Hermano mayor con etiqueta de liberal

Miguel Boyer tenía solo unos pocos años más que la mayoría de los que formamos el grupo de economistas y técnicos que Felipe González aglutinó después del XXVII Congreso, aquel que modernizó al PSOE. Sin embargo, siempre actuó un poco como un hermano mayor. Mientras entre los militantes aún se distinguía entre socialistas y socialdemócratas, Boyer iba por delante sin importarle la etiqueta de liberal. Era inteligente, serio, culto y competente, con autoridad y un punto de arrogancia que le acarreó algún problema político. Se hizo cargo de una economía con tasas de paro e inflación por encima del 20 por cien y aplicó una política económica realista que se mantuvo sin ningún cambio hasta la huelga general de 1989, que torció la correcta ortodoxia en el gasto público implantada en 1983. En su haber figura el esfuerzo liberalizador de una economía aún bastante cerrada. Acertó en la política monetaria, de ingresos públicos, de flexibilización interna y de apertura al exterior. Hay que reconocer el mérito de Felipe González al seguir el consejo de Olof Palme y sostener a su ministro de Economía en toda circunstancia.

Como superior mío, debo confesar que daba libertad y solo exigía solvencia y resultados tangibles. Cuando dejó de ser ministro supo aceptar la presidencia del Banco Exterior con toda naturalidad y en su relación con el ICO, que yo dirigía, derrochó un sabio sentido del humor que ayudó a resolver bastantes problemas.

Al margen de la política, a M. Boyer le persiguió la proyección mediática. La derivada de la expropiación de Rumasa fue injusta, porque esa intervención era inevitable. En otros momentos esa proyección la buscó él mismo. Se dijo entonces que Boyer era el exponente del «abrazo aristocrático» a los socialistas, según la expresión que Beatrice Webb aplicó a los laboristas ingleses en los años treinta. Quizá esas relaciones sociales mediáticas expliquen los cambios de posición que M. Boyer realizó después.

Su paso por el Gobierno fue positivo: era un buen exponente de esa burguesía ilustrada, comprometida con la modernización social y económica de España, cuya competencia profesional ha hecho más fructífera la labor de la izquierda, a largo plazo, que miles de proclamas progresistas.

*Ex presidente del ICO ( 1982-1986) Ex ministro de Sanidad y de Defensa (1986-1995)