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España, en la senda del trabajo decente

El bienestar laboral, objetivo del Desarrollo Sostenible
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Las nuevas formas de entender la empresa, la responsabilidad del mundo laboral con el medio ambiente, sus empleados y la sociedad en general, han llevado a que su correcta gestión sea un factor determinante en los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), fijados por Naciones Unidas en su Agenda 2030. Entre ellos, destaca asegurar el trabajo decente en cualquiera de las fases de producción, algo que no solo se plantea en materia de conciliación o salario, sino que adquiere un matiz especialmente sensible en las sucursales de las empresas en los países en vías de desarrollo. Esther González Arnedo, directora del máster de Recursos Humanos de EAE Business School, señala que un «trabajo decente» debe cumplir un doble requisito: por una parte, garantizar a la persona una buena calidad de vida, permitiéndole cubrir todas sus necesidades básicas y las de relación y realización personal, como es el tiempo para el ocio, la familia y la sociedad. «No debe ser un trabajo que permita la mera subsistencia, debe ir un poco más allá», apunta. Por otra parte, debe ser un trabajo que se realice en un entorno seguro en lo físico y en lo psicológico y que no vaya en contra de los valores y la ética de la persona que lo realiza. «Creo que hay cada vez una mayor conciencia social sobre los ODS y, por supuesto, esto impacta en las empresas, aunque no creo que todas puedan permitirse poner en marcha acciones de gran calado», dice González. Lo cierto es que, por lo general, las grandes empresas suelen tener incluidos muchos de los principios de ODS en sus sistemas de Responsabilidad Social Corporativa y códigos de buen gobierno, pero en el caso de las pymes, como señala González, «queda mucho camino que recorrer».

El papel de RR HH

En estos casos, el papel de Recursos Humanos para promover y ayudar a alcanzar estos objetivos resulta fundamental. «Desde este departamento se promueven políticas que permiten el bienestar y la felicidad de los empleados y que estos contribuyan a las causas sociales, tanto a través de la propia empresa como actividades de voluntariado, y facilitando tiempo libre para que sus empleados puedan realizar proyectos con impacto en el desarrollo sostenible», explica. Pero para que esto ocurra la directiva de la compañía ha de estar convencida de que es necesario un cambio en la gestión. «Si el nivel más alto de la empresa no está convencido, lo que se pueda hacer desde las diferentes áreas, incluyendo Recursos Humanos, puede acabar siendo algo más cosmético que efectivo», subraya González.

Por su parte, Celia Ferrero, vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), señala que, si bien con las reformas emprendidas en los últimos años, los autónomos españoles son los más protegidos de Europa en términos de cobertura social, «aun queda mucho por hacer para alcanzar su pleno bienestar laboral y su protección social». En este sentido, tanto en las grandes empresas como en los casos de autónomos con trabajadores contratados, un liderazgo que fomente un ambiente de trabajo de respeto y motivación se hace indispensable. «El buen liderazgo hace que ir a trabajar a una oficina en un garaje sea maravilloso y también el mal liderazgo puede conseguir que ir a trabajar a unas oficinas maravillosas sea lo más parecido al infierno», dice González. «Bienestar laboral es que el despertador suene cada mañana y te sientas feliz pensando que tienes que ir a trabajar y, si eso no ocurre, es el momento de plantearse el cambio», indica. Mientras, Ferrero señala que, cuando se habla de sostenibilidad y trabajo decente, debe tenerse en cuenta que también hay que sostener al que da trabajo. «La mejor forma de buscar la sostenibilidad y la calidad del empleo, es sostener y ayudar al que lo crea y mantiene», añade.

Andrés Rodríguez Amayuelas, presidente del Observatorio ONGD, apunta que, bajo su experiencia, «cada vez hay más empresas en nuestro país que están teniendo en cuenta el mensaje de los ODS y que hay que trabajar para mejorar las condiciones del empleo y las formas en las que las empresas se relacionan no solo con la sociedad sino también con el planeta en el que vivimos». Sin embargo, a pesar de que se están incorporando en los modelos de gestión muchos puntos concretos en lo que el respeto al medio ambiente se refiere, «aun falta bastante por hacer en materia de trabajo decente, no solo en lo que son los trabajadores aquí en España sino también en las cadenas de producción en el extranjero». «También es importante entender que, a veces, nos centramos mucho en las buenas prácticas, pero parece que se nos olvida que, previamente, tenemos que cumplir las leyes que marcan las pautas de trabajo en determinados ámbitos», asevera. De esta manera, lo primordial sería cumplir con todos los derechos de los trabajadores, para después profundizar en algunos aspectos secundarios como la eliminación de la temporalidad y la mejora de la conciliación.

Por otra parte, los ODS reclaman la promoción de políticas orientadas al desarrollo que apoyen el emprendimiento, la producción y la creación de puestos de trabajo decentes. Algo que, para González, en España no se está respetando. «El índice de emprendimiento en España es muy bajo porque no hay apoyo ni social ni institucional al emprendimiento».

Trabajo con el Gobierno

La Asociación Española de Trabajadores Autónomos trabajó en la anterior legislatura de forma muy amplia en el Congreso de los Diputados para profundizar en las condiciones del trabajo no solo en nuestro país, sino en aquellos en los que tienen sucursales las empresas españolas. De esta manera, se aprobó un marco de acción en materia de empresas y Derechos Humanos que aborda cómo las empresas deben mantener esos estándares de trabajo decente tanto en España como en otros países. «Después de este plan, pensamos que había que dar un paso más en función a como se está trabajando en la UE, aprobando una ley de debida diligencia, es decir, elevar muchas de las cosas que se piden en los DD HH en materia de trabajo decente al rango de ley», explica Andrés Rodríguez.