BCE
Estreno de fuego de Guindos en el BCE
Participará en la crucial reunión del día 14 en la que se fijará el calendario de retirada de los estímulos. El ex ministro se convierte en el cuarto vicepresidente de la historia del supervisor tras tomar posesión ayer de su nuevo cargo
Participará en la crucial reunión del día 14 en la que se fijará el calendario de retirada de los estímulos. El ex ministro se convierte en el cuarto vicepresidente de la historia del supervisor tras tomar posesión ayer de su nuevo cargo.
El exministro de Economía Luis de Guindos ocupa desde ayer el sillón de vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) en sustitución del portugués Vitor Constancio. Se trata del español que más alto ha llegado en la estructura del instituto emisor de la eurozona y lo hizo el mismo día en que la institución con sede en Fráncfort celebraba su vigésimo aniversario. Sin embargo, no hubo ningún acto especial por la toma de posesión. Son tiempos difíciles y, como primer obstáculo, De Guindos tendrá que enfrentar la deriva que pueda tomar Italia o las presiones que, a partir de ahora, pueda recibir desde Berlín, donde algunos sectores miran, con cierto escepticismo, que dos europeos del sur se hayan hecho con el control total del euro.
A partir de ahora entrarán en juego los acuerdos implícitos y equilibrios de fuerzas entre los países de norte y del sur o entre «halcones» y «palomas». Algo que podría tener un impacto para el futuro del jefe del Bundesbank, Jens Weidmann, que con esta toma gana puntos para optar a ser el próximo piloto a los mandos del BCE. De hecho, el diario alemán «Frankfurter Allgemeine Zeitung» escribió, cuando el español aún era candidato, que «si un europeo del sur consiguiera el puesto en el BCE, esto incrementaría las opciones del presidente del Bundesbank de suceder a Draghi». Pero habrá más frentes. De Guindos deberá encarar además el reto de normalizar la política monetaria o retirar los estímulos aplicados en Europa sin provocar turbulencias en los mercados financieros.
El español, de 58 años, ocupará durante los próximos ocho años, sin posibilidad de reelección, la vicepresidencia del BCE. Se sentará en uno de los seis sillones del Comité Ejecutivo, el órgano de Gobierno del que España salió en junio de 2012, tras finalizar el mandato de José Manual González Páramo. Una salida que dejó, por primera vez, al país sin presencia en el directorio de la entidad, a diferencia de Alemania, Francia o Italia, que nunca han dejado de tener algún miembro. Sólo otras tres personas han ejercido la vicepresidencia del banco europeo desde su creación, hace ahora 20 años: el francés Christian Noyer, el griego Lukas Papadimos y el portugués Constancio. Al exministro español ya se le ha podido ver estos días en algunos actos organizados por la entidad. Además, ha conocido a los diferentes equipos con los que trabajará y ha asistido como invitado a una reunión del Consejo de Gobierno sobre política no monetaria. El martes participará, asimismo, en el acto que la institución celebrará para conmemorar su aniversario y no se descarta que pronuncie sus primeras palabras públicas en este puesto.
Pero su auténtico estreno será el 14 de junio en la ciudad de Riga, donde participará por primera vez en la reunión que celebrará el máximo órgano rector del banco sobre política monetaria. El encuentro de la capital letona, el único que mantendrá este año el BCE fuera de Fráncfort, será además de especial importancia para el futuro de la Unión Europea y De Guindos comparecerá ante los medios de comunicación al lado de Mario Draghi, presidente del banco central hasta el próximo 31 de octubre de 2019, quien ha expresado su confianza en que el español «será un buen compañero».
Los analistas esperan que en esa cita el Consejo de Gobierno fije una fecha definitiva para el final de su programa de estímulos, que contempla la compra de 20.000 millones de deuda pública y privada al menos hasta el mes de septiembre de este año o «más allá si fuese necesario».
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