Europa

Macroeconomía

La paridad euro-dólar le costaría a España hasta 7.000 millones

El déficit de la balanza comercial podría alcanzar el próximo año los 25.000 millones de euros por la devaluación de la divisa comunitaria frente al «billete verde»

La paridad euro-dólar le costaría a España hasta 7.000 millones
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El déficit de la balanza comercial podría alcanzar el próximo año los 25.000 millones de euros por la devaluación de la divisa comunitaria frente al «billete verde»

La paridad euro-dólar llegará, previsiblemente, en el primer trimestre del próximo año. Y empeorará el déficit de la balanza comercial española entre 5.500 y 7.000 millones de euros. Teniendo en cuenta que éste era en el acumulado interanual hasta octubre de 18.000 millones, la «brecha» podría alcanzar en 2017 los 25.000 millones de euros. Pese a que la devaluación de la divisa comunitaria pueda impulsar, a priori, las exportaciones españolas –ya que el precio de los bienes se abarataría frente a los del exterior–, el 51,7% de las ventas que realizó España en los 10 primeros meses del año tuvo como destino países pertenecientes a la eurozona, donde el efecto del tipo de cambio es neutro. En cambio, las importaciones se encarecerían notablemente. Máxime, en un país que tiene una dependencia energética superior al 80% y cuya energía se compra en dólares.

Menos competitividad

«La depreciación del euro frente al dólar tiene un efecto neto negativo sobre el sector exterior español y la competitividad de la economía española». Javier Santacruz, profesor del IEB, explica que el saldo comercial empeora ante devaluaciones de la moneda común y mejora cuando las expectativas del tipo de cambio se aprecian. Esto fue lo que sucedió en 2013-2014, cuando el euro marcó su máximo nivel de la última década e hizo que el déficit de la balanza comercial tocara suelo, al abaratarse las importaciones mientras que las exportaciones se veían estimuladas por las ganancias de productividad y valor añadido de los productos que España vende más allá de sus fronteras. «La sensibilidad de las exportaciones ante depreciaciones del euro es menor que la de las importaciones», agrega.

Los sectores que más lo notarán serán la importación de materias primas energéticas, los bienes intermedios para la fabricación de otros, las piezas de automóvil en el segmento «común» –excluyendo la alta tecnología– y la exportación de productos agroalimentarios. El encarecimiento de las importaciones se traducirá, de inmediato, en un aumento de los precios internos. Y, por tanto, en una pérdida de competitividad-precio, porque el incremento de los costes de los factores productivos repercute en el precio final de las exportaciones. Santacruz calcula que en 2017 la inflación subirá en España por encima del 2%, fruto de la carestía de las importaciones –sobre todo de energía– y de la política monetaria. Y es que todavía un porcentaje significativo de las ventas españolas al exterior depende sobremanera del tipo de cambio, y no de la tecnología o del valor añadido implícito. Así pues, el diferencial de inflación sería positivo el próximo año por primera vez desde 2009.

Tras la subida de los tipos estadounidenses en un cuarto de punto que anunció la Reserva Federal el pasado 14 de diciembre, el euro ha llegado a desinflarse hasta niveles no vistos desde hace 14 años en su cambio respecto al dólar. De hecho, el martes 20 de diciembre rozó la paridad, al devaluarse hasta los 1,036 dólares.

Una semana después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, inyectara medio billón de euros y prorrogara el programa de compra de activos hasta finales del próximo año, la Fed comenzó a subir los tipos y anticipó tres nuevos incrementos en 2017, frente a los dos que se descontaban. Es decir, las políticas monetarias a ambos lados del Atlántico se mueven en direcciones contrarias, lo que presiona a la baja la divisa comunitaria. Asimismo, existen otros factores que han debilitado el euro, como la crisis de deuda periférica que todavía persiste. Victoria Torre, analista de Self Bank, no descarta que la paridad se alcance durante el próximo trimestre. Sin embargo, afirma que dependerá en gran medida de cómo se vayan acometiendo las nuevas subidas de tipos estadounidenses y de cómo responda, en consecuencia, el BCE. En cualquier caso, ante una hipotética apreciación excesivamente brusca del dólar, las autoridades monetarias podrían intervenir, ya que a Estados Unidos tampoco le interesa una divisa muy fuerte. El tipo de cambio se está ajustando vía incrementos de las tasas de interés en la economía del resto del mundo, mientras que en Europa se mantienen bajas. Y Santacruz sostiene que si a eso se añade que en el futuro inminente el balance del BCE será más grande que el de la Reserva Federal, tenemos «el caldo de cultivo adecuado para que el euro continúe depreciándose hasta que se ajusten las dos grandes masas monetarias que hay en la actualidad». En este sentido, unas subidas de los tipos estadounidenses más contundentes que las previstas, así como una escalada de las tensiones en Europa –en torno a Italia o al Brexit– o una supuesta ampliación de las acciones del BCE si la economía continúa sin revitalizarse podrían continuar devaluando el euro durante 2017.

Si bien es cierto que Draghi ha dado el primer paso atrás en el plan de estímulos, al rebajar el importe de las compras en 20.000 millones de euros a partir de abril, también lo es que aún tardará en subir los tipos. No obstante, la materialización del programa económico de Donald Trump originará repuntes de la inflación a nivel global. Y ese aumento de los precios podría trasladarse a Europa, lo que, a la postre, aceleraría las subidas que por el momento se descartan y viraría el rumbo de la política monetaria europea en la misma dirección que la norteamericana.

La evolución

- El estreno.

El euro debutó el 4 de enero de 1999 con un cambio de 1,1789 frente al dólar. Entonces, todos los analistas apostaban por la paridad de ambas monedas ante la marcha de la economía global.

- El efecto 2.000: mínimo histórico.

El cambio de siglo trajo el peor momento para el euro. En octubre de ese año se alcanzó el mínimo, con 0,8252 euros por dólar.

- 2002, vuelve la paridad.

El euro inició desde 2001 una escalada gradual hasta alcanzar la paridad a finales de 2002. En marzo de 2005, la divisa única se cambiaba por 1,34 dólares y seguía su escalada imparable.

- Máximo en vísperas de la tormenta.

La mayor ventaja en el cambio entre ambas monedas favorable al euro se alcanzó en julio de 2008 (1,59 dólares), apenas unos meses antes de la caída de Lehman Brothers.