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Indulto a Italia pese a trampear sus cuentas

La Unión Europea y Roma alcanzan un acuerdo sobre los presupuestos para 2019 tras la renuncia italiana a disparar el gasto. Bruselas duda de que el país cumpla y deja abierta la puerta a recuperar el procedimiento de infracción en enero.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ayer, en el Senado
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ayer, en el Senadolarazon

La Unión Europea y Roma alcanzan un acuerdo sobre los presupuestos para 2019 tras la renuncia italiana a disparar el gasto. Bruselas duda de que el país cumpla y deja abierta la puerta a recuperar el procedimiento de infracción en enero.

Más que enterrar el hacha de guerra, lo que hizo ayer la Unión Europea con Italia fue concederle una segunda vida. Ya es mucho comparado con la perspectiva que se había abierto hace semanas, cuando parecía que Roma sería el primer socio del club castigado con el estigma de las sanciones, por unas cuentas que no cuadran con lo pactado por todos en la normativa comunitaria. Después de que el Gobierno euroescéptico del Movimiento 5 Estrellas y la Liga rebajara su previsión de déficit al 2,04%, unas cifras que aún no terminan de convencer en Bruselas, el vicepresidente de la Comisión Valdis Dombrovskis dijo que «no es la solución ideal, pero evita abrir un procedimiento por déficit excesivo en este momento».

Ambos actores quedan citados de nuevo para enero, ya repuestos del susto y con el presupuesto aprobado en el Parlamento. No descarta del todo la UE volver a abrir el procedimiento de infracción, si Italia no cumple escrupulosamente con este pacto de mínimos. Porque hasta ahora el aumento del gasto lo había justificado el Gobierno con un argumento que ayer mismo desmintió. Calculó que gracias a estas cuentas expansivas su economía crecería un 1,5% en 2019, en contradicción con las perspectivas menos optimistas de los expertos, y ya ha reconocido que esa tasa quedará únicamente en el 1%. La Comisión también pedía eliminar el déficit estructural y convertirlo en un superávit del 0,8% con el objetivo de reducir la ingente deuda, e Italia sólo lo ha bajado del -0,6% al 0%.

Las dudas de la UE se extienden a próximos ejercicios. La primera rectificación italiana fue proyectar un gasto menor en los próximos tres años, cuando en un primer momento el objetivo de déficit permanecía invariable en el 2,4%. Para reducir los costes del presupuesto de 2019 la estrategia de Roma es retrasar las banderas del Ejecutivo: bajar la edad de jubilación y el subsidio para desempleados sin recursos, que costarán más de 10.000 millones. Esto quiere decir que en 2020, ya a pleno rendimiento, tendrán un impacto más amplio en la tesorería del Estado.

Según Dombrovskis, habría que financiarlo con un aumento del IVA al que Italia se niega. No son las medidas más publicitadas, sino esta válvula de escape para evitar subir el IVA, la partida más costosa, con 12.500 millones. Aún así, se puede decir que es todo lo que la Comisión podía ofrecer y la reacción en los mercados así lo atestigua. La bolsa de Milán encabezó las subidas en Europa, con un alza del 1,6%, y la prima de riesgo volvió a sus niveles más bajos del último trimestre, en 254 puntos básicos.