Economía
Francia se aleja de los objetivos de déficit
En 2012 cerró tres décimas por encima de lo esperado
Las cifras no auguran nada bueno para Francia, cuyo presidente, el socialista François Hollande, tuvo ya que renunciar hace un mes a su promesa del 3% de déficit para 2013. La publicación ahora de los datos de 2012 le complica las cosas al Gobierno galo, que precisamente está negociando con la Comisión Europea una ampliación de plazo para cumplir con los objetivos, mientras Bruselas le exige, a cambio, una rebaja del déficit en 2014 «sensiblemente por debajo del 3%».
De momento, y según el instituto galo de estadísticas, el ejercicio pasado se cerró con un déficit del 4,8 % del PIB, tres décimas por encima de lo esperado, debido entre otros factores a la recapitalización de la banca franco-belga Dexia, mientras que la deuda pública registró un nuevo récord al situarse en el 90,2% frente al 89,9% previsto. A esto se añade una nueva caída del consumo en febrero y el aumento del paro que supera los tres millones (10,8%) y suma así veintidós meses consecutivos de subida.
Pero para el Ejecutivo francés no se trata de un desliz y achaca el mal resultado a la «situación degradada de la economía». Es más, el «esfuerzo estructural», es decir, sin tener en cuenta la coyuntura, alcanzó 1,2 puntos de déficit en 2012, «lo que se corresponde con nuestros compromisos con la UE», señaló el ministro de Economía, Pierre Moscovici, según el cual, de no haberse tomado las medidas necesarias el pasado verano, «el déficit se habría disparado más allá del 5,5 %». «Hemos conservado el camino virtuoso de la reducción de los déficits a un ritmo compatible con el crecimiento ralentizado de Europa», se justificó.
Los economistas son globalmente más pesimistas y descartan que el próximo año París pueda satisfacer el esfuerzo que le pide la Comisión, salvo si intensifica la austeridad lo que, a su juicio, retrasaría aún más la recuperación y la vuelta al crecimiento, que no pasará de cero este año. Sin embargo, Hollande, partidario de que se flexibilice tanta ortodoxia presupuestaria, se resiste a que el rigor germano impere en Europa. «Que los países europeos tengan la obligación de ser rigurosos, estoy de acuerdo, y Francia la primera», dijo, pero previno de los peligros de caer en la austeridad. «La austeridad es condenar a Europa, no a la recesión sino a la explosión» alertó el jefe del Estado francés este jueves en una entrevista en televisión, en la que, no obstante, esbozó un plan de reformas estructurales, que tanto Bruselas como la OCDE vienen reclamando.
Sobre las pensiones, reconoció que habrá que cotizar «más años» por el aumento de la esperanza de vida y no descartó reducir las prestaciones a los «hogares con más recursos».
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