Crisis económica

La incertidumbre hunde la creación de empleo a la mitad

La UE baja de la nube al Gobierno y augura «dificultades» para España. Los hogares apuestan por el ahorro en vez del consumo ante el panorama de una nueva crisis

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovicilarazon

Bruselas constata los nubarrones en la economía española. A 72 horas de que los españoles vuelvan a depositar su voto en las urnas, el Ejecutivo comunitario alerta de que la incertidumbre lastra los cálculos de crecimiento económico del Gobierno en funciones de Pedro Sánchez y, con ello, la creación de empleo prevista para el año que viene, que se verá reducida a la mitad. La Comisión Europea recortó ayer hasta el 1,9% su previsión de crecimiento para nuestro país, cuatro décimas inferior a sus estimaciones en el mes de julio y dos décimas en comparación a las cuentas manejadas por España que, sin embargo, sigue manteniendo el optimismo.

La ministra en funciones de Economía y Empresa, Nadia Calviño, defendió ayer que Bruselas acabará dando la razón al Gobierno en sus cálculos ya que para realizar estas previsiones no se ha tenido en cuenta el crecimiento del tercer trimestre de un 0,4%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sin embargo, el Ejecutivo comunitario atribuye esta contracción al clima de «elevada incertidumbre» tanto externa como interna. Aunque el informe evita en todo momento referirse a la repetición electoral o el clima de violencia en Cataluña, atribuye esta zozobra económica a las tensiones comerciales y la prudencia de los hogares españoles que, ante las constantes casandras de crisis han preferido en los últimos meses apostar por el ahorro en vez de por el gasto. Este último factor resulta de vital importancia ya que se ha producido a pesar del aumento de los salarios debido al incremento del SMI aprobado por el Ejecutivo. Paradójicamente, a pesar de los tambores de guerra comercial global, las exportaciones han contribuido a que esta ralentización económica sea menor ya que el consumo privado ha estado creciendo estos últimos trimestres a sus niveles más bajos desde 2014 y se ha producido un crecimiento de las importaciones «inusualmente bajo». Nada hace presagiar que esta tendencia pueda revertirse. A pesar de que Bruselas no descarta cierto repunte en la venta de coches, «se espera que el consumo crezca por debajo de los ingresos disponibles» lo que seguirá aumentando la recuperación de los ahorros de las familias y las inversiones en la construcción se enfrentan a una rebaja tanto en el uso residencial como en el que no lo es.

Aunque España no sale malparada si se compara su situación con la de otros países de la zona euro, Bruselas teme que el crecimiento del empleo en nuestro país se reduzca del 2,2% este año al 1% el año que viene. Este frenazo ocasionará que la tasa de paro caiga tan solo hasta el 13,3%, una reducción de solo seis décimas. Esta tendencia redunda en uno de los males endémicos de la economía española, que mantiene elevados niveles de paro, pese a un crecimiento económico por encima de nuestros socios. España sigue siendo el segundo país de la divisa europea con un desempleo más elevado, tan solo por detrás de Grecia.

Con un pie en las elecciones, el comisario socialista Pierre Moscovici extremó ayer la prudencia a la hora de referirse a nuestro país. Ha pedido no caer en el alarmismo y ha quitado importancia a las constantes convocatorias electorales que no han impedido un crecimiento robusto, pero también se ha dirigido al próximo gobierno que salga de las urnas al recordar que «las reformas estructurales tienen que hacerse y España debe respetar completamente las reglas».

Entre estas normas, se encuentra el cumplimiento del déficit estructural, no sujeto a los vaivenes del ciclo económico. La Comisión Europea ve con alarma la revalorización de las pensiones y las subidas salariales en el sector público, máxime cuando el Gobierno no ha podido poner en marcha los nuevos impuestos a la banca y a los gigantes tecnológicos. En una misiva enviada el pasado 22 de octubre, Bruselas pide a España un ajuste de 16.600 millones vía recorte de gasto o aumento de tributos.