de los sistemas de contingencia. Asimismo, apuntaban que pararon la actividad de refino y plantas químicas, concentrando los sistemas de generación alternativos para garantizar la seguridad y control de sistema.

Mientras, una nube de humo cubrió el cielo de Puertollano en lo que se denominó «operación normal» desde el complejo de Repsol tras un apagón de la magnitud del vivido a nivel general. En plena caída eléctrica en La Coruña, otra intensa humareda cubrió el cielo procedente de la refinería de la misma petroquímica.

Fueron multitud los comercios que tuvieron que echar el cierre o funcionaron a medio gas. En algún caso era imposible el pago con tarjeta, e incluso no se admitía efectivo por falta de cambio.

Una de las zonas donde menos afectó la situación fue en la Comunidad Valenciana, con un impacto «menor», al ser festivo en una tercera parte de los municipios.

El presidente la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, aseguró que la festividad de Sant Vicent pilló cerradas a la gran mayoría de las empresas de la Comunidad.

Vuelta a casa a pie en distancias kilométricas

Para muchos trabajadores, especialmente en Madrid, hoy fue una odisea volver a casa por las largas distancias a afrontar, sin medios de transporte activos. En los desplazamientos en coche hubo agentes de movilidad para regular el tráfico en vista de que el apagón había dejado sin servicio los semáforos de la capital. Pero a primera hora de la tarde era generalizado que fueran los propios conductores quienes se apañaban como podían para sortear el paso de unos y otros. El tránsito a la desesperada se vivió a pie de calle. Dado que el Metro y Cercanías habían dejado de funcionar y los autobuses urbanos estaban inmersos en grandes atascos, los madrileños han optado por emprender el camino a casa a pie. Fue el caso de Patxi, que tuvo que recorrer andando la distancia desde Argüelles a Manuel Becerra, o el de Dolores, que hizo lo propio para llegar a la Avenida del Marqués de Corbera con salida en los juzgados de Plaza de Castilla. Casi dos horas bajo una temperatura ya elevada en la capital. Y sin poder comunicar por teléfono con la familia.